7 diciembre, 2024

Falsedades, desinformación y desatinos, en un artículo que se pretendió usar con fines políticos nuestra historia

El 20 de Octubre de los corrientes, diario EL TELEGRAFO publicó bajo el título “TEXTO MUNICIPAL SOBRE GUAYAQUIL OMITE RELEVANTES HECHOS HISTÓRICOS”, un artículo plagado de errores y mentiras que nos hicieron entristecer profundamente al ver el fin que tuviera “el decano de la prensa nacional”, convertido en “pasquín” al servicio de mezquinas ideologías que no se compadecen del pueblo al que dicen servir, mintiéndoles y desinformándoles de la manera más descarada.

En el mencionado artículo, su “anónimo escritor y denunciante” (pues la firma de responsabilidad lleva por nombre REDACCIÓN GUAYAQUIL), sostiene que el libro “Historia de Guayaquil” (escrito en el 2005 por mi recordado amigo Efrén Avilés y por mí), posee la CURIOSA CARACTERISTICA de contener un “autonomismo oligárquico oculto”, sumándole el hecho (supuesto por el denunciante), de que la obra “omite relevantes hechos de nuestra historia”.

Los historiadores Ecuatorianos y el profesionalismo académico

Debo empezar aclarando, ¿ que es lo que debemos entender por profesionalismo académico ? y, con este fin recurriré a un ejemplo muy practico antes de realizar el ejercicio mediante el cual elaboremos el concepto:

Si con el paso de los años y cuando nos toca vivir el tiempo en el que debemos decidir cual será nuestra carrera, y entonces, nuestra inclinación por la historia y el deseo de compartir lo que de ella sabemos nos empuja a estudiar Filosofía y Letras con especialización en esa ciencia; al terminar la carrera seremos HISTORIADORES PROFESIONALES, pues esa es la profesión que escogimos, principalmente para convertirnos en multiplicadores de información o dicho de otro modo en maestros o profesores de Historia.

Para mentir y comer pescado hay que tener mucho cuidado!

El dia de ayer 24 de Mayo, con el título “DIVISION Y POLEMICA POR LAS FORMAS DE VER LA HISTORIA, diario EL UNIVERSO publicó un interesante reportaje que recogía el pensamiento de algunos historiadores ecuatorianos que, prununciandose acerca de una variedad de temas, dejaban notar la falta de concenso en estos asuntos.

Interesante hubiese sido si los planteamientos vertidos estuvieran sustentados en bases solidas ( no manipuladas ni sacadas de contexto ) o que la documentación esgrimida no hubiese sido inventada o interpretada de forma antojadiza, pero desgraciadamente en un caso no fue así.

En defensa de nuestra historia II

De toda esta marea de comentarios, unos hechos con el hígado, otros hechos con el cerebro; y otros (los menos), hechos con los pies, debemos sacar una lección que nos ayude a progresar como sociedad; que nos empuje a investigar más sobre nuestra historia de tal modo que, con sabiduría, ecuanimidad y generosidad de espíritu podamos reconocer cuando nos equivocamos en aras de que triunfe siempre la verdad y recuperar así el valor de nuestra herencia histórica.

Veo con preocupación y tristeza que muy pocos se toman la molestia de averiguar en que bases documentales nos respaldamos para aseverar todo lo que aseveramos en esta obra y reflexiono sobre el valor de este foro que, de ser útil, debería llevarnos a conclusiones que permitan consolidar el valor de las historias seccionales sin que esto escamotee el protagonismo que, en cada uno de los eventos importantes de nuestro pasado, tuvieran cada una de ellas.

Contestación a una Falacia

En días pasados el Sr. Juan Paz y Miño, historiador quiteño, Secretario del Comité Pro-festejos del Bicentenario del 10 de agosto, procedió a criticar de manera dura y apresurada la obra titulada “LA HISTORIA DE GUAYAQUIL”, escrita por nosotros hace más de cuatro años, publicada, en aquel entonces, como “El libro de Guayaquil” y reeditada, de manera comprimida, con el título “La Historia de Guayaquil”, para ser entregada de manera gratuita por el Municipio de la ciudad.

La obra en mención, que ha puesto finalmente en valor la historia de Guayaquil y de su región de enclave, fue escrita basándose en una profusa documentación bibliográfica que parece no conocer el Sr. Paz y Miño, quien apresuradamente, ha manifestado su desacuerdo con lo que se dice en la obra, particularmente en lo que se refiere a la riqueza que nuestra región poseía hace 10000 años y gracias a la cual los grupos nómadas que llegaron a ella procedieron a sedentizarse.

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