27 julio, 2024

Quito y Guayaquil por siempre y para siempre

Mi homenaje a nuestras fiestas patrias, VEINTICUATRO DE MAYO DE 1822. Guayaquil y Quito, somos una sola nación, un solo estado y ojalá fuéramos guiados por una gobernanza ética y moral sin politiqueros de mal talante que tanto daño nos han hecho y nos siguen haciendo.

Guayaquil a 24 de mayo de 2023.

I
José J. de Olmedo y Carlos Montúfar
Amaron a su tierra.
Sol quiteño, mar guayaquileño.

II
Quito y Guayaquil, unidos
Por el patriotismo de sus hijos,
serrano y costeño germinaron heroísmo.

III
Olmedo, con el Derecho y la Poesía
encumbró a Guayaquil a su Independencia.
¡Gloria Imperecedera!

IV
Montúfar, su ingenio militar
Enfrentó a la fuerza del mal
¡Quito refulgió Gloria Eterna!

V
El ecuatoriano ha comprendido
Que Derecho y bayoneta
Nunca han convivido.

VI
Al futuro ecuatoriano, ni el rey lejano
Ni el Libertador cercano
Pudieron ni convencer ni vencer.

VII
Bolívar, recia personalidad varonil.
Grande en la Historia,
Pero…, tan pequeño con Guayaquil.

VIII
Gratitud eterna para nuestros próceres
De mil batallas de verso y fusil
Forjaron el naciente porvenir.

IX
Hoy, añoramos esa entrega.
Aún no hay fértil germinación
Que forje al verdadero Ecuador.

 

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Manuel Benítez Carrasco nació en el barrio el Albayzín de Granada, España, el 1 de diciembre de 1922. Allá por los años cincuenta deja España y viene a América, donde vive en algunas Ciudades, entre ellas, Guayaquil.

Bohemio de alma y poeta prolífico, escribió muchas poesías, entre ellas las famosas “Soledades” (soledad del amor desprendido, Soledad del amor indiferente, soledad del amor generoso), Tus cinco toritos negros, El perro cojo, Tengo el caballo a la puerta y esta preciosa poesía que regaló a Guayaquil.

Este hermoso poema describe al Guayaquil de ese entonces, cuando aún no estaba en la cima del Cerro del Carmen, el monumento al Corazón de Jesús, el Cristo que nos protege, y en su lugar había una cruz grande y hermosa. Pero dejemos que sea Manuel Benítez Carrasco quien nos describa ese Guayaquil, sus hermosas mujeres, ese enamorado río y el fuerte brazo de mar.

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