Este precioso poema, de acuerdo a todas las notas que he leído en Internet, es de la autoría de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, conocida con el seudónimo de Gabriela Mistral, que nació en 1889, en Vicuña, Chile. Destacada poetisa, diplomática, feminista y profesora chilena que ganó el premio Nobel de literatura en 1945.
Hace mucho tiempo leí en alguna parte una controversia sobre el autor de este poema. Entre sus posibles autores se mencionaba a Juan de Dios Peza, brillante poeta mexicano de quien hablaremos en otra ocasión.
Leyendo el poema, se hace difícil pensar que sea escrito por una mujer, no por capacidad o romanticismo (en lo que ellas son superiores) sino por la descripción del beso que se hace en el poema: “… cubrió tu faz de cárdenas sonrojos…” “… te vi celosa… (¿no debería ser celoso?)” “… te suspendí en mis brazos, vibró un beso, y ¿qué viste después? sangre en mis labios.“