De la entrevista que José Ignacio Chauvin da a Carlos Vera desde la clandestinidad y antes de entregarse a la policía, saqué conclusiones tenebrosas. El culebrón es altamente peligroso, y meterse en el tema resulta algo así como atravesar en medio de una jauría de esos perros que infunden respeto y miedo. Ignacio Chauvin es un autentico Pitt Bull.
Un revolucionario suelto de huesos, inteligente, decidido y orgulloso quizás de su semejanza canina. En la jauría está además un Rottweiler de pocas pulgas. Esa es la raza que correspondería en la semejanza a nuestro Rafael Correa y su revolución canina y ciudadana.