26 abril, 2024

Evento cultural y lanzamiento de novela

El próximo martes 24 de julio a las 8 de la noche, en la terraza del edificio Los Arcos, atrás del Village Plaza, Samborondón, se realizará el lanzamiento de la nueva novela de la escritora guayaquileña Karyna Arteaga García, La Luna Azul de julio.

En el acto participarán destacados escritores, quienes a parir de la novela darán su aporte analizando distintas tópicos, yendo de lo micro a lo macro, es decir partiendo de la novela hacía un enfoque universal.

Hans Behr Martínez: el valor literario de la obra

Clara Medina Rodríguez: el feminismo en la obra

Ma Sol Pons Cruz: la sensibilidad de los personajes

Silvia Pérez Loose: sobre la autora

Ma José Rubio: el trabajo tras el libro

Gina Jalón: La música inspiradora del arte

Lidia Abad: canciones que han inspirado la novela e interpretará : Manabí, de Elias Cedeño Jerves; Desde Aquel día y Mi gran noche, de Raphael, y The Scientist de Coldplay.

Habrá brindis con el tradicional Rompope manabita y bocaditos, además el libro estará a la venta para los asistentes.

Resumen

La Luna Azul de julio es una novela basada en los apuntes y hojas sueltas del diario de mi mami, Nancy García Rodríguez, nacida en Chone y fallecida en Guayaquil; sin embargo no es una biografía ni una biografía novelada. Al morir mi mami, luego de padecer un extraño tipo de cáncer en la sangre, encontré en su casa, una caja con mi nombre, ahí estaban guardados estos apuntes en libretas y hojas sueltas. Imaginé que los había dejado así a propósito, ya que meses antes, en una de las veces que estuvo internada en el hospital, me dijo que pensaba escribir una novela…

Mi mami tenía como pasatiempo armar rompecabezas, cada vez más difíciles, a mi me dejó el legado de armar el más complicado, el rompecabezas de su vida, formado por piezas sueltas que hice encajar a través de mi imaginación y con el aporte de mis vivencias y pensamientos, con lo que yo creo de la vida, y particularmente de la visión que tuve de la vida de mi mami.

Desde el prefacio, comienza la novela.

Como dice Silvia Pérez Loose, quien presenta la novela, “Esta es una novela en que cada lector encuentra algo de sí mismo en ella”.

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Fue inevitable. La jubilación me puso frente a frente conmigo mismo. No lo tomé con el fin de un camino, sino como la apertura de un nuevo sendero. Había llegado el momento de hacer lo que yo realmente quería, y no lo que las obligaciones y rutinas pecuniarias o sociales me imponían. Estaba al fin libre, libre de verdad y en la cima de una montaña de años mirando con la frente levantada el paisaje ya estático de mis tantos ayeres. ¿Cómo convertir los recuerdos en algo del presente para evitar la depresión inevitable ante ese corto futuro que se presenta lleno de neblina y con cierto aroma de muerte? Debía emprender una aventura existencial y como instrumentos tenía solamente mi libertad, mi mente y una cierta vocación literaria pasmada por los avatares del destino. Solo leyendo y escribiendo a mis anchas encontraría mi realización cotidiana y con deseo irrefrenable decidí recuperar aquel tiempo perdido disfrazado de empresario y de muchos otros atuendos como el detestable smoking, la asfixiante corbata o la obligadas conversaciones de salón hablando muchas veces de dinero, de política o de nada.

5 comentarios

  1. Excelente Karyna. Sin duda, será un éxito el lanzamiento de ti nuevo libro y habrás cumplido ese encargo y armado ese rompecabeza que te dejo tu mami.

  2. Yo viajé varias veces a Chone por trabajo. Buena experiencia. anécdotas, amigos. Recuerdo que una vez (en esa época pagaban en cheque), agarré mi cheque en Guayaquil, y me dije lo cobro en Chone. Nada. No había agencia de eso banco (no recuerdo qué banco) en Chone. Sabía que resolvería el problema de cualquier forma al día siguiente. Pero esa tarde tenía HAMBRE. Y estaba chiro y con la verguenza de pedir plata a alguien. Así que no tocó otra que pedir algo de dinero a la señora del hotel Chonana, dizque para la gasolina. Osea no mucho. Que mañana que iba a Bahía y regresaba, le daba. Y fui al mercado, agarré dos empanaditas, una cola, y resolví el hambre.

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