26 julio, 2024

Desde el rincón rojo

Al escritor peruano Eduardo Arroyo Laguna, reconocido docente universitario. Pero, antes que nada, un excelente amigo…, sinónimo de amplia solidaridad!

Hablar sobre Mariátegui hoy es traer, en actualidad, uno de los referentes más sólidos, más serios y más realistas hacia la apertura de los cambios necesarios y posibles en Latinoamérica. En el contexto claro y decisivo, por supuesto, de un bienestar social en plenitud de justicia y libertad. Bienestar social en plenitud de justicia y libertad sobre todo para las grandes mayorías, aun recargadas por la sola supervivencia como especie… José Carlos Mariátegui, que nació peruano, como ideólogo socio político por su proyecto consecuente de liberación hemisférica pertenece, tal cual lo hemos enunciado en otros momentos, a nuestra América. La América de Bolívar, de Vasconcelos, de Rodó, de Martí, de Sandino, la América de Alfaro… Aunque murió demasiado temprano, casi a los 36 años, su obra muy fértil sigue siendo, incluso, un sendero de llamada y advertencia para que los pueblos latinoamericanos puedan caminar por él, sin temores y con decisión, al encuentro de su destino…

Su última residencia de Lima (1924), Washington Izquierda 554, cerca del antiguo hipódromo, será no sólo el sitio vivo de la intimidad de su hogar. También la fuente de inspiración y voluntad en la madurez de su pensamiento. Aquí fueron escritos sus “7 ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928), diseñada y trabajada la revista cultural Amauta (1926/30), y la publicación del periódico para los trabajadores, Labor (1927/28). Además, entre otras tantas cosas, con Mariátegui se dio paso, igualmente desde aquí, a la fundación del Partido Socialista y a la redacción de los Estatutos de la Confederación General de Trabajadores del Perú. Pero, el drama de la discusión ideológica, de análisis y posición, resonaba una y otra vez, con mucho entusiasmo y camaradería, desde un sitio muy especial del salón principal de Washington Izquierda 554. El Rincón Rojo. Local de encuentro en una de las esquinas de la habitación de un hermoso tapiz geometrizado, color rojo de cierta intensidad… Aquí, durante casi 6 años, en diálogo con la palabra de José Carlos, muchas otras destacaron en la fluidez de la conversación. Artistas, intelectuales, poetas, políticos, obreros, estudiantes recreaban sus vidas en el intercambio de ideas con Mariátegui… Y el Amauta, Mariátegui, cobijó con su presencia, en humildad, paciencia y responsabilidad este ir y venir continuo de realidades y esperanzas…

El Rincón Rojo no es el simple espacio de una casa. Es, sobre todo, el lugar físico espiritual de convergencia y proyección histórica, de muchas de las grandes ideas del Perú contemporáneo, a partir de 1924. Por eso, cuando hace pocos días, este 14 de julio, a las 8 de la noche, proyecté mi video ensayo “El Pensamiento Vivo de Mariátegui” allí, en el Rincón Rojo, tuve que explicar en la introducción del evento, con mucha sinceridad: “ Siento mucho orgullo de realizar esta tarea cultural en la propia casa de Mariátegui… Pero, mucho más, por hacerlo aquí, en el Rincón Rojo, su sitio predilecto…”. En 27 minutos de proyección he pretendido, y espero haberlo logrado, recrear las ideas mariateguistas, especialmente sobre el problema indígena, la educación, la organización popular, el nacionalismo y la unidad latinoamericana. Al margen, eso sí, de todo reduccionismo ideológico, y mantener, así, con la frescura de la actualidad, la trascendencia de su mensaje social, político, cultural… Los comentarios, de crítica y análisis, de los docentes peruanos, sociólogo Manuel Arana Soto de la Universidad Federico Villareal y del doctor en educación, Elías Mejía Mejía de la Universidad de San Marcos, entrevistados para el video ensayo, fueron un punto clave en la ejecutoria del asunto.

Ahora, 18 de julio, 4 días después, entregó por lo acontecido mis fraternos saludos y agradecimientos al colectivo cultural “Amigos de Mariátegui” que lo hicieron posible, con la intervención ante el Instituto Nacional de Cultura, de la artista pintora Fanny Palacios Izquierdo.

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El respeto y la solidaridad

Han transcurrido ya 3 semanas de este exilio obligatorio, pero muy positivo, desde donde les envío mi opinión sobre aspectos del diario convivir, sin límite ni restricción a mi decisión de ánimo y entusiasmo de seguir adelante con opiniones y criterios recogidos de la experiencia y el trajín permanente de casi 50 años de vida profesional, que me enorgullecen haberlos vivido con respeto y solidaridad para mis profesores, para la profesión que yo escogí y para todos mis colegas que compartieron y discreparon de mi criterio, en más de una oportunidad.

En la Junta Cívica de nuestro querido Guayaquil, cuando tuve la oportunidad de servirla desde la Presidencia, recuerdo la campaña que lanzamos para impulsar el respeto y la solidaridad, que sentíamos estaba seriamente atropellada por el Econ. Rafael Correa, ofendiendo con desagradables epítetos a quienes discrepaban de su criterio u opinión, epítetos especialmente dirigidos hacia la mujer guayaquileña. La campaña la lanzamos con la entrega de una adhesiva que circulo por toda la ciudad, que decía: RESPETE-SALUDE- NO OFENDA, hoy desde TAMPA, lo recuerdo porque acá es notoria esa gran diferencia, todos respetan, todos saludan y nadie ofende a nadie, no importa el color de su piel, su estatura, su edad y su condición social o económica, que quizás ni siquiera se conoce.

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