1 mayo, 2024

Ciudad de Dios

Tiros rodeados de sonrisas de ángeles,
noches despiertas,
rechinar de escarlata,
la guitarra bohemia de la samba
las voces que murmuran otra lengua cómo un secreto,
la persecuta diurna, la amistad que me salva.

Dicen que se duerme bien, aunque la vida siempre es una oportunidad después de la muerte,
dicen que los niños juegan a las escondidas de los bandidos, que ellos aprenden su lenguaje,
Y quizás si,
quizás en algún momento alguien se revele al sistema,
no somos nadie en un segundo, la vida se acaba,
la vida nace,
en la vida se camina despierto,
retrato a Mandela,
ilusa sensación de Amor.

Los códigos que te da el barrio no te da la escuela,
y aunque hoy me atreví a sonreír a un niño,
intento escapar a su destino…

Míos incendios,
Incendios que no apago,
sueño con muertos
aunque con mi psicóloga hablo de los vivos,
habito los confines de la palabra,
desvélate una vez, que vidas me sobran para abrazarte.

Lloro, río, la vida se va y vuelve con el picadito del potrero al borde del abismo,
Todo tengo, somos palabra, somos retratos, somos lengua que expresa, somos el idioma que no aprendemos,
somos besos que mantienen la memoria,
que se entrelazan donde nada cabe, pero ahí sigue algo más,

Pienso
en algún momento se duerme?

Irrumpe la bulla,
lo que miro con mis ojos no son mis ojos,
al ladrido del perro junto al arremangue de un arma,
no importa el cómo ni porque,
porque el por qué
no tiene
un por qué,
sino,
para que,

Y ahí
Descubro que
la ciudad de Dios…
no descansa.

PROSA POETICA ESCRITA EN LA FAVELA CANTAGHALO, RIO DE JANEIRO, BRASIL



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Quiero ahora que llenemos de nostalgia nuestra alma, leyendo este precioso poema que recuerda una época pasada.
Disfrutemos aún más de los hermosos versos de Jorge Wagner Velasco, leyendo la Mitología del Montubio que se fue:

MITOLOGÍA DEL MONTUBIO QUE SE FUE

Jorge Wagner Velasco

Mis ojos me han puesto triste
y yo me he quedado quieto
para mirar un recuerdo
verde de guachapelíes
que me llaman en secreto.

Mi selva se ha hecho lejana
y quiero verla de nuevo,
quiero volver a la orilla
que dejé hace tanto tiempo.
La tierra siempre es amiga,
el trillo nunca es ajeno,
las canciones de mi tierra
nacen del alma y del cuerpo.
No hay luna como la luna
que anochece en mi recuerdo
verde claro de hierbales,
ni sol que alumbre más cierto.

Ofrenda a Jesús

Quiero presentar ahora a otro poeta, Daniel de la Vega y aparte presentar una tierna poesía del poeta de quien ya hemos hablado, que visitó Guayaquil por 1950 y le dedicó uno de los poemas más hermosos a nuestra Ciudad.

Comencemos por Daniel de la Vega. Nació en Quilpué, Chile en 1892. Poeta, dramaturgo, cronista y novelista chileno. Quedó huérfano a temprana edad y tuvo que afrontar responsabilidades, para subsistir y ayudar a su familia. Encontró en el periodismo lo que necesitaba para subsistir y al cabo de un tiempo dirigía la revista Zig-Zag. Colaboró en El Mercurio y en las Últimas Noticias. En 1942 obtuvo el premio Atenea. En 1953, mientras estaba como Agregado Cultural en España, recibió el Premio Nacional de Literatura. En 1962, fue reconocido con el premio nacional de periodismo. Poeta de verso fácil y tierno, escribió varios libros de poesía, teatro, novela, crónicas, cuentos y prosa.
Entre sus muchas poesías, tiene esta Ofrenda a Jesús, que vale la pena recordar.

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