3 mayo, 2024

El congreso y sus falencias actuales

Muchos ecuatorianos, que hoy pintamos canas y caminamos lento, recordamos con nostalgia la integración de la Cámara Nacional de Representantes: 1979-1984, que así se llamó en esa época la Función Legislativa, integrada por 12 Diputados Nacionales y 57 Provinciales, todos señores y distinguidos por sus conocimientos de las leyes y necesidades de nuestra patria. Jamás fueron carga para el erario nacional, solo percibían 2.500 sucres mensuales de sueldo y compartían entre dos una secretaria y un conserje, nunca: viáticos, pasajes, asesores, choferes, etc., etc.

En aquella Cámara, sus integrantes todos hombres bien nacidos, auténticos políticos, dotados de sapiencia y amor patrio daban lustre a una legislatura respetable y respetada, en la que algunos se distinguían por sus mayores conocimientos legislativos y sus dotes parlamentarios. Pero lo más distinguido de ese Poder Legislativo de antaño, fue la Constituyente de 1966-1967, que lo integró además, una distinguidísima dama y abogada: Doña Isabel María Robalino Bolle, quien se distinguió por sus conocimientos y virtudes: cívicas y morales, a quien estoy seguro ninguna del club de la vocinglería legislativa actual la conocen, ni saben que ella fue la portaestandarte y luchadora incansable por la reivindicación de los derechos de los más necesitados o pobres de este país. Ella, con la modestia y sapiencia que la caracterizaban era luz y guía en la lucha por los derechos humanos.

He recordado a esta honorable dama, si noble dama, para que las mujeres, quienes no son merecedoras del calificativo de damas y hoy son parte de este reprochable Congreso se ilustren leyendo la trayectoria de vida de aquella insigne luchadora, para que si tienen algo de decencia practiquen el respeto que era norma de vida de la insigne Doña Isabel, como todo el Ecuador con respeto y admiración la llamaba.

No creo que mi exhorto de resultado, pues quienes fungen de legisladoras, salvo raras excepciones, no conocen los fundamentos de los principios éticos y morales. Su mundo es el albañal, por ello sin ningún pudor una de ellas, cual mesalina de oscuros mundos, se atrevió a ofender de manera temeraria y grotesca a una auténtica y sapiente dama, titular del Ministerio de Gobierno: Dra. Mónica Palencia, a quien el Ecuador debe rendirle honores por su valentía y frontalidad en la lucha que el gobierno mantiene actualmente para darle al pueblo paz y seguridad. La policía y fuerzas armadas no deben desmayar en este empeño.



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