19 abril, 2024

¿Cambiaremos?

En verdad, llama mucho la Atención el diferente modo de pensar de los seres humanos.

Quisiera, para explicar mejor mi pensamiento, describir la forma de pensar del latinoamericano a fin de compararlo con los demás.

El latinoamericano es el producto de la mezcla, principalmente de tres razas: indígena, españoles y negros. Cuando los españoles “descubrieron” estas tierras, los aborígenes se asustaron al ver a estos monstruos con cuerpo de lata y/o tela, que venían montando corceles, ávidos de riqueza, que apestaban a mil demonios, que usaban unas armas que mataban a distancia a las que llamaban armas de fuego.

Cómo venían sólo varones, se tardó poco en cruzarse las dos razas. Para ayudar en las labores, los españoles trajeron esclavos que reclutaban de África, los cuales también se cruzaron tanto con los indígenas, como con los españoles.

La mezcla racial, amalgamó también los vicios y virtudes propios de cada raza, saliendo una mezcla de mayor o menor porcentaje de las características de las tres razas: El latinoamericano.

El latinoamericano, es un individuo especial, en general con poca inclinación al trabajo, vivo, más que inteligente, aprovechador, ingenuo, hablador, y buscador de facilidades, posesivo, sexualizado, abusador cada vez que puede, que busca, más que la felicidad, el placer.

Esto explica la cantidad de femicidios, porque el hombre cataloga a su mujer como su posesión. Explica también su búsqueda de alcohol, drogas y todo lo que pueda provocarle placer.

Su temperamento, lo lleva a querer sacar partido de todo lo que puede. El latinoamericano es vivo, sapo. No considera robo apoderarse de lo que está descuidado y si lo puede conseguir, no siente que está robando.

En los países donde hay cultura (Japón, Singapur, otros países del este asiático, Europa del norte), la gente se comporta diferente. Hay ciertas reglas que no hay que repetirlas, porque son obvias. “si no es tuyo, es de otro. No lo cojas”. “Respeta a todos”, “haz pacientemente fila”, “respeta a la autoridad y las indicaciones”, “no te aproveches de los otros”, “cumple tus obligaciones”, “todo tiene dueño”. “Respeta la propiedad ajena.” “Paga lo que debes.” “Si puedes aprovecharte de un descuido o eximirte de un pago, ¡NO LO HAGAS!

Por eso nos llama la atención, leer en el diario, que los suizos rechazan recibir un plan social, sin trabajar… ¡y es el pueblo el que lo rechaza! Defienden al Gobierno de un gasto para defender la ociosidad.

¿Llegaremos algún día a ver estas actuaciones en nuestra gente? ¡Eso sería maravilloso!!

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Debo confesar que, en estos precisos instantes en que estoy preparando esta nota, me invaden una serie de indescifrables sentimientos. Bueno, por la tremenda importancia del tema, es entendible lo que me pasa. Además, sin lugar a duda alguna, estas similares sensaciones las están experimentando Incluso cientos de miles de ecuatorianos más.

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