No al consejo de comunicación e información
Aunque la ley de Comunicación que hoy se tramita, con tanta bullaranga en la Asamblea, aparentemente, cumple con el requisito universal, de que la libertad de comunicación es un derecho inalienable, nada tiene que hacer esto con la forma jurídico social de estar estructurada. Es, simplemente, algo sin pies ni cabeza.
¿Contenidos? En plena contradicción. Es que existe una altisonante confusión por la mezcla inaudita de la concepción socio ideológica de la comunicación, los medios de la comunicación colectiva, las empresas dedicadas a proveer información, los profesionales de la información periodística, los mensajes publicitarios. Sólo falta, para completar la aberración total, que sean definidos los estilos en que debe transformarse cada suceso en información noticiosa, las técnicas de presentación, la terminología idiomática indispensable, el tipo de diseño gráfico a utilizarse y, si conlleva proyección a través de un medio periodístico, a qué público ofertarlo y sólo a ese. Pero, OJO… Esta altisonante confusión está elaborada a conciencia.