5 octubre, 2024

¿Qué mas me pueden quitar?

La memoria histórica sostiene  que el General Eloy Alfaro cuando le solicitaron establecer  el sistema Federal en el Ecuador  respondió, que eso sería igual “a quebrar el plato para después pegarlo” ,  pues, intuía lo peligroso que resulta enfrentar a los habitantes de una misma región, y las consecuencias funestas que de tal enfrentamiento resultan. En efecto, tuvo razón el Viejo Luchador  y, pese  la feroz oposición  de la Región Interandina, persistió en dotar al país  de un medio que lo una como fue la magna obra del Ferrocarril del Sur y la vigencia de  las esenciales  libertades ciudadanas.

Parece que soplan en estos últimos tiempos vientos huracanados dirigidos especialmente contra la Provincia del Guayas, antiguos resentimientos afloran, y se insiste en la cantilena  que en  el  fracaso nacional han sido los guayaquileños los mayores culpables. Ese concepto es falso, absurdo, desprovisto de toda base histórica, y los que ” entusiastamente” lo manifiesta, se olvidan hechos de tanta trascendencia para la vida nacional como lo fueron el 9 de Octubre,  el  6 de Marzo,  el 5 de Junio y el 28 de Mayo, solo para citar aquellas gestas  capitales  para  la Institucionalidad  del Ecuador.

Así, turbas dirigidas, solventadas económicamente y vandalizadas  cometieron múltiples atropellos y tropelías, destacándose por su infamia los ultrajes a la Insignia de Octubre.

Este delito, reiterado en múltiples ocasiones y tipificado en el Código Penal Ecuatoriano, se produjo a la vista y paciencia de la Policía Nacional la que, según la versión de un oficial, tenia la orden de no intervenir.

Estos hechos nos lleva a las siguientes reflexiones:

  1. La caravana de buses, alquilados,  pagados y dirigidos,  que  partió dela Península con dirección a Quito para atemorizar  al Congreso, fue escoltada por elementos de la   Comisión de Tránsito del Guayas,  hasta los límites provinciales, mientras que los ocupantes  de tales buses  gritaban  insultos contra Guayaquil. Nos preguntamos ¿ Cómo pagaron a la CTG, por su obsecuencia, los promotores de estos desafueros?:  Simplemente, cuando los asustados y mantelizados diputados votaron a favor de la provincializaciòn, los “furiosos”,  alcoholizados y dirigidos, lo primero que hicieron fue tirar piedras a los vigilantes, correrlos de Santa Elena y sitiarlos en sus cuarteles. 
  2. El pabellón del  9 de Octubre es un  símbolo oficial en el  Ecuador. Recuérdese que las tropas libertarias, auxiliadas económicamente por Guayaquil e integrada, en gran parte por soldados nativos de este suelo , tenían el Azul y Blanco, como bandera, y que Abdón Calderón murió en la Batalla del Pichincha, llevando en sus manos el Pabellón de Octubre.Recuérdese, también que, después de la Revolución del  6 de Marzo, se estableció como Bandera Oficial  la insignia Azul y Blanco. Por lo demásesa  bandera  azul y plata  representa a la Provincia del Guayas. Ahora bien, nos preguntamos, ¿ La Fiscalía y los Jueces de la Provincia han iniciado los sumarios respectivos por el delito que cometieron los “furiosos”.?  ¿Quedarían impunes  esos sujetos plenamente identificados?
  3. ¿Cuál es la causa por la cual las Instituciones Guayaquileñas no protestan por los atropellos? ¿ Qué temor las paraliza? ¿Qué duda las detiene? .

La Provincia del Guayas ha sido muy maltratada; los guayaquileños y no guayaquileños que residen en esta ciudad, al parecer  solo les queda el lamento y la tristeza  de una joven  desconsolada, lo que nos hace evocar esta coplilla :

Me han quitado ya la pesca
Me han quitado ya la mar
Me quieren seguir partiendo
¿Qué mas me pueden quitar?

Nos preguntamos, finalmente, ¿existirá en Guayaquil quien la defiende? Estamos seguros que sí, pues,  el Espíritu de Octubre permanece.

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A(H1N1)

Este virus es parte del género “Influenzavirus A” y técnicamente se la conoce como influenza A(H1N1), la cual ocasiona una infección respiratoria aguda, que en muchos casos ya ha causado la muerte. En el Ecuador, la cifra de infectados sigue en aumento.

Personalmente nunca le di a este virus la importancia que se merecía y cada vez que escuchaba las campañas que acertadamente hacía el Ministerio de Salud, mi prioridad estaba por otro lado hasta hace dos semanas en que la influenza tocó a mi puerta. Mi padre lleva más dos semanas internado en el hospital producto de esta gripe que derivó en neumonía, sus pulmones colapsaron y su corazón se infartó. Inmediatamente confirmado positivo para A(H1N1), un funcionario acudió al centro de salud a donde nos encontrábamos y me hizo llenar un formulario en el que tenía que anotar el nombre de todas las personas que habían estado en contacto con el infectado. Al día siguiente, una diligente brigada del Ministerio acudió a mi casa para evaluar a las personas que habían estado “en contacto” y descubrieron que mi esposo estaba contagiado y que si mis hijos presentaban los síntomas, que los lleve a un centro de salud. No podía creerlo, el ojo clínico de los brigadistas acertaron sin un examen previo. Incrédula como soy, procedí a realizarles de manera particular un examen carísimo ($300 cada uno) en un laboratorio, en el que se confirmó lo sentenciado.

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