19 abril, 2024

El porqué del éxito

El 23 de abril de 1993, en el Hospital Gineco-Obstétrico “Enrique C. Sotomayor”, nacieron los sextillizos Rodic Arteaga, luego de 26 semanas de gestación. Su recepción fue un acontecimiento. El Dr. Guillermo Wagner, Gineco-Obstetra, dirigió el trabajo, y buscó el Hospital Sotomayor, por considerar que era el Hospital mejor equipado, y con el personal más capacitado para la recepción de un parto tan complicado.

Veintiocho años después, en la familia Campoverde Salazar, que vive en Flor de Bastión, en Guayaquil, se dio un nuevo caso de embarazo múltiple, cuando Marcy dio a luz en el Hospital Paulson, 2 nenas y tres varones, casi al cumplir las 32 semanas de gestación, luego de un embarazo natural. A los cuatro meses de embarazo, a la madre hubo que hacerle un cerclaje para evitar el aborto, y los padres buscaron el Hospital de Especialidades Alfredo Paulson, para realizarlo y, de una vez, resolvieron que el parto debía realizarse en esa Casa de Salud.

¿Qué tienen en común estos dos Hospitales? Ambos han sido Hospitales de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, y Hospitales docentes.

¿Qué es un Hospital docente? Es un Hospital en el cual, todo el personal Médico y paramédico está en la obligación de preparar a todos los demás miembros de su personal. Hay dos formas de hacerlo: Primero, los posgrados: Los Residentes del Hospital, son Médicos graduados y con título y, además, son alumnos Universitarios de las carreras de Posgrado en cada especialidad, clases que se dan aprovechando contar en los Hospitales, con los mejores especialistas del país. De esta forma, se asegura la excelente preparación de los futuros especialistas en cada una de las especialidades. Además, los que no son Profesores de Posgrado, también son formadores, pues todos los médicos y paramédicos, están en la obligación de enseñar a los que están por debajo de él, todo lo que ellos saben. Esa doble docencia, que se da en los Hospitales docentes, asegura la excelente atención, a todos los pacientes que se atienden en estos Hospitales.

La regla de oro para el personal es el trabajo en equipo. El equipo de trabajo es unido y todos colaboran.

Cuando nacieron los séxtuples, el Hospital Sotomayor tenía el posgrado de Gineco-Obstetricia, que colaboró en la atención de la madre y en el parto, y los posgrados de Pediatría y Neonatología, que aseguraron la excelente actuación de todos los Médicos del Staff, tanto a la madre, como a sus hijos.

Todo el personal del área de Neonatología del Hospital estuvo pendiente de los séxtuples, tanto los especialistas en Neonatología, Pediatría, enfermeras profesionales, terapistas, auxiliares y todo el personal del Hospital, en imágenes, laboratorio, cirugía y demás.

Ahora, luego de 28 años, los 4 sobrevivientes del parto de séxtuples son graduados de la Universidad y profesionales exitosos, Haydeé es psicóloga clínica, trabaja en el Departamento de psicología del Hospital del Niño “Ycaza Bustamante” y aparte tiene su consultorio profesional donde atiende niños con fallas de aprendizaje y pacientes con diversos problemas psicológicos. Es madre de una niña de 10 meses. Ericka, es ingeniera comercial, con maestría en finanzas, trabaja en DHL. Está entrando al sexto mes de embarazo. Fernando es Ingeniero comercial y trabaja en una exportadora de banano y ya está comprometido. Diego es Abogado de la República, máster en derecho procesal, en ejercicio libre de la profesión. Tiene su Estudio particular.

En la atención de los quíntuples, el posgrado de Gineco-Obstetricia del Hospital Paulson, preparó la atención Gineco-Obstétrica de la madre y del parto, en el Hospital de especialidades “Alfredo Paulson”, y el Posgrado de Neonatología y el de Pediatría, prepararon todo en el Hospital “Roberto Gilbert” y en la Sala de cirugía del Hospital de Especialidades “Alfredo G. Paulson”, para la recepción de los quíntuples.

El trabajo en equipo es básico para atender los casos que se salen de lo común, y la colaboración de todo el personal, que incluye enfermeras especialistas y auxiliares, Terapistas respiratorios, personal de limpieza y todo lo demás, inclusive personal de oficina, ya que todos, son la base del éxito.

Es de destacar la gran ventaja del trabajo en equipo que se da en los Hospitales de la Junta de Beneficencia de Guayaquil. En verdad son un solo gran Hospital. Equipos de Obstetricia y Neonatología han atendido algunas veces, partos emergentes en el Hospital Vernaza. Pacientes complicados e Mmternidad o el Instituto, son derivados a la UCI del Vernaza, Los Hospitales Luis Vernaza y Roberto Gilbert han colaborado con éxito en cirugías y atenciones en el Instituto de Neurociencias.

En estos dos partos, sin la ayuda de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, que puso todo el empeño y el dinero para tener todo en perfectas condiciones, creo que hubiera sido difícil obtener tanto éxito, incluso recuerdo que, en 1993, se tuvo que adquirir urgentemente, más equipos e insumos para la atención correcta, y la Junta de Beneficencia de Guayaquil, colaboró inmediatamente.

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Todas las personas que ocupan un puesto de trabajo remunerado, con afiliación al Seguro Social, debemos llegar a la jubilación cuando hemos cumplido la edad y el tiempo de trabajo requeridos para nuestro retiro del cargo. Esto permite que las personas que están debajo de nosotros, ocupen nuestros puestos y que otras personas más jóvenes entren, para asegurar que la Empresa pueda seguir produciendo en forma eficiente y siga progresando. En el caso de los Hospitales, esta situación es más crítica todavía, pues la atención que se presta a la persona con alguna dolencia física, requiere que el personal que la trate sea competente, ágil y tenga los conocimientos adecuados para poder curar, mejorar y aliviar.

A medida que nos vamos acercando al fin de la vida, debemos aceptar que el mundo no se acaba con nosotros y debemos comprender que nuestros puestos deben ser ocupados por personas más jóvenes, que empujen el carro y logren que el mundo no sólo siga adelante, sino que vaya progresando. Sólo un tonto podría pretender seguir siendo la estrella hasta el final. Así como la belleza y la fuerza van menguando, hay otros valores, sobre todo espirituales, que deben ir aumentando, preparando nuestra alma para el viaje más importante que algún día, todos debemos emprender.

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