30 abril, 2024

¿Es Conartel un ente apto para juzgar los valores morales?

No voy a defender a Teleamazonas por compartir sus declaraciones, programación o inclinación ideológica. Hago la única referencia porque éste es un eslabón más en el proceso absolutista y aniquilador que usan en contra del pueblo, su propio poder.

Es un caso de aprovechamiento político encubierto; de no serlo, la indagación debería ir contra los hechos que causaron la “noticia”: “La noticia es un hecho periodístico, equivalente a lo que implica para la historia un acontecimiento. Dentro del ámbito de algunos medios de comunicación, es un género periodístico en el que la noticia es un “recorte de la realidad” sobre un hecho de actualidad que merece ser informado por algún tipo de criterio de relevancia social” *Internet. De ser la verdadera intención “proteger a la población”, deberían estar investigando bien lo sucedido y que yo planteé en mi artículo: ¿Centro de Contingencia, escrito mayo 12.

Mi defensa es frontal, total e irrestricta, a la principal diferencia que tiene el hombre dentro del reino animal y con todos los demás: ¡La LIBERTAD!: De pensar, actuar, opinar y evolucionar (para mal o para bien) dentro del criterio moral que norma a un sector de la humanidad. Dejando establecido que esa libertad está sujeta al límite que para su apropiada interacción fija de común – sin subjetividad – la comunidad. Estas pueden estar plasmadas en Códigos, como es el sistema ecuatoriano, o en tradiciones o criterios al estilo anglo-sajón. Se deben de apartar en un sitial ignominioso las actuaciones viscerales de un megalómano despotuelo.

El psiquiatra y psicoanalista Carlos Norberto Mugrabi afirma: “Somos injustos al olvidar cuánto le llevó a la civilización lograr el derecho a expresarse. Y aún no se ha alcanzado totalmente. Las libertades deben ser cultivadas en conjunto para que surtan el efecto deseado”.

Luego encontramos el Artículo 19 de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”

Estamos enfrentado otro de los grandes atentados que este gobierno írrito ha venido llevando a cabo: Desarticulación de nuestras gallardas Fuerzas Armadas (se planifica –según declaraciones públicas- volverla algo así como una milicia política) De no ser necesaria para la seguridad en el ámbito internacional, cómo manifiestan, ¿por qué mejor no desarticularla totalmente? La Policía Nacional ¿No son curiosas las “reorganizaciones” y quién toma el mando real? ¿La corrupción en el Registro Civil Nacional para la legalización y doble nacionalidad de miles de cubanos?

Dentro de lo que pondré entre comillas están criterios tomados de varios libros y lecturas: “Otro argumento clásico, asociado a John Stuart Mill, es que es esencial para el descubrimiento de la verdad … Oliver Wendell Holmes Jr. y Louis Brandeis, famosos juristas, acuñaron el argumento del mercado de ideas. Según esta analogía con la libertad de comercio, la verdad de una idea se revela en su capacidad para competir en el mercado. Es decir, estando en igualdad de condiciones con las demás ideas (libertad de expresión), los individuos apreciarán qué ideas son verdaderas, falsas, o relativas”. Nótese que en este momento en que el desgobierno ilegalmente controla el mayor porcentaje de medios de comunicación e intimida al resto. Las grandes pérdidas que irroga el uso de esta publicidad y mercadeo Goebeliano es absorbido por nuestro dinero: ¡Ecuatorianos Despierten!

El anterior argumento ha sido criticado “por suponer que cualquier idea cabría en el mercado de ideas. Y aun así, el que unas ideas tengan mayores medios de difusión las impondría sobre otras, al margen de la verdad. Es más, tras la teoría del mercado de ideas existe la suposición de que la verdad se impone sobre la falsedad. Para los detractores está demostrado que los prejuicios se imponen a menudo sobre la verdad, y para cuando ésta se impone muchos han sufrido, a veces de una manera brutal y despiadada, por ejemplo: esto se ha visto, muchas veces, en graves daños a la imagen de personas a través de medios de comunicación, como los periódicos o la televisión.

La alternativa a esta debilidad del mercado de ideas sería la persecución de la falsedad. Pero esta presenta su propia debilidad, ¿cómo saber si se está en lo cierto si se persigue la opinión disidente? Incluso si pudiéramos tener la certeza de la verdad de una opinión, la existencia de opiniones disidentes permite poner a prueba, mantener viva y fundamentada la opinión verdadera y evita así que se convierta en dogma o prejuicio infundado”.

“Lo cierto es que esta metáfora se presta a equívocos, y Mill no comparó la libertad de expresión con un mercado. En Sobre la libertad (1859) apelaba a la libertad para exponer y discutir con el fin del conocimiento. Esto implica unas normas implícitas de conducta que aseguren el mutuo respeto entre los ponentes”.

Me toca otra vez cerrar y lo haré, por ahora, recordando lo manifestado por: Luis A. de Bonald: “Un estado puede ser agitado y conmovido por lo que la prensa diga, pero ese mismo estado puede morir por lo que la prensa calle. Para el primer mal hay un remedio en las leyes; para el segundo, ninguno. escoged, pues, entre la libertad y la muerte”

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