16 abril, 2024

¿Por qué hay que leer el Quijote?

Si escribo esto es por liberarme de alguna manera de esa visión real, nada ficticia y cada vez más habitual, de jóvenes y no tan jóvenes paseando por la calle, o bien estacionados mientras esperan un medio de transporte, o sentados junto a otros comensales, y qué sé yo cuantas otras muchas situaciones, impregnados del mundo virtual de un aparato, que por supuesto su utilización y aprovechamiento goza de muchas ventajas, no seré yo quien vaya a negarlas, pero también es cierto que priva de la comunicación real, cara a cara, mirándose a los ojos, y de ese tiempo de ocio que antes ocupábamos en la lectura. En esto último quería entretenerme hoy un ratito.

Quiero decir con ello que la gente más joven ya no lee?, por supuesto que no. Estoy segura que son muchos los que lo hacen, aunque también sé que no son pocos los que responden que comparado con otros entretenimientos, la lectura les resulta aburrida, que hay palabras que desconocen su significado, que mejor matar el tiempo con una tableta o un teléfono inteligente. Por eso he utilizado una obra de Cervantes, como el Quijote, para de alguna manera, colaborar en que no se pierda el hábito de leer un libro y lo quiero razonar de alguna manera.

Un primer argumento sería comentar que todo escritor tiene un propósito principal a la hora de escribir su libro, que puede ser psicológico, didáctico y sobre todo personal. Averiguarlo por parte del lector es todo un desafío mental que nos ayuda a crecer humanamente. Tras la lectura de su obra, deducimos que Cervantes la escribió para parodiar los libros de caballerías, esas inolvidables y fantásticas aventuras donde un caballero vivía impulsado por su afán de notoriedad y por el amor a una dama, un caballero que además tenía la misión de proteger a los indefensos y perseguir la injusticia. Y lo comprobamos por la sátira que el autor hace de las absurdas y peregrinas fantasías que se desarrollaban en este tipo de novelas. Y si profundizamos algo más, nos damos cuenta que Cervantes también critica de alguna manera la sociedad de su tiempo que parece vivir en una constante confusión entre ficción y realidad, que contemplamos en el protagonista que ha leído tantos libros que no sabe distinguir lo fabuloso de lo real.

Pero el Quijote es una obra universal que supera los límites de la parodia. Así, existen muchas interpretaciones que se complementan y que pueden dar una idea de su profundidad significativa. Muchos han visto en ella el reflejo de su autor, inclinado durante un tiempo a la vida heroica y movido por un idealismo que luego se vio frustrado. Para otros autores el Quijote también refleja la España de su tiempo que se desmorona; representa una nación guiada por ideales caducos. Otro argumento, que en cierta manera nos humaniza, consigue que indaguemos en la naturaleza del ser humano visto por Cervantes, quien dota a sus personajes de una compleja dualidad, lo mismo están ocupados en soñar como en satisfacer las necesidades básicas; a don Quijote lo vemos como un loco, pero también un ser juicioso y que razona. A Sancho igual lo vemos como materialista que como bondadoso, unas veces resulta simple y en otras muestra gran inteligencia natural. Algo tan inherente a la naturaleza humana como la frustración lo vemos perfectamente retratado en esta obra y es que en sus personajes se resalta el contraste que supone interpretar la vida como uno quisiera que fuese y como es en realidad.

También la locura tiene un papel importante en la obra. A ella acuden muchos de los protagonistas que si bien no se entregan a ella, parecen necesitarla, como Sancho que quiere creer en la ínsula y los duques que buscan la imaginación para hacer más llevadera su rutina. Qué ocurre cuando la ensoñación y la locura desaparecen?, pues que la figura de don Quijote ya no tiene sentido y la continuación de la obra tampoco y así concluye. Una cierta dosis de sabiduría de la vida, de conocimiento de las relaciones humanas, de profundidad en su naturaleza, no vendría nada mal a la juventud actual tan comprometida con el mundo electrónico y virtual y qué mejor lugar para encontrarla que en la lectura.

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Protesta

Hoy que no es hoy mi cerebro ha decidido dejar de alucinar y me ha permitido ver la realidad tal como es, entonces estoy viendo caer miles de flores anaranjadas, rojas y lilas dando inicio al carnaval de la vida. Caen al piso y se convierten en alfombras que la gente recoge para embellecer las paredes, techos, cocinas y dormitorios. Las flores en las calles cayendo desde un cielo verde vivo, verde que te quiero verde, verde amor, verde olvidos, llenan de perfumes los ambientes y los espacios que nos trae el tiempo preciso que aquí ha desaparecido.

No hay ni existe el tiempo, en las calles no hay relojes que le recuerden a la gente que tiene un tiempo que cumplir y vivir. De todo lo que existe nada recuerda al tiempo, entonces no hay ansiedad, no hay temor, no hay miedo y no hay dinero. Todo lo que existe está para ser disfrutado, todo trae gozo, plenitud y serenidad. La vida sirve para ser vivida y nada más, no hay que pagar nada, ni orar a nadie ni a nada. No hay padres nuestros ni salmos rojos ni santos ni demonios. Es más, nada es santo, TODO ES y nadie sabe cómo es, cuánto es, por qué es y sí es para siempre. La gente nace y muere viviendo lo que quiera y donde quiera, sin embargo no somos reyes ni tiranos, cada cual es gozoso, sin culpas ni rencores. Como no hay pasado ni futuro solo existe el presente, ahora, aquí y ese es el único motivo para vivir, estar aquí y olvidar las deudas. No hay juicio ni gente juiciosa.

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