26 julio, 2024

Los miserables.

El país vive tiempos de descomposición política, zozobra económica, convulsión judicial y ebullición social. No es una exageración. No es cuestión de que el vaso esté medio vacío o medio lleno, es que el vaso ya no existe, también se lo llevaron mientras hurgan por más.

Algunos ya se fueron, otros fugaron, solo unos cuantos cayeron y muchos otros aún merodean la carroña. La trágica suerte del Ecuador es la consecuencia de un sistemático abuso del orden constituido a lo largo de los años, la penosa ineptitud de sus autoridades y el conformismo ciudadano. Es la mejor definición de un antagónico tercermundismo al que no renunciamos por temor a enfrentar una cruda verdad, no hay almuerzo gratis. En 40 años de aparente democracia no hemos aprendido la lección y lo que es peor, parecería que estuviéramos parqueados frente a la tarea, pero sin ánimo de emprenderla. El estado de calamidad nacional es apenas amainado por esporádicas proezas deportivas que nos recuerdan que todo es posible cuando el talento y la disposición superan los obstáculos por más infranqueables que parecieran.

Las fechas cívicas nos recuerdan el sacrificio de héroes para quienes el peso de sus ideales tuvo un valor inconmensurable. Eso es lo que individualmente nos falta hoy y lo que también nos divide como sociedad. La suma de voluntades hace la fuerza y la falta de unión nos debilita también. Doce años de socialismo nos han abatido, pero renunciar a nuestra propia reivindicación nos convertiría en alcahuetes de una historia sin juicio final. 

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“Las ideas deben trabajar con el cerebro y por los brazos de hombres buenos y guerreros, o no serían mejores que simples sueños.” – Emerson –

Los grandes logros de la humanidad han empezado siempre siendo como una semilla, o sea que se gestan en determinada ocasión y esta crece y no para hasta que podemos decir que se convierte en un gran árbol. Pero esto no quiere decir que no debemos accionar y que debemos quedarnos cómodos esperando que ‘otro’, que ‘alguien’, la materialice por nosotros. Todo lo contrario. Al igual que a las plantas, a las ideas hay que regarlas, abonarlas, podarlas, cuidarlas, quererlas, etc., ¡Actuar!

1 comentario

  1. La descomposición moral política es inverosímil y llena de impotencia al pueblo tanta descomposición que la carroña huele a perfume en los pasillos de Carondelet y la Asamblea
    Es tan grosera esta descomposición moral y política que una coalición de Europa de partidos de Izquierda Socialista ha llegado al Ecuador a visitar al reo Glass y ofrecer ayuda legal para presionar su libertad como perseguido político
    Resulta una barbarie los pájaros disparando contra las escopetas la carroña toma forma Pero el pueblo no ha podido reaccionar por que una gran parte de la prensa y del poder hegemónico económico de este País se coquetea con el poder político de este momento estableciendo un marasmo de conformidad “sacamos al Caudillo dictadorsuelo Corrupto de RAFAEL CORREA y volvemos a gobernar “ con signos evidentes que el pasado volvió a sus andanzas muertos insepultos Nuevamente al poder

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