7 mayo, 2025

De la gramática a la expresión literaria

Es común creer que la expresión literaria es un resultado, una consecuencia del manejo de la gramática de un idioma. Para muchos, incluso, sin saber las reglas gramaticales, las normativas de cómo vincular los vocablos sean verbos, adjetivos, sustantivos, pronombres y siempre de acuerdo a los paradigmas signológicos de puntuación, es imposible escribir algo legible. Para otros, extremadamente celosos de la formalidad, sin gramática no hay literatura válida. ¿Hasta dónde esto es real, aceptable? ¿Es acaso la lógica de los signos la misma del texto literario construido con dichos signos? Los antiguos decían que “el estilo es el hombre”. O sea, siempre en el contexto idiomático, el manejo que un autor tenga del idioma, en cuanto a la problematización temática y la solución que alcanza por las alternativas que plantea, mediante el uso pertinente de la palabra, expresa y proyecta lo sustantivo de su personalidad y de la creatividad de su proyecto.

Lectura para todo aprendiz de dictador…

El poder siempre quiere más poder. Pero todo poder engendra miedo. La dictadura, desde la perspectiva política estatal, no es más que la concentración de las gestiones gubernamentales para protegerse de dicho miedo, creando proyectivamente en cada acción, cada vez más miedo. Además, no es menos acertado que el poder por el poder, el poder dictatorial envilece. Degrada… Deshonra… Porque corrompe y pervierte.

Pero, todo aprendiz de dictador debe conocer y comprender ciertos conceptos, definiciones y hasta ciertos sucesos para llevar adelante su intencionalidad de mando… Caso contrario puede fracasar y ser declarado, al margen de su patología, inocente! ¡Qué trauma para sí!

¿Qué mismo es ser dictador? No sólo el uso del poder de forma ilegal. También, y sobre todo, el abuso sobredimensionado desde el cargo, aun legalmente logrado. Todo abuso contradice la libertad de quien lo sufre. ¿Cómo así alguien bloqueado por contradicción en su libertad puede declararse beneficiado por un estado de derecho? Toda libertad social aminorada, de cualquier forma, expone a la luz una imposición dictatorial de facto. “El poder brinda una oportunidad a lo imposible –declara el Calígula de Albert Camus-. A partir de hoy y en lo sucesivo –insiste-, mi libertad dejará de tener límites”. O sea, más allá del bien y del mal, en el permanente desvarío de la mente dictatorial, el poder esquiva la realidad y “accede a la inmortalidad, al convertirse en tan cruel como los dioses…”. Es que un dictador no tiene par social a quien rendirle cuentas.

Es hora de decir No! A toda imposición dictatorial…

Los mejores pretextos sirven a la realización de las acciones más viles… Gastón Leval

Toda acción contra la libertad, por mínima que sea, coarta la posibilidad de un bienestar creativo en un contexto de justicia real. Tanto para el individuo como para la colectividad. Es que sin libertad hasta las fieras pierden la razón natural de su existencia. Por eso, la domesticidad implica, por definición, límites de control. Encierro sinónimo de proceso hacia la castración. Castración social y sicológica en el humano, al pretender que formule su destino, mediante un domador con látigo influyente. Sabiendo, por demás, que el látigo es, sobre todo, el derecho de las bestias… Cuando alguien pretende el manejo total de la cosa pública, conscientemente o no, desde una posición política de mandatario, convierte la posición gubernamental obtenida en una fuente grave de autoritarismos… Autoritarismos que apoyan su exaltación con la prepotencia, lo despótico, la arbitrariedad. Es ya la marcha de los inocentes rodando al cadalso de la tiranía. Las palabras de la Iocasta de Eurípides vienen, de la tragedia del ayer, a llamarnos la atención con su advertencia: “¿POR QUÉ TRIBUTAR HONOR INMODERADO A LA TIRANÍA, ESPLÉNDIDA INJUSTICIA?”.

¿Qué mismo es la democracia?

Tanto ha sido repetido que, para la mayoría de la población, ir a elecciones o elegir autoridades es sinónimo de democracia. El abuso de la confusión ideológica es tal que nada mejor, para cumplir con la democracia, que de forma permanente imponer, por cada triquitraque, elecciones. Irónicamente resulta, así, que un simple procedimiento “técnico” o “metodológico” es ahora lo verdaderamente sustantivo de un modo socio político de administrar una sociedad. Más aun. Existe todo un andamiaje, toda una maquinaria que se echa a caminar, con costos económicos y sicosociales, por demás caros, para que algún candidato concluya gritando que “¡He sido elegido Constitucional y Democrá ticamente!”. Lo que significa, en la práctica, “Ahora ya puedo hacer lo que me venga en gana… A partir de hoy yo impongo mis criterios, mis deseos…”.

En otras palabras, mediante las urnas/voto físicas o virtuales alguien, cualquiera que sea, logra el “derecho democrático” para manipular a su antojo la cosa pública y con esto la manipulación, también, de una población, amarrada por su gestión electoral, convencida de la razón de ese derecho. ¿Patología política convertida en salud social? ¿O es que aun no sabemos, pese a la experiencia diaria, que cada elección es una vil compra de conciencias, de oferta de engaños, de cohechos y chantajes, de striptease de miserias? Clientelismo vestido con eslóganes de pacotilla, metamorfoseado con concepciones seudorevolucionarias, ofreciendo la salvación como en feria de milagros! ¿Es que una sociedad puede salir adelante, mediante un desarrollo propio, que tenga en cuenta su realidad y el contexto en que se desenvuelve, siguiendo el ritmo de semejante cachinería polítiquera?

Los 28,000 tulipanes

En 1789 la revolución francesa definió la inutilidad, la sinrazón y la injusticia del existir de las testas coronadas. Este llamado de atención no pertenecía a una localidad. Tenía que ver con cualquier sitio en donde alguien, desde una u otra gestión, pretendiera declararse en poder absoluto usurpando el derecho popular natural. En buena medida era una forma, y terminante, de poner en vigencia el Contrato Social de Rousseau. ¿Es que si hay monarquía puede hablarse acaso de Derecho Ciudadano? Saint – Just, uno de los grandes combatientes de la lucha antifeudal, era concluyente. “La monarquía no es un rey, es el crimen”. O sea, gobernar desde semejante posición, significa rapacería, despojo, expoliación… Lógica, que sin necesidad ya de otra explicación, proclama un axioma contra el poder por el poder… “¡Nadie puede reinar inocentemente!”. Si en la Inglaterra de mediados del siglo XVII, fue ajusticiado Carlos I en calidad de rey para dar paso al republicanismo místico de Cromwell, cuando sube al cadalso Luis XVI, el 21 de enero de 1793, no muere ni siquiera un hombre. Por fin es liquidado un sistema de oprobio y delictivo. Además, como ratificó en ese entonces, el propio Saint-Just “Luis es un extraño entre nosotros…”.

Calígula: O recuerdos del presente

Pocos han sido los tiranos que no han terminado vertiendo su propia sangre. ..
Muy poca cosa es el ser humano! JUVENAL.

¿Contradicción? ¿Sólo información oficial? ¿Ausencia de otras referencias? Dicen que el pasado es fuente de fantasmas. La cotidianidad, eso sí, en muchas ocasiones, los transforma en realidades vigentes… Es que la idiotez, la imbecilidad, la torpeza desde que el mundo es mundo, y alguien trató de acaudillarse en la sociedad creada, subsisten en un jolgorio permanente desde el protagonismo patológico del poder… Calígula es la síntesis de la inhumanidad sin límites. Representa, además, la infausta presencia de todos los césares! “En un primer momento Calígula fue popular, algunas medidas sensatas iban acompañadas de espectáculos extravagantes. Su crueldad e irresponsabilidad enseguida se hicieron patentes y una seria enfermedad probablemente afectó su cordura”. Estos datos de la Historia del mundo antiguo de la editorial Akal están ampliados, con un estilo biográfico muy personalizado, por Suetonio.

Sobre las injurias a un Presidente

No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor. El amor empuja a tener, hacia la fe de los demás, el mismo respeto que se tiene por la propia.

Mahatma Gandhi

Hace ya algunos años, a inicios del siglo XX, Leonidas Plaza Gutiérrez, presidente del Ecuador en ese entonces, era culpado de autor intelectual y de haber armado el operativo que terminó con la vida de Eloy Alfaro Delgado. La turba que lo arrastró desde el panóptico hasta El Ejido, donde sus restos fueron incinerados a la vista de todos, no pasó de ser el instrumento del crimen. Fue ¡la hoguera bárbara! como calificara Alfredo Pareja Diescanseco semejante acto de felonía y crueldad. Desde ese enero de 1912 los escritos periodísticos acumulaban denuncias, amenazas y acusaciones en un contexto de dicterios, socarronería e injurias. El blanco de cada palabra, de cada gesto, de cada caricatura tenía un nombre: Leonidas Plaza Gutiérrez. Dicen que… En una ocasión el periódico con que Manuel J. Calle atacaba sin piedad a Plaza, no salió a circulación. El presidente supo que su ausencia era porque el “Tuerto” Calle no tenía dinero para comprar el papel… Entonces ordenó que le faciliten, desde el propio gobierno, las resmas necesarias para su impresión. Que sea verdad o no este “decir…” ya no tiene importancia, en su expresión formal. No es más que parte del atuendo con que, en ciertos momentos, se vestía una época. ¿Y hoy? Sólo enjuiciamientos, cárceles y persecución… También amenazas y chantajes…

¿Otra Crisis del mundo Árabe? IV

Rally for Libya

UN PROBLEMA PERMANENTE: PALESTINA! Y no de ahora… Desde mucho antes de la descolonización del imperio otomano. En realidad, un problema que nos concierne a todos. E históricamente, una realidad social sinónimo de genocidio, manipulación política, migraciones y refugiados, ausencia de solidaridad humana, distorsión y sesgo político de la justicia internacional… Al parecer, y desde cierta coherencia práctica, todo esto pasaría al recuerdo, aunque recuerdo fuertemente negativo, ante el reconocimiento definitivo de la formación actual del Estado Palestino. Al menos hay gestos mucho más claros, al respecto, desde la Casa Blanca que en circunstancias anteriores. Pero también de instituciones que antes opinaban poco sobre el asunto. Para el Banco Mundial, por ejemplo, aunque “Todavía se requieren cambios significativos en el ambiente político para incrementar la inversión privada, particularmente en los sectores productivos (…), su actual estrategia de creación de instituciones y reparto de servicios públicos, está bien posicionada para el establecimiento de un estado en cualquier momento en un futuro cercano”. Actitud interesante a la que hace sumatoria la declaración del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, de que España reconocería el Estado Palestino, en este año 2011, al margen de la posición colectiva de la Unión Europea.

¿Otra Crisis del mundo Árabe? III

Rally for Libya

DEL PANISLAMISMO AL PANARABISMO… Como que la visión actual de las cosas apunta a que el planteamiento debería ser lo contrario. Pero los hechos evidencian otras perspectivas. El mundo árabe destinado al conocimiento de la ciencia y la filosofía, un tiempo después de la conquista de las huestes de Mahoma, desde La Meca hasta España, ladeando el norte de Africa (siglo VII), había concluido mucho, pero mucho antes de la toma de Granada en 1492, contra los restos de la imposición imperial musulmana.

Las luchas intestinas dinásticas habían permitido, la presencia, por expansión territorial, de la administración socio política de los turcos… A partir, prácticamente, del siglo XIII, los pueblos árabes hasta hace poco portadores del mando y el orden, pasaron a integrar el pluriétnico Imperio Turco Otomano, hasta su derrumbe a inicios del XX. Aunque bajo la “protección”, en general, de la misma fe islámica, muy pocos comunidades árabes pudieron insistir en la posibilidad del reencuentro con su propia identidad. Es que, de angas o de mangas, toda colonización exige del colonizado ruptura de sus valores y asimilación de los impuestos por el colonizador. Más aun sabiendo que toda colonización es sinónimo de represalia permanente mediante el miedo. Para el Imperio Turco Otomano, desde sus inicios, la fuerza bruta militar alcahueteó, hasta el final, su triste desempeño histórico. ¿Cómo salir de esta trampa, y cuándo, y hacia dónde?

¿Otra Crisis del mundo Árabe? II

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ENTRE LA CORRUPCIÓN, EL MIEDO Y LA MISERIA… Después de la primera guerra mundial, en que el Imperio Turco Otomano voló en pedazos, sólo unos cuantos patriotas deambulaban, políticamente, buscando recoger los trozos de su historia desperdigados… Los “Jóvenes Turcos” es el movimiento de un inicio político formal que esperaba fijar los límites definitivos de Turquía y que luego, por la presencia de Mustafá Kemal Ataturk, primer presidente de la República Turca, es logrado. Los cambios sociales, políticos, culturales fueron abrumadores en un contexto de ferviente entusiasmo. Los pueblos árabes tradujeron este acontecimiento a favor de sus intereses. ¿Por qué no seguir el mismo camino hacia un destino propio? Las monarquías, mayoritariamente, cayeron en desuso y los golpes de Estado, políticamente justificados, catapultaron los nuevos liderazgos.

Desde comienzos del siglo XX hasta fines de la segunda guerra mundial, o quizás hasta después de unos cuantos años de la Guerra Fría, las ahora repúblicas árabes seguían en la lucha por una estabilidad socio política, sin conseguirlo. Como que eso de pasar de un colonialismo demasiado retrógrado, manipulado por el Imperio otomano, a otro manipulado por los países más adelantados del mundo, no significaba sino una nueva forma de bloqueo, de extorsión. Con la presencia de la Conferencia de Berlín (1884) y las resoluciones de la Liga de las Naciones (1920-1946) el mundo árabe fue repartido entre Gran Bretaña, Francia, (Italia) bajo el membrete de protectorados, con la aprobación de Estados Unidos, desde el escenario cosmetológico del “modernismo occidental”…

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