5 octubre, 2024

A mi médico

Vital Aza Álvarez-Buylla, Médico, escritor y poeta satírico español, nació en 1851 en Ponce de Lena, Asturias, en el noroeste de España y murió en 1912. Después de estudiar y ejercer la Medicina escribió más de setenta obras de Teatro con notable éxito, algunas de ellas con Miguel Ramos Carrión. Se destaca entre ellas “Basta de matemáticas”. Poeta de fino humor, tiene entre sus poesías, esta que presentamos ahora, una carta “A mi Médico”, en que defiende el vicio del cigarro. Leamos esta preciosa joya:

A mi Médico

Vital Aza (1851-1912)

Asegura Usted Doctor,
con mucha formalidad
que para mi enfermedad
el tabaco es lo peor,
y me pone usted, cruel,
en el trance amargo y duro
de no fumarme ni un puro…
¡ni un cigarro de papel!

Un día – ¡tan sólo un día! –
seguí su plan con firmeza,
pero me entró una tristeza
que creía que me moría.
Yo Doctor, podré pasar,
si así me lo manda hacer,
cuatro días sin comer.
¡Pero lo que es sin fumar…!

¡Imposible…! ¡Empresa vana…!
Mándeme otra medicina:
el colombo, la quinina,
el ruibarbo, la genciana,
¡el demonio!, lo que sea…
que yo tomaré al instante
todo lo más repugnante
de nuestra farmacopea.

¿Pero mandarme señor
que no fume en veinte días?
¡Eso es pedir gollerías
queridísimo Doctor!
En este mismo momento
y sin el menor empacho
encerrado en mi despacho
y saltando de contento,
con un placer infinito
y de mi vicio orgulloso
me estoy fumando un jugoso
Cabañas, ¡que es exquisito!
¿Dice usted que es un veneno
el tabaco para mí?
El tabaco malo, si,
pero hombre ¿el tabaco bueno?

¡No me venga con simplezas!
Yo con un puro me curo;
por algo se llama puro,
¡porque no tiene impurezas!

Un buen tabaco Doctor,
tonifica, fortalece,
depura, nutre, embellece,
limpia, fija y da esplendor.

No hay nada más excelente,
más higiénico y más grato.
Tiene un mal: ¡Que no es barato!
¡Ese es el inconveniente!
Nada Doctor: Yo protesto
contra esa prohibición.
Lo malo de la cuestión
no es esto solo, no es esto.

Lo malo es que mi mujer
ya se ha llegado a enterar
y no me deja fumar
y me tengo que esconder.
Me registra los bolsillos,
si hay algún puro, lo saca
y me quita la petaca
y me deja sin pitillos.

Y me manda y me suplica
que no fume, por favor
“Tiene razón el Doctor,
¡El fumar te perjudica!”
La pobre se desconsuela,
tiene en usted mucha fe
y estoy, por culpa de usted
como un niñito de escuela.

Mientras me levanta el veto,
para fumar sosegado,
me meto en el… excusado…
es decir, donde meto.
Ya comprende usted que yo
no puedo seguir así.
Véngase usted por aquí,
diga que se equivocó.

Que puedo fumar sin tasa.
Convenza usted a mi esposa.
¡Mire usted que es fuerte cosa
fumar de ocultis en casa!
Y si quiere usted Doctor
devolverme la salud,
prohíbame una virtud
¿pero un vicio? ¡No Señor!

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No hay comentarios

  1. ESTA POESIA LA CONOSCO DESDE HACE 35 AÑOS , MI ESPOSA LA DECLAMABA EL ERA FUMADOR PASIBO , ESTA BELLISIMA OJALA Y LOS FUMADORES LA CONOCIERAN Y ENTENDIERAN ,EL MAL QUE HACE EL CIGARRO

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