12 octubre, 2024

De espionajes y de espías

El novelista inglés David Moore Cornwell (1931), más conocido por su pseudónimo “Jhon Le Carré”, especializado en novelas de suspenso y espionaje, en 1963 publicó la novela “El espía que surgió del frío”, ambientada en la década de los 60, se desarrolla en Inglaterra y Alemania, en plena época de la Guerra Fría. La crítica especializada la eligió como la mejor novela de espionaje de todos los tiempos; además, fue llevada al cine con gran éxito.

Le Carré, con la experiencia de haber servido por años al servicio de inteligencia británico, en su novela saca a la luz las turbias interioridades del espionaje internacional.

Traigo a colación esta novela porque ahora está en el “ojo de la tormenta” internacional un episodio de espionaje al mejor estilo de la Guerra Fría, en el que aparecen como protagonistas: el ex-agente de la CIA Edward Snowden y Julian Assange, asilado de privilegio en nuestra embajada en Londres; además, EE.UU., Rusia, China (que se desmontó oportunamente de este affaire) y, como no podía ser de otra manera, nuestro país.

Edward Joseph Snowden, analista de inteligencia, que trabajaba en la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), decidió denunciar las actividades de espionaje que realizan los servicios secretos de su país. Snowden ha desatado una verdadera tormenta mundial al entregar a los diarios, Washington Post y a The Guardian, información sobre un supuesto espionaje a millones de personas de todo el mundo, además de espiar a amigos y enemigos, detallando la variedad de técnicas empleadas para el espionaje.

El inefable asilado Julian Assange, desde nuestra embajada en Londres, ha llevado una vida pública muy agitada dando declaraciones, conferencias, entrevistas; ha recibido visitas de todo tipo, incluida la de nuestro canciller, Ricardo Patiño. En el caso Snowden, Assange ha tenido un papel protagónico, incluso ha oficiado de portavoz de la embajada; declaró que Snowden había abandonado Hong Kong con un “documento de refugiado” emitido por el Ecuador. Se conoce que nuestra embajadora en Washington envió un mensaje en el que dijo: “Sugiero que deberíamos hablar con Assange para un mejor control de las comunicaciones. Desde fuera parece que está dirigiendo el espectáculo”. ¡Qué maravilla!

Lo insólito es que el cónsul de nuestra embajada en Londres, de apellido Narváez, ha elaborado dicho salvoconducto “sin el conocimiento” del gobierno ecuatoriano. ¡Increíble!

Esto no es nuevo en nuestra cancillería, recordemos que el uruguayo Kintto Lucas, ex-vicecanciller de nuestro país, le invitó a Assange, “a título personal”, a ponerse a buen recaudo en nuestro país.

En conclusión, sobre las interceptaciones y el control de internet hay opiniones divididas, por un lado, se dice que nada justifica la violación de la privacidad de las personas; por otro, una encuesta revela que un 55% de estadounidenses, respalda el poder de vigilancia del Estado “si eso contribuye a la seguridad”. Lo importante es que estas filtraciones pueden ser publicadas en los medios como el Washington Post y The Guardian (prensa mercantilista), en nuestro país de acuerdo a la Ley de Comunicación eso no es posible; a las claras, eso atenta a la libertad de prensa

Por último, parodiando a la sentencia bíblica podemos decir: el país que esté libre de no haber hecho espionaje, que tire la primera piedra.

Artículos relacionados

“¿Elecciones?”: La gran farsa

Mientras el diario El Telégrafo era “Tribuna de la Verdad” tuvimos una sesión de articulistas con el ingeniero Coronel Lucio Gutiérrez, simple ciudadano al momento.

Mi pregunta principal fue “si es que le había fallado la inteligencia”, inmediatamente aclarando que no me refería a la de él, si no a la del Estado. ¿No se había enterado de cómo se estaba penetrando las defensas del Ecuador por grupos entrenados? ¿Qué la Radio y la gente que lo atacó eran parte de un plan no nacional? ¿Por qué acepto que lo sindicaran de haber abandonado el cargo cuando él nunca salió de territorio Nacional hasta ser “reemplazado”?

No hay comentarios

  1. No se puede espiar solo entre enemigos.Los terroristas se esconden entre amigos. Cuanto contribuyeron los que se ofenden para cubrir los enormes costos del 11SNo se ha informado que EEUU haya recibido algo.

  2. Excelente artículo como ya nos tiene acostumbrados.
    Yo no me cómo el cuento de que ni el canciller, ni la embajadora, ni el presidente, no tenían ni idea de lo que hacía el cónsul Narváez. Ellos, o al menos el autor de los Pativideos, sabían de qué iba la cosa. Ese cuento infantil nadie se los cree. Ni ellos mismos.
    Lo que yo pienso es que al ver que se habían metido en camisa de once varas; pedalearon en retro.
    Por otro lado. El cerebro maléfico de Assange es quien manipula, y mueve las cuerdas de todos esos personajes. Assange es un bocón peligroso y metido. Ese individuo chueco, es otra papa caliente al igual que el espía traidor de Snowden.

  3. ES HACERSE SIMPLEMENTE EL TONTO ESTO DE OFENDERSE POR LOS ESPIONAJES QUE TODOS LOS PAISES DEL MUNDO LO PRACTICAN EN MENOR O MAYOR CANTIDAD Y SOFISTICACION DE ACUERDO A SUS INTERESES Y PODER ECONOMICO. QUE NO ME DIGAN DE QUE POR EJEMPLO CUBA Y VENEZUELA NO HACEN ESPIONAJE EN LOS PAISES QUE APOYAN SUS LOCURAS. PERO LO MAS CHISTOSO ES DE QUE POR FIN EL CANCILLER PATINO ENCONTRO SU TRABAJO FAVORITO AL ANDAR ENCONTRANDO MICROFONOS Y ESCONDIENDO A ESPIAS COMUNISTAS, RESULTA QUE SE CREE LA PANTERA ROSA.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×