Emilio Palacios, quizás el penúltimo de los mohicanos en esta batalla por la embestida de Rafael Correa contra los vestigios de la libertad de prensa que queda en Ecuador, nos hace un llamado, vía electrónica, para meditar sobre si vale la pena seguir debatiendo sobre el tema Guayaquil, Bolívar y su historia.
Tiene razón en parte, pero realmente es cuestión de nuestras libertades escudriñar sobre la real importancia que tiene Bolívar para muchos de los guayaquileños que intentamos poner en orden nuestros íconos de identidad, impuestos desde Quito y sus elites políticas o culturales, y ahora desde Caracas desde donde se intenta usurpar la grandeza de Bolívar en beneficio personal de Chávez.