27 julio, 2024

Las dos revoluciones

En el país tenemos dos revoluciones en marcha. La revolución ciudadana por un lado, que está teniendo logros asombrosos en un tiempo relativamente corto (cinco años), y la revolución del progreso, iniciada hace dieciséis años por Febres Cordero y brillantemente continuada y remozada por Jaime Nebot. Creo necesario hacer un análisis de los logros y de los costos de cada una de estas revoluciones para poder discernir cuál de ellas es más beneficiosa para el país y para nosotros, el pueblo.

La revolución ciudadana busca la igualdad entre los ciudadanos. Ofrece salud y educación gratuita a todos los habitantes del país para lograr por ese medio la igualdad. Es admirable lo que se ha logrado, pues el Ecuador no tiene la infraestructura básica mínima para cumplir con este cometido y por medio de convenios se ha logrado mucho. Por otro lado, se preocupa de los más débiles y ofrece bonos a los discapacitados, a los más pobres, reparte urea subsidiada a los agricultores, etc.

La revolución del progreso, busca la igualdad de oportunidades para todos y se preocupa de que todos los habitantes reciban los servicios básicos (agua potable cubrirá el 100% de la Ciudad de Guayaquil en el 2012 y alcantarillado el 100% en el 2014) y a precio económico (a los sectores marginales, el agua potable a $ 0,27 el Metro cúbico, el más barato del país), y de cubrir en forma gratuita la atención en salud de los ciudadanos pobres, de repartir libros de texto en forma gratuita, de dotar de computadoras a las escuelas fiscales (100% en el 2012), de llegar con el programa aprendamos a más de 500000 habitantes que se inscriben en el mismo, programas de viviendas sólidas y económicas con todos los servicios básicos, para asegurar la cobertura, evitando las invasiones y de remozar la ciudad y sus barrios.

Lo que encuentro de malo en la revolución ciudadana, es el querer igualar para abajo, que todos los ciudadanos tengan lo elemental, impidiendo el discernimiento y el deseo de progreso del que aspira a tener algo más. El silenciamiento que se ha hecho, no de la oposición, sino del derecho a la libre expresión y al libre pensamiento, preocupa seriamente. Nadie es dueño de la verdad y de acuerdo con el criterio que se use, pueden haber varias verdades o al menos varias interpretaciones de cuál es la más conveniente.

Otro de los factores que me preocupa de la revolución ciudadana, es la falta de impulso al desarrollo de nuevas Empresas y negocios. El querer pasar al salario digno, habiendo tanto desempleo, o como dice el Gobierno, subempleo (que incluye en sus cifras a los que piden caridad en las calles), lo único que va a provocar es más subempleo. Procuremos primero el crecimiento del sector empresarial y el empleo firme, y lo demás vendrá por añadidura.

Me convence mucho más la revolución del progreso. Cada persona es libre de subir en la escala de su conocimiento y de su capacidad y sobre todo, con la libertad de expresarse y de buscar para su familia un futuro mejor, manteniendo siempre la opción de dotar de las comodidades elementales en salud, educación y con los servicios básicos bien administrados y a precio extremadamente bajo para los más necesitados. Es una pena la eliminación del PAP, que tanto bien y en forma digna, sirvió a los receptores del bono solidario.

Artículos relacionados

Para un 2015 sinónimo de paz

Este comentario fue publicado, hace 20 años, con el nombre de “El alto costo de la paz”, sobre la situación del Medio Oriente. Hoy, después de tanto tiempo, como que la insistencia en el tema es más que nunca indispensable…E incluso a nivel mundial!

¿Vivir en paz? Armonía social. Bienestar sicológico. Posibilidad creativa… Estabilidad de los caminos. Franquicia en la apertura hacia objetivos previstos. Qué‚ difícil, en cambio, conseguir la paz. Una guerra se gana o se pierde. La paz valida su existir en la permanencia. ¿De qué‚ otra forma comprender o ver sus resultados, sus frutos? Vivir en paz es una cuestión de todos. Solidaridad por consenso, en consenso, para consenso. Con el diálogo se logra la paz; por la paz el diálogo es factible. Sin negociación continua no hay paz. Una paz diaria es un dar y recibir también diariamente. Para el diálogo, la negociación, el consenso la participación colectiva es vital. Opinar, decidir, comprometerse son componentes de una paz duradera.

No hay comentarios

  1. FELICITACIONES, GRACIAS X RECONOCER LO QUE FUE NUESTRO QUERIDO LEON, Y A CONTINUADO NEBOT, COMO QUISIERAMOS TENER UNOS 5 LEON Y 5 NEBOT ESTO SERIA UN VERDADERO PARAISO….

  2. En muchos países comunistas se han hecho grandes carreteras, hospitales y escuelas.

    Me pregunto si cualquier obra pública hecha por un gobierno despótico puede ser calificada como «logro asombroso»

    Obras asignadas a dedo, sin oportunidad de fiscalización,en un país de juguete donde quien fue elegido presidente se desenvuelve como dictador, insultando soezmente a quien le viene en gana, para mí no es calificable como un «logro asombroso».

    Pero como no pensamos ni actuamos como Correa, le he dado la importancia a tu opinión que ha provocado te exponga la mía, sin mediar ni indignación ni coraje, ni provocar insultos u ofensas.

    Es solo una opinión, para lo que importe.

    Saludos,

    Jaime Vernaza Trujillo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×