24 abril, 2024

¿Por qué estamos como estamos?

En la radio, oí un comentario sobre la pérdida de los dos partidos de la selección de fútbol, que me preocupó mucho.

No tiene que ver con el juego, sino con el comportamiento humano. Las actitudes prepotentes, las amenazas, los insultos, los desplantes, el abuso, características “humanas”, salvajes del ser humano, que parece que están siendo mucho más importantes que la habilidad, la inteligencia, y las características humanas de los jugadores, puesto que creando pánico, insultando, amenazando, se logra poner a un lado a muchachos jóvenes que quisieran entrar a jugar en las selecciones o en los equipos.

Es completamente normal, el espíritu competitivo y el deseo de salir electo para jugar en un equipo, o para integrar la selección, pero de allí, a pasar a amenazar o a golpear, o buscar hacer daño al otro, estamos pasando del deporte a la delincuencia. Esos malos elementos, por más hábiles que sean, deben desaparecer del ámbito deportivo. Recuerdo la actitud completamente antideportiva de una patinadora de hielo americana, que a Dios gracias fue sancionada en su debido tiempo. El deporte es una actividad de compañerismo, de amistad y por ninguna causa, la competitividad puede llevar a agredir a los otros, sean amigos o enemigos, ni siquiera a amenazar. Sólo uno que compite, pero que no es deportista, puede actuar en esa forma.

El deporte es noble, la competencia es sagrada, quien busca ganar por medios no deportivos (ya sea amenazas, daños al contrincante, pagos o cualquier otra forma desleal, no merece ni siquiera ser considerado un ser humano. ¡Cualquier bestia, es más humana que él! Lo mismo debe decirse de algunos dirigentes deportivos que, con tal de ganar, no tienen empacho en comprar árbitros o jugadores contrarios. Tanto el que compra, como el que vende, son personas asquerosas, que de lo que menos tienen es de deportistas. Pueden ser fanáticos (personas incapaces de razonar), pero deportistas, ¡NO!

Artículos relacionados

¿Creencias?

Que tema tan difícil de tocar, pero tan importante de ponerlo sobre el tapete. Hay pocas cosas tan complejas como el definir nuestras creencias… ¿Por qué? Porque hemos crecido con la guía del parecer de alguien más y a eso le hemos sumado nuestra percepción y experiencias, pero al final del camino… ¿En qué creemos realmente?

Muchos de los lectores inmediatamente pondrán sus ojos en la religión, otros pensarán que hablo de temas políticos, pero otros pocos evadirán por completo el tema, es más, me escribirán reclamando por tan extremo exabrupto, sin embargo, esto no los libera de definir el principio moral, ético y esencial de su ser. ¿Cómo puede uno ir por el mundo sin tener claro a donde va y por qué?

El puerto: Caso de Ripley

Abril 1958. El Presidente Ponce Enríquez, por pedido de su Ministro de Obras Públicas, Sixto Durán Ballén, emite decreto de emergencia creando Autoridad Portuaria de Guayaquil. Personajes notables, de raigambre quiteña, nos dieron el Puerto de Guayaquil.

Febrero 1975. Tres años separado de mi familia viviendo en Quito como Gerente de INECEL eran demasiado. Renuncie y el Presidente Rodríguez Lara me solicito encargarme de la gerencia del Puerto Marítimo de Guayaquil.

El Banco Mundial se negaba a concretar el crédito para la ampliación, por un impase surgido, pero se pudo resolver el mal entendido y se reabrió la calificación de firmas que previamente había seleccionado una sola.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×