27 julio, 2024

Son mis dudas, mis preguntas, quienes una y otra vez me regresan a casa

A veces pienso que no fue en vano haber dudado. No fue en vano haber tropezado, haberme hecho preguntas. 

A veces pienso que no fue en vano haber transcurrido períodos inciertos. Pero no hablo del “afuera”. No me refiero a situaciones de enfermedad o necesidad económica. No, no, nada de eso. Me refiero a momentos internos muy míos. A esos tiempos donde la vida te presenta diferentes desafíos. Momentos para decidir si seguís o te desviás. Donde tenés, incluso, sentimientos opuestos a lo que dice tu mente (o tu consciencia, no sé). 

A veces pienso que no fue en vano haber sufrido, haberme vuelto a hacer preguntas una y otra vez. 

La vida es una constante decisión. ES elegir todo el tiempo. De hecho, es eso lo que me trae devuelta. Son mis dudas, mis preguntas quienes una y otra vez me regresan a casa. Fue todo eso lo que hoy agrandó mi fe. Fue todo eso, cada momento, cada encrucijada, cada tentación en mi camino, lo que hoy me permite “ser”. 

A veces pienso que no fue en vano haber sentido que las estructuras que tenía se cayeran a tal punto de no quedar nada de nada. Al punto de quedar expuesta, desnuda ante Dios. Para volver a decidir, esta vez o, mejor dicho, otra vez, el camino que me lleva a mi verdadero hogar. Sin ninguna atadura. Más libre. Más segura, más feliz. 


Artículos relacionados

Vivir Heroicamente (II)

Nuestro Dilema

“En el mundo se puede encontrar personas que saben superarse, ser mejores
versiones de sí mismas. Gracias a haber encontrado un propósito por el cual vale
la pena vivir, una visión por la cual vale la pena luchar y valores que valen la pena
defender”. Este siglo necesita desesperadamente legiones de personas dispuestas a
dar el paso y a vivir por un gran propósito, personas que sepan cómo hacer elecciones
sabias y que puedan hacer que cada día sea importante”. (Chris Lowney, 2010: 14).
Son los consejos que da el autor de “Vivir Heroicamente” a los jóvenes y personas de
hoy. Y es lo que queremos compartir y formar en nuestros lectores.

La clave de la vida está en tener claridad en los fines: ¿para qué estoy en este mundo?
¿Cuál es el fin de mi vida? Pero para ello, debe saber negociar las estrategias, teniendo
distinción de los medios, creando las estrategias adecuadas para alcanzar el fin.
Muchos sucumben en la vida, porque invierten las prioridades, el medio lo hacen fin,
no saben el para qué, caminan por el mundo sin norte, perdiéndose en un mundo
complejo y de cambios rápidos y bruscos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×