26 abril, 2024

Nunca olvidar la gratitud

“Un guerrero de la luz nunca olvida la gratitud”.

Después del prólogo, ésta es la primera frase del libro Manual del Guerrero de la Luz de Paulo Coelho. Esto es importante puesto que este gobierno se ha caracterizado por tratar incansablemente de convencer a la ciudadanía de ser un gobierno que se preocupa por el pueblo y despilfarra grandes cantidades de dinero en propaganda en las que se habla de “infinito amor”, por ejemplo.

Pero el líder de este gobierno exuda ingratitud, odio, resentimiento, en sus palabras, ahora expresadas en contra de la Universidad Católica, donde estudió y trabajó, sin darse cuenta que sin esa institución, por muy mala que la pueda considerar, no habría conseguido estudiar en el extranjero posteriormente.

Nada de ésto es nuevo, al contrario se repite constantemente. Su ingratitud se extiende a todos los ámbitos: con los que lo educaron, con los que le dieron una oportunidad de trabajo, con los que lo apoyaron en su campaña con su tiempo o con dinero, con sus aliados, con sus colaboradores a los que los tacha de incompetentes o de tercera categoría, etc.

Por supuesto que existen personas que creen en un proyecto para toda la nación, y ésto es posible, pero lamentablemente no está bien representado por su líder, por lo que es hora de que los ciudadanos que lo apoyaron se den cuenta del engaño del que son objeto y los que colaboran con este gobierno no sean parte de este engaño vil, en el que se utiliza todo recurso para consumarlo, tal como la utilización de frases espirituales en mensajes que no son aplicados en la práctica. Es hora de que empiecen a reflexionar que el líder de esta falsa revolución no representa los intereses de los ciudadanos ecuatorianos sino un interés personal y totalitario. Es hora de que empiecen a pensar en su reemplazo.

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Impavidez

Nos domina una ciega irreflexión ciudadana o una estupidez colectiva. Lo cierto es que vivimos episodios que debieran causarnos perplejidad, indignación moral, resistencia cívica y hasta aparición de “forajidos”. Pero nada de esto se da. Se mira los hechos pasar, se los comenta y luego quedamos en espera de nuevos e insultantes acontecimientos que hagan olvidar los anteriores.

¿ Qué clase de castración mental y moral nos agobia ? La primera respuesta que nos damos es que hemos comenzado a experimentar los efectos de un sistema totalitario de gobierno, que cierra cada vez más las salidas democráticas a los problemas y que hace emerger cobardías que terminarán degradando nuestra dignidad y condición humanas. Cobardías que, como casi todas, germinan en el seno de nuestra propia estupidez.

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