19 abril, 2024

Guayaquil… ¿Vertical u Horizontal?

El urbanismo está para organizar una aglomeración, fomentar su desarrollo y satisfacer las exigencias del “buen vivir” ciudadano.

Su objeto no es crear una ciudad espectáculo, sino una ciudad que funcione. El urbanismo es activo, global, funcional, participativo y exigencial.

Guayaquil es una Ciudad de desarrollo horizontal en su mayoría, que por idiosincrasia, invasión, inversión y costumbre así ha evolucionado. Las edificaciones de dos y tres pisos de arquitectura mixta, y, las construidas en hormigón por los maestros italianos, asientan la costumbre ¿O la necesidad? de los guayaquileños de habitar en casas de departamentos. No existía la propiedad horizontal y el mismo propietario era el administrador del edificio.

El pasado como aprendizaje

Las ciudades viven e interpretan su historia, se nutren, se regeneran, aprenden de ella y enrumban y construyen su futuro. Esto no es anclarse al pasado. Todo lo contrario. Se trata de, a ratos, mirar hacia atrás para caminar hacia adelante –haciendo camino al andar, como dijera Machado- buscando un mañana cada vez más igualitario para la sociedad que la habita.

Guayaquil, en esto del pasado tiene mucha historia de la cual aprendió y sigue aprendiendo. Ha pasado por situaciones de invasiones piráticas, plagas devastadoras, incendios catastróficos, centralismo absorbente, malas administraciones, montañas de basura, contaminación ambiental por exceso de vehículos motorizados, contaminación de aguas por químicos y excretas, y, las invasiones que se producen por la búsqueda del sueño de vida provocando la expansión horizontal e indiscriminada.

Espacio y mobiliario de la calle

Guayaquil: Calle del Barrio del Centenario

El espacio público es la esencia de toda ciudad. Sin plazas, sin calles, sin publicidad, sin libre acceso, sin mobiliario… no se podrían producir los permanentes y variadísimos procesos que dan vida a la urbe.

En Guayaquil, el espacio público, su expresión y acercamiento han cambiado en gran medida en los últimos veinte años, pero mucho más cambiarán, creemos, en los próximos diez o quince años. Esto, que debemos meditar, es debido a un cambio radical y evolutivo en el comportamiento de la sociedad. La tecnología de la comunicación avanza tanto y tan rápido que los límites psicológicos de los espacios urbanos (también los domésticos) y su amueblamiento se están diluyendo mientras la comunicación entre los habitantes sufre alejamiento físico y pierde contacto humano.

Señalización: Orden, caos y desafío

Traffic Sign I

La principal tarea de los diseñadores urbanos es atraer al ciudadano no con argumentos de administración legislada, sino con elementos que le causen emotividad. Que el usuario-ciudadano capte la esencia de su Ciudad. Que capte su alma, su estética, su idiosincrasia. Sólo cuando la ciudadanía sienta el comienzo de un diálogo con la autoridad, de una tertulia con el entorno, entonces se detendrá a escuchar y a participar del espacio público.

Desde hace un tiempo atrás, pareciera tomar cuerpo, en el movimiento de la mentalidad de la Administración Local, el hacer algo, poco o mucho, en favor de la coexistencia entre peatón y vehículo en el escenario citadino tratando de compaginar pacíficamente a estos dos protagonistas de la actividad diaria de la Ciudad. Tarea difícil que siempre estará incompleta, pero no por ello debemos abandonarla. Es necesaria su organización razonada, medida, legislada y, sobre todo, ordenada de acuerdo a quien la digiere, sea peatón o conductor, turista o ciudadano, paseante veedor o usuario por trámite.

Espacio Público

Todo lo que está afuera de los espacios cerrados, particulares o públicos, libres y abiertos, son espacios propiedad de la ciudadanía. Pertenecen a clasificaciones casi imposibles de definir con sus zonas variantes y variables, libres, públicas, semi públicas y privadas. Son lugares en donde se expresa la democracia y reprimen las dictaduras. Son lugares de transporte, circulación, intercambio comercial y contacto social entre conocidos y desconocidos. En fin, son escenarios de expresión individual y colectiva en donde se muestra el contento o descontento de los diferentes grupos humanos de opinión. El espacio público vive y se genera cuando actúan en conjunto la escenografía y la coreografía urbanas.

Parafernalia Informativa

Lo que hace diferente a una ciudad no es, solamente, su arquitectura, sus costumbres, su comida. Lo que hace diferente a una ciudad son los símbolos, las imágenes, los informativos quesobre ella colocamos los propios habitantes. Elementos que modifican la escenografía citadina, alteran constantemente el imaginario urbano y trastornan la memoria colectiva proporcionando, muchas veces, una sobrecarga de elementos visuales que conlleva la indiferencia del usuario. En diseño urbano todo lo exagerado si no gusta al principio, termina por ser disculpado.

Uno de los hechos que más contribuye a conformar al paisaje urbano, para cualquiera que tenga ojos, es el de la señalética callejera. Y con esto de señalética callejera involucramos a todo tipo de información pública: señales de tráfico, semáforos, grafitis, letreros informativos, móviles, luminosos, gigantografías publicitarias, etcétera. En cada metro de la escena urbana existe un rótulo comercial, una placa empresarial, una indicación de tráfico, una marquesina, una parada de autobús o simplemente el rótulo con el nombre de la calle. En ciertas áreas urbanas este mobiliario parece palillos de dientes en charolito de aceitunas (Avenida Pedro Menéndez Gilbert, Avenida Francisco de Orellana, por ejemplo).

Ciudadelas Dormitorio

El desarrollo social, el progreso económico y el crecimiento poblacional son, entre otras, las causas que motivan el abultamiento urbano de una ciudad. Este proceso conlleva la extensión –vertical u horizontal- de la urbe y con ello todas las patologías que en su interior y su exterior se pueden agregar. Así nacen y se adicionan las ciudades dormitorio (para nuestro caso las llamaremos ciudadelas dormitorio).

Guayaquil, a parte de las zonas de invasión –que llamamos suburbios y que forman otro estrato de ciudadelas dormitorio-, tiene adiciones diarias y transitorias desde las vías Durán, Samborondón, Daule y a la Costa.

¿Las razones? Muchas y variadas; pero las principales son la búsqueda de privacidad, la calidad del vecindario, el encuentro con un nuevo estatus, las actividades sociales y comunitarias, una nueva forma de vida, la evolución de las comunicaciones y la tecnología, y, sobre todo, la seguridad (¿?).

Apuntes al casco central

El Centro de Guayaquil, el “downtown” en términos internacionales, arranca con la fundación misma de la Ciudad y, hasta ahora, continúa siendo su corazón. Histórico, religioso, administrativo, comercial, bancario, político, lúdico, etcétera.

El Casco Central es representación misma de lo que es Guayaquil y sus Guayaquileños, de sus costumbres e independencia de pensamiento, de palabra y de obra.

La calle y el sector tienden a rehabilitarse solos. Van perdiendo su función o su carácter circulatorio – vehicular- actividad. Los peatones se están apoderando de la calzada y, la autoridad acabará por transar con el hecho consumado –en parte ya lo hace-. Más aún, la misma Autoridad está haciendo trabajos y tareas que facilitan las actividades ciudadanas. Actividades que buscan o buscarán ser consagradas por el uso del espacio público y su apropiación.

Se acabó la Fanfarria

Terminó el mes de Julio. Acabó la temporada de las lisonjas, de los arrebatos, de la rumba, pasillos y salsa, de las inauguraciones, de las ofertas, de las promesas. Ahora esperaremos a Octubre con su nuevo menú de opciones y… Volverá la samba al baile.

Lo sucedido en este Julio es otra muestra de que Guayaquil mantiene su posición e importancia geopolítica. Posición e importancia que las sostiene desde antes de su fundación pasando por la entrevista de Bolívar y San Martín, las diferentes revoluciones (las buenas y las malas, las blancas y las negras) hasta nuestros días, y que unida a su tesón y constancia obtiene los resultados que están a la vista.

Celebramos nuevas obras, nuevos contratos, nuevas puestas en marcha, primeras piedras, entregas; todo con música y despliegue comunicacional. Pero, aún guardamos viejos problemas. La inseguridad continúa. La contaminación de los Esteros continúa. El taponamiento del Guayas continúa. El maleficio del tráfico continúa. La pobreza continúa. En fin, muchos males continúan y, urgentemente, requieren de creativas soluciones y nuevos presupuestos.

La casa no es una cosa

No es solamente un objeto, No es una cosa. Es un proceso… Como la vida, es una obra en constante cambio, y, siempre necesitamos cambiar. Crece, decrece y se modifica conforme a las situaciónes y circunstancias de sus usuarios.

Aunque, posiblemente, los términos están mal utilizados, este escrito está específicamente dirigido para los ciudadanos de clase media.

Está escrito para quienes compran la casa ya construida y pierden (por no saberlo) el derecho al pataleo. La compran por razones varias, para mejorar su estatus, por especular con la plusvalía, por protección familiar, y otros motivos más que se nos escapan al momento. Creemos que un gran porcentaje (tal vez algo más del 80%) de viviendas compradas construidas son alteradas o reformadas durante el tiempo en que se usan.

El paulatino uso de la superficie vacía de terreno y la remodelación y crecimiento de los espacios interiores se producen por movilidad familiar –aumento o disminución-, modificación de las necesidades del grupo o por el simple hecho de “modernizar” lo interno para mayor expansión y comodidad.

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