Nacer, vivir, salir, es el concepto más antinatural frente a la consciencia humana que es infinita. La vida misma frente a las expectativas de la creación de la mente es pequeña, efímera. Hay mujeres, hombres que pasan por esta vida, dando ejemplo de cómo debe de llevarse este concepto de vida. Son igual que nosotros, temporales, aunque quisiéramos que fuesen para siempre.
Hace no mucho, un gran hombre decidió que era hora de regresar al núcleo. Se dio cuenta que había dado tanto, que les tocaba a otros seguir laborando el camino que él había forjado. Su nacimiento se vio envuelto por la cálida brisa de lo salado, del cariño y amor de grandes seres humanos. En la vida se topó con muchas oportunidades, pero decidió quedarse con la mejor, de la cual nació el equipo que traería un impacto inimaginable al país.
El paso de los años trajo consigo la explosión de amor que, a su vez, trajo consigo un sin número de expresiones inciertas que, con el paso de los años, se transformó en poesía. Esa poesía, esa declaración artística, me permitió conectar con quien ahora es mi hermano de vida, y me dio el lujo de conocer a este gran hombre.
Iván ha sido de los grandes visionarios de la arquitectura del país. Para mí, como siempre le comenté a mi amigo, poder darle la mano a su padre, era un honor. No solo por lo que su papá había conseguido en la vida, o por el impacto nacional que él había logrado tener, sino por la calidad de ser humano que era. El día de su partida, un fiel colaborador suyo, se me acercó, me abrazó, y me dijo: “Iván jamás permitió que me faltara nada. Todo lo que tengo, es gracias a él; no he conocido mejor hombre que él.” Las lágrimas fueron eternas, no faltaron, pues tenía toda la razón.
Iván, para mí ha sido un honor poder ser parte de su familia, haberlo conocido, poder darle la mano, conversar. No creo lograr expresar lo agradecido que soy por eso. Que un hombre de su nivel me haya acogido y dado su amistad, fue para mí muy especial. Su legado se mantendrá y su nombre quedará en el registro de la historia, como parte de los hombres que vencieron a la muerte. Gracias por todo, nos vemos en la conciencia infinita.