26 abril, 2024

¡Lealtad y complicidad!

De acuerdo con el diccionario de la RAE, lealtad es el cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien. Esta es una definición clara y concisa de lo que es y debe ser, la lealtad en la amistad.

Entre amigos, entre verdaderos amigos, la verdadera amistad, incluye una lealtad a toda prueba.

Desgraciadamente, con la liviandad de conceptos de los momentos actuales, me temo que algunos están confundiendo el término lealtad, con uno completamente diferente: complicidad.

Complicidad se define en la RAE, como cualidad de cómplice, y
Cómplice, tiene 3 acepciones, lo que puede llevarnos a error de interpretación: Cómplice es: 1 Que manifiesta o siente solidaridad o camaradería. (Un gesto cómplice), 2 Participante o asociado en crimen o culpa imputable a dos o más personas y 3 Persona que, sin ser autora de un delito o una falta, coopera a su ejecución con actos anteriores o simultáneos.

El sentido de la lealtad, en la verdadera amistad es el fiel cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien. ¡No existe amistad para delinquir! El término para la amistad que delinque, es ¡COMPLICIDAD! La amistad es sólo para el bien. El noble sentimiento de la amistad está encaminado totalmente hacia el bien. No existe amistad cuando buscamos el mal. No hay amistad para hacer daño. Si lo que nos mueve es el deseo chueco de conseguir beneficio ambos, haciendo el mal, o perjudicando a otro o a otros, ya no es amistad, sino complicidad.

Mucho de lo que ha ocurrido en el país, me temo que tiene que ver con el errado concepto de amistad, y por eso, varias personas bien intencionadas han caído víctimas del error de conceptos. Creo que algunos pecaron de ingenuidad, al dejarse llevar por el término amistad, cuando lo que la maquinaria de asalto y robo del Gobierno en el que aún estamos les pidió colaborar como “amigos”, cuando lo que en verdad les estaban pidiendo era que actúen como cómplices, para un robo al Estado.

Sacar provecho del puesto en el que estoy, ganar dinero fácil por mi posición, o aprovechar de la “amistad” para conseguir ventajas, ya sea para ganar concursos, o lograr contratos, no es ser “vivos”, es simplemente delinquir.

“Tapar el sol con un dedo”, “Echarse el alma atrás”, no nos libra de nosotros mismos. Nuestra conciencia sabe qué está bien y qué está mal. Procedamos siempre con apego a la verdad y no nos dejemos deslumbrar por la ganancia fácil. No hay nada que nos produzca más satisfacción que tener la conciencia tranquila.

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