24 abril, 2024

Hablemos claro

Tuve la oportunidad de escuchar al Señor Vicepresidente de la República en la cadena sabatina del 19 de Julio hablar sobre los adelantos del Gobierno en la forma de controlar a las Compañías que prestan servicios a los usuarios. Habló de la forma cómo contratos por pocos millones de dólares para ceder un servicio a la comunidad, se habían convertido en contratos de setecientos millones, etc.

Todo esto me parece maravilloso. Al fin las multinacionales aunque continúan ganando millones de millones, cuando menos, tienen la obligación de pagar utilidades a sus trabajadores, lo que significa algunas decenas de miles para esos hogares, y la concesión del servicio, millones para las obras del Gobierno. Esto significa que al menos una parte de estas utilidades, se siembra en el país.

Hay un punto que aparentemente no se ha tomado en cuenta, y es la calidad de servicio que brindan. De acuerdo con las noticias de la prensa, ya hay diecisiete millones de usuarios de la telefonía celular, de los cuales, una sola compañía tiene el 70% de los mismos, otra tiene el 29% y la última, el 1%.

Como es lógico pensar, la última de las Compañías no tiene cobertura en todas las ciudades y peor en todas las zonas del país. Las otras, deberían tenerlo. Ahora bien, el problema es la saturación. He tenido que, abusando de amistades, reclamar sobre el servicio y pedir revisión, pues en muchas ocasiones no es posible llamar, aparece SIN SERVICIO en la pantalla, o nos indican “lamentamos, servicio no disponible”, e incluso sale error en la llamada y ésta se corta. Hay sitios en la zona rural en los que la señal no llega. En la zona de Samborondón, y en otras partes de Guayaquil, la congestión es grave.

Al preguntar a las personas entendidas de las Compañías, ellas informan que el problema se debe a que las personas (con razón), no les permiten poner repetidoras sobre sus hogares, por el riesgo de cáncer (que es real, sobre todo cuando no se las coloca a suficiente altura). Con el dinero que ganan, bien podrían comprar solares y poner repetidoras en los sitios que requieran, o hacer sus casas bajo sus torres si ellos quieren correr ese riesgo (después de todo, ellos están ganando bastante dinero). En todo caso, debería ser su obligación tener suficientes repetidoras para que los usuarios puedan usar racionalmente el servicio. y conectarse sin problemas.

Otro de los problemas, es el abuso que cometen al vender los servicios, puesto que uno se ve obligado a comprar el instrumento para usar el servicio y cuando uno deja el servicio porque no tiene la suficiente potencia, ellos no aceptan devolución del instrumento, el cual no sirve para usarlo con la otra compañía, puesto que está bloqueado.

Es necesario que nuestro Presidente, al firmar los nuevos convenios con estas Compañías, les exija un mejor servicio al usuario, los obligue a tener un determinado número de repetidoras por número de usuarios, para que la cobertura sea eficiente. La telefonía celular ha pasado de ser una simple novelería y una forma de chatear, a ser en muchos casos una necesidad, pues una vida puede depender de una llamada que entre a tiempo y que no se corte, incluso, el que puede necesitar el servicio urgente, puede ser uno de los Directivos de la Compañía, o un alto funcionario del Gobierno.

Artículos relacionados

Surmenage Presidencial

ENLACE No 232 EN PANGUI

Hace más de tres años no dedicaba mi tiempo a escuchar a nuestro Presidente ni a observarlo con ojo clínico. Oigo sí, escucho sí y leo lo que dice porque de eso no hay manera de escaparse pues tiene el don de la ubicuidad. No hay tema ni ocasión que deje de lado para estar en la punta de la noticia. Está en todo y a todo momento. Pero esta vez hice la excepción y me puse con mis cinco sentidos para analizarlo clínicamente. Lo hice solamente por ver a Silvia Buendía, un personaje que verdaderamente aprecio y, además, admiro por inteligencia y belleza. Era una de las tres entrevistadoras y tenía curiosidad de ver su desempeño pues ella es atrevida y atractiva. Total que como de costumbre a la diez de la noche cerré mi Twitter, y en lugar de ponerme a ver una serie, la de los Tudor, me acomodé para mirar la entrevista que se pasó el miércoles 3 de agosto en lo que yo todavía llamo canal 4, y creo que se llama RTS .

Así me senté con ojo analítico a seguir la entrevista que duró una hora. Con paciencia analicé los ademanes, gestos, frases y posturas de Rafael Correa, al ser humano, no al Presidente. Ante tres damas eso es lo que pretendía ver, al menos porque el resto de lo que iba a decir ya lo sabía o suponía saberlo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×