9 septiembre, 2024

Encuentro apocalíptico con la enajenación

La calle hierve.
La ciudad está repleta de ovnis nazis,
la Incompletud anda rondando frecuentemente
en la esquina de mi casa.
Mi vecina pelirroja pasea a su perro en la vereda y no limpia su caca,
el chico que atiende en el bar de abajo chifla.
Me dice
Mmmm, me olvide que estaba por decirte
¡Aaa! ¡ya me acorde!
Hoy no me saludo ni el diarero de la esquina,
los bancos ocupados por largas colas de aves intentando colarse a la fiesta,
Yo soy uno de ellos,
me infiltro,
las formas
la incomprensión,
la intolerancia,
la bocina de los autos viajando,
los hombres queriéndose sentir hombres,
ya sabemos cómo,
un cómplice que lo apaña
los miro, me entienden,
no decimos nada.
Se in-quie-tan,
les da pánico NO poder mostrar su virilidad.
Me desocupo.
Subo corriendo 4 pisos de escalera,
me agito,
me mareo.
Benicio,
mi vecinito, balbucea
Me/Sonríe
estamos a salvo.

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Balada en la Alameda

Siguiendo con los versos de José Ángel Buesa, quiero presentar ahora uno de sus versos más cadenciosos, un estilo antiguo de versificar, que es muy musical y agradable. Creo que en la poesía romántica en general, Buesa es un referente obligado para las almas que interiorizan los sentimientos.

Duele ver cómo el mundo ha ido dando la vuelta y del amor romántico y tierno, se ha pasado al deporte sexual, donde lo que importa es el placer, no el sentimiento.

Me da pena ver el camino que le queda a nuestros descendientes. Quizás soy un negativista por mi forma de pensar retrógrada, pero creo que el amor debe ser la base para toda relación humana. Si no se ama, no se vive. La vida puede tener todo el erotismo que le queramos poner, pero si no hay amor, no hay vida. Los sentimientos deben aflorar y por ello, creo que el leer poesías románticas ayuda a llevar ternura al alma y a la relación humana. La intimidad del hombre y de la mujer es el sitio más íntimo del ser humano. Si se lo presenta abiertamente a todos, deja de tener esa intimidad que nos lleva al deseo de conquista de la otra persona.

Viejo lobo de mar…

Para continuar con Buesa, recapitulemos en su “Recapitulación”, una lista ficticia de sus amores:

Recapitulación

De Catulle Mendes
José Ángel Buesa

Laura, Raquel, Flora, Gabriela,
Olga, María, Berta, Diana,
Carmen, Teresa, Esther, Mariana,
Celia, Felisa, Inés, Esthela,

Rosa, Isabel, Amalia, Adela,
Zaida, Victoria, Luisa, Eliana,
Hortensia, Silvia, Gladys, Ana,
Alicia, Aurora, Marianela,

Martha, Yolanda, Rosalina,
Aída, Adelaida, Evangelina,
Blanca, Dinorah, Sara, Haydee,

Rebeca, Lidia, Magdalena,
Gloria, Esmeralda, Julia, Elena…
y otras tantas que olvidé.

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