19 abril, 2024

Federalismo

El planeamiento del abogado Jaime Nebot sobre el sistema federalista, ¿Quién creyera? Tiene su trayectoria histórica en 1827. Guayaquil a pesar de la acción dictatorial de Bolívar ocurrida el 13 de julio de 1822 por “mandu militari”, decretó que Guayaquil por “siempre” quedaba, primero protegido; luego, anexado a La Gran Colombia, unido a la creación de nuevos impuestos, a la arrogancia, abusos y más que cometieron las autoridades y soldados colombianos, venezolanos, entre otros, nombrados por Bolívar, pretendiendo perpetuarse en el ejercicio del Poder. Nunca la fuerza ha convencido a los pueblos.

Causas y consecuencias surgidas en el Perú por la segregación y fundación de Bolivia, tuvo eco en Guayaquil. Tomando conciencia de su suerte nada positiva por la acción bolivariana, los guayaquileños una vez más, sintiéndose lejos de una administración ubicada en Bogotá, sin representación, razonando y recordando que hasta la malhadada fecha, 13 de julio de 1822 gozó de independencia octubrina, sopesando que los pueblos tenían y tienen el derecho a constituirse en estado soberano mediante la integración política en pactos, confederaciones o Estados federales por ser personas jurídicas y morales con competencia en la aplicación, en ese entonces, del Derecho Natural y Contractual. 

Hoy, es el Neoconstitucionalismo; más tarde, será el Humanismo Legal con visión glocal-local ante los problemas planetarios que sobrevendrán.

Fundamentado en ello, un estado o comunidad podía y puede actuar libremente respecto a toda autoridad externa disponiendo su capacidad para efectuar convenios o acuerdos que no limiten voluntariamente su libertad, estructurado en el pensamiento de una sociedad fundamentada en el liberalismo político: individuos libres, iguales, siendo el Estado garantista neutral ante posibles desórdenes sociales.

Conceptos jurídicos que los guayaquileños consideraron el federalismo se hallaba, tácitamente, en la Constitución colombiana, a pesar de la concepción bolivariana: centrista, corporativista y pluralista.

Refiero el contenido del acta de la M. I. Municipalidad de Guayaquil, mencionada en El Patriota 8 de 28-julio-1827, 29-30, descrito por la historiadora italiana Federica Morelli en “Una gran asociación de pueblos”. La rebelión en Guayaquil y su percepción de la Gran Colombia (1827)” consta:

Que habiendo sido siempre nuestra voluntad el constituirnos por nosotros mismos y unirnos a los demás departamentos, que también lo desean ardientemente, hemos tenido a bien declararnos, como desde luego nos declaramos, por la forma de Gobierno Federal”. 

Movimiento al que se unieron Portoviejo, Baba, Portoviejo, Jipijapa, Montecristi. Si bien, nuevamente se aplastó este segundo intento de Guayaquil inspirado el Nueve de Octubre de 1820, arrasado el 13 de julio de 1822 por Bolívar, fue Flores con tropas colombianas que aplastó las ansias de independencia guayaquileña.

Hoy, ante tanto problemas no resueltos por el gobierno que, como nunca se volvió centrista, producto de la década degenerada, se invocan estos postulados que, creo, nunca la Sierra lo va a aceptar por obvios intereses.



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