27 julio, 2024

Estamos en guerra, ¿cómo podemos ayudar?

Las guerras civiles son eventos devastadores que pueden causar un gran daño a las personas y a la infraestructura de un país. En estos tiempos difíciles que atraviesa nuestro Ecuador, la empresa privada pueden desempeñar un papel importante en el apoyo al país, a las Fuerzas Armadas y a las autoridades, con el fin de unirnos en contra de los terroristas que tratan de robar, destruir y someter bajo la premisa del miedo a nuestra patria.

Ecuador se encuentra en un estado de emergencia y conflicto armado interno. El presidente Daniel Noboa así lo declaró, mediante el Decreto No. 111, este martes 9 de enero, en respuesta a una serie de violentos actos terroristas y criminales dentro del territorio nacional. El estado de emergencia y conflicto armado debe ser aprobado por la Asamblea Nacional, poder legislativo que, el día de ayer, 10 de enero, ya lo aprobó con 135 votos a favor.

En este contexto, podemos encontrar muchas formas en que la empresa privada puede apoyar al país en una guerra civil. Una forma es donando recursos a organizaciones benéficas que ayudan a las víctimas de la guerra. Las empresas también pueden proporcionar servicios voluntarios, como transporte, comida o alojamiento, práctica que hemos visto estos días, en marcas como “Del Portal”, “Comar Bites”, entre otros. Además, la empresa privada puede sumarse a la ayuda de la reconstrucción de la infraestructura del país, como carreteras, puentes y edificios, una vez que el conflicto acabe.

Esta ayuda de la empresa privada y de organizaciones de la sociedad civil es histórica; existen muchos ejemplos de empresas que han apoyado a países en guerra. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, muchas empresas estadounidenses donaron dinero y recursos a organizaciones benéficas que ayudaban a los soldados y a las víctimas de la guerra, también proporcionaron servicios voluntarios, como transporte y alojamiento, lo que definitivamente contribuyó de manera positiva tanto a las Fuerzas Armadas como a la sociedad civil. Sin irnos muy lejos, en la actualidad, hay muchas empresas que están apoyando a países que se encuentran en guerra, como Siria, Yemen y Ucrania. Estas empresas están donando dinero y recursos a organizaciones benéficas que ayudan a las víctimas de la guerra.

De la misma manera, no solo desde las empresas, sino como miembros de la sociedad civil, todos tenemos el poder (y el deber) de apoyar en estos conflictos donde se disputa el futuro de nuestra patria. Es por eso que encuentro importante mencionar algunos casos específicos de cómo la sociedad civil ha apoyado a los países en guerras civiles, como la que atraviesa Ecuador por causa de los terroristas en este momento.

En nuestro país vecino, Colombia, la sociedad civil jugó un papel crucial en los acuerdos de paz del año 2016, durante una guerra similar a la nuestra contra grupos terroristas. Los grupos de derechos humanos, las organizaciones de mujeres y las comunidades locales trabajaron para promover el diálogo y la reconciliación entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Por otro lado, en Siria, la empresa privada, la sociedad civil y las ONGs, han sido pioneras en la prestación de ayuda humanitaria a las personas afectadas por la guerra, proporcionando alimentos, refugio, atención médica y otros servicios esenciales a millones de personas.

Vemos entonces como la empresa privada, la sociedad civil y las organizaciones benéficas, sí pueden aportar de manera positiva en medio de una guerra civil; definitivamente, tienen un papel importante en la promoción de la paz y la justicia en los países en guerra. Al trabajar para promover la paz, brindar asistencia humanitaria, proteger los derechos humanos y promover la democracia, la sociedad civil puede ayudar a crear un futuro más pacífico y próspero para todos, porque depende de todos, desde nuestra trinchera, rescatar a nuestro amado Ecuador.

 

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Instituto Nacional de Patrimonio Cultural

Si lo quiteños así lo quisieran, y si su Municipio hiciese eco de ese sentir, bien podría ubicase un monumento a Jamil Mahuad en la plaza de San Francisco. El Patrimonio Cultural es aquello que se construye, diseña y plasma por el sentir de una colectividad local. Jamil llegó a la presidencia de la república avalado por una destacada acción como Alcalde de Quito, y así alardeó en su momento la prensa quiteña. Ganó y ya sabemos luego lo que pasó. Mencionar la erección de un monumento a la memoria de este personaje y en lugar tan destacado, si fue una acción torpe por parte de quienes se han arrogado la calidad de jueces de lo que sí y lo que no merece o no formar parte del Patrimonio NACIONAL Cultural. Se quiso de esta manera ridiculizar la acción del cabildo porteño utilizando la cuenta Twitter del INPC haciendo esta comparación entre Jamil y León, y luego en una comunicación de prensa, afirman que solo se trataba de comparar sitios patrimoniales, mas no personajes.

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