29 abril, 2024

Segundos y horas

Más me vale no contradecir con esta altivez el título por el que este artículo lleva, a quien en su música, logró conectar a todo un país.

La silueta del reflejo por donde pasaba la ráfaga de las historias sin fin, contadas por algún iluminado, que claramente con cierta claridad encontró la mezcla entre los colores múltiples de los extraños efectos adversos de la pitahaya con el amor incondicional de una mujer.

Pálpito sin sucumbir, este iluminado, de aspecto por momento de “Ario”, lograba entre cocer los corazones de un grupo de muchachos que más se acercaban a la categoría “escaleras al cielo” según los testigos de lo desconocido (“X”), a un grupo de jóvenes que todas las mañanas se levantaban, ¡con la ilusión del enamorado, con la ilusión de quien ora, con la ilusión de quien gana la lotería! !Pero qué bonito que esto suena! sencillamente a tocar la redonda. El Tao, logró permitir que los aires del golfo, lleguen con frescura por mi camino, el camino que lo fortaleció gracias a la esférica. Los tres primeros párrafos han querido igualar un céntimo de originalidad, de la facilidad de palabra de mi gran amigo Diego. Él hacía música, yo solamente escuchaba y aprendía. Pero aprendí mucho más de Diego en la cancha. Aprendí que cuando dices “yending” a las 6 am, es que vas a llegar media hora después, pero por algo más importante, tu familia. Aprendí que el fútbol es sencillo, que 3 pases en una cancha de 5 vs 5 es gol. Que cuando alguien te dice qué hacer (si tenías que ponerte camiseta blanca o negra), tu vas con la camiseta multicolor. De Diego vi de cerca los mejores goles de 3 dedos, con su zurda, una zurda mágica, como si el mismísimo Roberto Carlos estuviera pateando, solo tenías que ponerla, como él siempre lo pedía, y él hacía el resto. Que cuando no llegaba al pase, era por mi culpa. O que todas las semanas tenía una mejor dupla que otra. También que siempre había que armar bien los equipos porque nunca estaban bien armados. Aprendí que a los administradores del grupo o dictadores como les decía él, se les hace imágenes con inteligencia artificial con mezcla de dictadores de verdad. No puedo olvidar tampoco las fotos sobre su dieta que siempre subía al grupo. Nos enseñó a comer como un verdadero obrero para no lesionarnos. Aunque en los últimos meses estaba en un camino más “fit”. El emprender y hacer era parte de su cultura, la creatividad, su escudo principal. El apoyo y el amor al arte que compartía con Camille, su pasión. Bien ya nos enseñaba Diego, que son segundos y horas. La vida así de frágil es, pero él ya lo tenía claro. Ese martes, una parte de mí también se fue con Diego, como todos sus amigos, porque pudo haber sido cualquiera. Pero esta partida nos enseñó a estar más juntos que nunca y el amor que Diego creó ese día, no tiene precedentes. “De pie, digan lo que digan, quédate de pie con la mirada al sol”. Gracias por todas tus enseñanzas Diego, nos vemos pronto.

 

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12 comentarios

  1. Seguro estoy por que también tuve esas experiencias q viviste compartí mucho de eso con amigos de fútbol q nos unieron para siempre y creo q están en un lugar especial compartiendo el balón q nunca se mancha y si nos volveremos a reencontrar QEPD

  2. Gracias Vito por escribir las palabras que siempre daban gusto ver entre 6:10 y a veces hasta 6:35, el fútbol une y rompe barreras, nos volveremos a encontrar en cualquier cancha de este mundo infinito. ⚽️

  3. Gracias Vito por tan mágicas palabras, ese martes a todos se nos partió el corazón y mediante nos vamos recuperando nos damos cuenta que no quedo igual quedamos con el corazon incompleto!

    Las mañanas de fútbol nunca más serán igual!

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