12 octubre, 2024

Reflexiones sobre el manifiesto comunista

La confrontación de las clases económico sociales a las que se refiere la doctrina comunista tiene su sustento en una actividad económica derivada de una forma de relaciones económicas, perdón la redundancia, ya antigua, esto es la que existía entre los burgueses originarios y la clase obrera o proletaria, a la que se refieren Marx y Engels.

El capital tomado como una simple acción de acumulación ilegitima por parte de la clase burguesa es moralmente rechazado por ser la apropiación del plus producto de la producción obrera. Haciendo que esa fuerza de producción no reciba a través del salario la correcta compensación que le corresponde porque es la fuerza que permite que el capital crezca y se engorde. El burgués se beneficia entonces de la producción y la fuerza productiva del obrero.

Pero el mundo moderno que ya no sustenta la riqueza únicamente en la producción sino en juegos financieros de diferentes órdenes, en movimientos productivos nacidos de la tecnología o del intelecto, como ser el producto software; en los que, aunque no le guste a los defensores de la doctrina de la dictadura del proletariado, la productividad esta dada por una combinación de superación individual, innovaciones tecnológicas, ingenio, deseo de superación, ambición y posibilidad que el obrero rompa el cerco posicional de ser un proletario y se introduzca primero en la clase media y luego adopte calidad de productor (lo denominaría como pequeño burgués) o adquiera por la conjunción de factores que le permitirán acumular un capital fuera de la línea de sobre beneficio del trabajo del obrero.

Con todo lo que ahora entendemos como factores de productividad y de opciones de creación, adicionadas con la posibilidad de utilización de mecanismos financieros ajenos a la producción fabril, obrera, etc., podemos encontrar que es posible hacer fortuna mediana y grande, al margen de los conceptos sociológicos del Manifiesto Comunista.

La posición ideológica y la concepción social que se presentan en el manifiesto comunista, tuvieron vigencia en la sociedad industrial burguesa y encontró o anido su contradicción en el mismo desarrollo de la sociedad proclamada como ideal, esto es la sociedad proletaria. Ya tenemos un ejemplo en la explosión interior del sistema en la antigua URSS, en donde las contradicciones sociales la llevaron a abandonar el sistema, el llamado socialista, primer estadio o paso para la sociedad comunista. El segundo ejemplo lo estamos viviendo con la sociedad china en donde el capitalismo de estado esta llevando a la apertura de la inversión como único medio de lograr la superación del estancamiento económico, y por lo tanto la única forma de lograr un mejoramiento de la condición general de vida que es lo que los seres humanos siempre buscan en última instancia, esta es la motivación del deseo de romper la llamada prevalencia de la burguesía detentadora de los beneficios de una mejor condición económica, en muchos casos si obtenida de una manera indebida, esto es por explotación injusta del obrero y en otros casos por generación indebida del capital a partir de formas delincuenciales de beneficio, tales como la evasión tributaria y el enriquecimiento ilícito.

El mundo moderno en el cual las relaciones de producción son diferentes va dejando de tener vigencia la lucha de clases, al menos en los países marcados como del primer mundo, las clases ya no se sustentan en una relación obrero patronal, ya no hay clases, sino relaciones de manejo de formas de generación de riqueza. El obrero ahora es operador bursátil, o es generador de sistemas para creación de nanotecnología, porque la educación fue liberada y permitió por los sistemas sociales imperantes en la Europa de la segunda post guerra que se rompieran viejos paradigmas sociales, y que se sustente la superación en la producción intelectual individual, dejando de lado la posibilidad del trabajo manual, el cual poco a poco ha sido relegado a los sectores productivos de materias primas de los países en vías de desarrollo.

Algo esta marcando precisamente el cambio de los conceptos nacidos del Manifiesto Comunista y ese algo es el deseo de superación individual. Sobre esto hablaremos mas adelante en otro tema al respecto y que me nacen de una reciente visita al paraíso comunista de Cuba.

Artículos relacionados

«NO» a la reelección

“NO”, es el título de la película, del director chileno Pablo Larraín, basada en la obra de teatro inédita “El Plebiscito”, del escritor chileno Antonio Skármeta y su posterior novela “Los días del arcoíris”, se trata de la convocatoria a plebiscito por parte del General Augusto Pinochet, quien había llegado al poder de Chile a través de un cruento golpe militar, en 1993.

Pinochet pretendió legitimar su continuación en el poder mediante una consulta popular; sin duda, el gobierno tenía completamente asegurado el triunfo; el uso de toda la logística del Estado, la propaganda incesante, las autoridades de todos los niveles en campaña por el “SI”, por lo tanto no había el menor resquicio de un “revés”. Quienes estaban por el “NO”, es decir en contra de la continuación del régimen de facto, era una amalgama de partidos, movimientos de todo tipo, con ideologías diferentes, era difícil que se pusieran de acuerdo. Se sumaban dos factores importantes: la falta de recursos y el miedo a las represalias.

No hay comentarios

  1. Sin tanta teoría ni parafraseo, pero con el orgullo de saber pensar con cabeza propia, es fácil darse cuenta que las supuestas revoluciones comunistas, socialistas, industriales, tecnológicas; así como la supuesta revolución ciudadana, no son más que sólo eso; REVOLUCIONES, a la manera de las máquinas, los motores y las turbinas, que producen miles de revoluciones por minuto. El asunto es que, al no ser conscientes y no tener visión de los verdaderos objetivos humanísticos, todo precepto se vuelve un mamotreto, una farsa, una falacia; a manera de la actual pseudorevolución ciudadana de Correa y de los demás parásitos ideológicos, tanto de derecha como de izquierda por igual. Ambos, izquierda y derecha, mediados por el oportunismo de centro, no son otra cosa que falsos paradigmas ideológicos que en el fondo están sometidos por los mismos sistemas soterrados y protervos como el sistema económico de especulación monetaria cuyo dictador es el dios dinero; por eso es que estamos viviendo la «revolución» ciudadana de los impuestos. Si desea profundizar más en este tema, le invito a consultar mi proyecto, en mi sitio web http://centromultiverso.com, MegaEBook, MMM, Proyecto Latinoamericano, Sistema Económico.
    Felicitaciones por el Artículo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×