26 abril, 2024

Los libertadores

Se han cumplido 200 años de la histórica entrevista de Simón Bolívar y José San Martín, el 26 de julio de 1822, veintiún meses después de la independencia de Guayaquil y dos meses de la batalla del Pichincha, que culminó con la independencia de Ecuador.

Es de tal transcendencia e importancia su celebración, que la Conmebol decidió que el juego final de la Copa Libertadores de América este año se lleve a cabo en nuestra ciudad, en el Monumental del Barcelona Sporting Club. El Encuentro de estos dos grandes de América duró menos de dos días, apenas 36 horas, habiendo partido San Martín en la madrugada del 28.

El Consulado argentino, con colaboración de la Academia Nacional de Historia Capítulo Guayaquil, reunieron a ocho historiadores de países sudamericanos en un Conversatorio de los Libertadores de América, en el Salón de la Ciudad, en el Municipio de Guayaquil (26 y 27 de julio), a escasos metros de donde ocurrió la entrevista. Hubo conferencias, aportes, discrepancias y diferentes interpretaciones sobre las conversaciones entre los Libertadores, con consenso en determinar la carta de José Gabriel Pérez, edecán de Bolívar, dirigida a Sucre el 30 de julio de 1822, como una de las versiones más fidedignas; no existen actas ni resúmenes de la entrevista, las conversaciones fueron privadas.

Resultados: Guayaquil no se anexó a Perú como pretendía San Martín. Bolívar y Sucre llegaron a Lima con sus tropas a culminar en diciembre de 1824 la campaña emancipadora iniciada por San Martín en 1820. Lo que nadie puede dudar es que antes del encuentro de Guayaquil existía entre ambos sentimientos de amistad, respeto y admiración mutua, aunque sus personalidades e intenciones no fueran exactamente iguales. Bolívar deseaba y utilizaba el poder para sus fines de libertad y construir su sueño de una gran nación sudamericana. San Martín era militar puro, no político y desdeñaba los enredos e intrigas del poder, y prefirió retirarse.

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Deuda y Comunicación

La deuda en realidad es alrededor de $37.000 millones o alrededor del 40% del PIB ($93.700 millones) y no alrededor del 28 % del PIB como nos informan con cifras maquilladas, que no incluyen la deuda a entidades chinas reportadas en alrededor de $6.500 incluyendo $2.000 millones del crédito de Julio 2014 y que deben ser pagadas con petróleo; ni las deudas a Occidental ($2.400 millones) y Perenco ($400 millones) por concepto de juicios internacionales perdidos y que se encuentran en etapa de apelación desde hace un año; ni $502 millones por revalorización del oro, que constituye un asiento contable y no dinero líquido, tomado de los dueños de cuentas de ahorros, corrientes y afiliados al IESS; ni $650 millones a pagar el próximo año por concepto de los Bonos Global 2015. Estas deudas no deben ser excluidas sino contabilizadas, para mantener un buen manejo económico y no trasladar el problema al próximo año, mientras el endeudamiento continúa durante este año.

Motivados por esta crisis económica, el Gobierno pretende manejar todos los fondos existentes en el país, incluyendo los privados, y trata de obstruir el libre flujo de información con obstáculos para la prensa, comentaristas de materia económica y políticos del país, con los artículos 17 del Código Monetario, 322 del Código Integral Penal y 22 de la Ley de Comunicación.

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