3 mayo, 2024

No emitan Bonos del Estado

PRESIDENTE EN ENTREVISTA PARA NEW YORK TIMES

Señor presidente Rafael Correa no emita esos Bonos del estado ecuatoriano. Eso es lo mismo que emitir nuestra propia moneda paralela. No caigamos en errores del pasado.

Si la circunstancia actual es que nos toca son las vacas flacas en el presente y futuro que fue la interpretación del sueno que le hizo José hijo de Jacob al Faraón Egipcio, apretémonos un poco. Achiquemos el tamaño del estado, venda todas las empresas que tiene el estado no para perder control sino para tener un ingreso, aunque sea pequeño, y para ganar eficiencia al ser manejadas por manos privadas.

No tratemos imprimiendo bonos o billetes de parecer mas ricos de lo que somos. No vivamos sobre mármol que se hace polvo. Si en este momento estamos pobres apretémonos en el gasto anual del gobierno en general. La gente lo entenderá. Lo debe entender.

Las empresas tendrán márgenes menores por oferta y demanda pero eso es mejor a pretender ser ricos porque imprimimos bonos y luego irnos de nalga al fondo del abismo.

Eso generará una inflación gigante que es el peor de los impuestos, ya que lo pagamos todos los ecuatorianos por igual. El rico y el pobre. Ambos pierden capacidad de ahorro y gasto al ver su dinero con menor poder adquisitivo. Ya hay ejemplos claros de esas desgracias. Países cercanos lo han sufrido y les ha costado años recuperarse.

En ese caso es mejor buscar otra alternativa de solución. Si se imprimen bonos del estado de la manera como se pretende, auguro que lamentablemente estamos frente al principio del fin de la dolarización que nos ha mantenido estables. Desde que la adoptamos la ultima noche del gobierno de Jamil Mahuad, supimos que teníamos que apretarnos el cinturón y vivir según nuestra realidad. Teníamos que aumentar nuestras exportaciones, tener una balanza comercial positiva, etc.

Escribo esto con gran preocupación por el presente que nos toca vivir ya que el brillo de las obras positivas que ha hecho el gobierno hasta ahora se harán frágiles en los escenarios de marfil falso. Nótese que no escribo ni por ambición ni pan, ni lucimiento, y peor simpatías o antipatías. Sino para no echar a perder nuestro Ecuador.

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Y así, viviendo de una figura comparativa de trasfondo mañoso para ignorantes, cree engañar al pueblo, porque él considera que todos los ecuatorianos somos tontos.

No hay comentarios

  1. Y, ¿qué le hace pensar que va a ser escuchado?

    Su artículo al menos tiene el mérito de advertirles a ellos, y de señalarnos a todos nosotros, que dentro de poco a ese ritmo de gastos desenfrenados nos iremos directo al infierno. Que el dólar muy pronto solo será un buen recuerdo de estabilidad monetaria y de respeto.

    No lo van escuchar desgraciadamente. No lo van a hacer porque se creen los dueños del universo; ellos se ven y se sienten omnipotentes. Es fácil sentirse rico y endeudarse con el sudor ajeno.

    Rafael Correa y su séquito de zopencos no lo van a escuchar, el uno por no tener ni idea de lo que es producir riqueza, y los otros porque son pagados para ser lambones, y jamás para opinar o peor para pensar. No lo van tomar en cuenta porque para eso tendrían que ser honestos, humildes, capaces, moderados y demócratas; justamente todas las virtudes que debería de poseer un buen gobernante, pero que por desgracia no tiene ni la menor idea de su existencia.

    No van a oír su clamor, porque son un chorro de primitivos comunistas que se quedaron tiesos en la Revolución de Octubre; porque son personajes perniciosos que creen que el Estado debe reemplazar al individuo. Todavía no se enteran que el comunismo falló, porque se olvidaron de tomar en cuenta al hombre.

    Hablarles de empresas privadas a esos testarudos, es como mentarles a la madre. Ellos siguen creyendo que es mejor endeudarnos, fabricar y pagarnos con sus bonos-serpentinas para empobrecernos y mejor subyugarnos; pero eso sí cuidándose de guardar para ellos y sus familiares sus inmensos privilegios.

    Se le agradece por su buen intento.

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