6 diciembre, 2024

¿Es que existió San Pablo?

Para unos sí y para otros, no…Para ambos bandos, por cierto, es difícil encontrar testimonios fidedignos que certifiquen su posición. Ni  cartas ni comentarios de la época, que recuerden algún momento crucial, pueden ser aceptadas como válidas. Lo que hay son sucesos arreglados ideológicamente para respaldo de la iglesia de Roma, con necesidad de un acuerdo institucional. 

Antes que una historia, una biografía, solo aparecen, para información de los catecúmenos de entonces, anécdotas un tanto milagrosas de un Pablo que nadie conoció y que, al parecer, ni siquiera existió. En los textos paulinos su autor se declara humilde y solo al servicio de Dios para el bien de sus hermanos religiosos. 

Pero su soberbia, expresión de su clase social alta, le hace incluso sentir la presencia de Jesucristo en él, que “me amó y se entregó por mi”. Días aquellos de verdades a medias, de  creencias en que los cojos recuperaban su andar, los ciegos lograban ver y hasta los leprosos curaban  su enfermedad… 

Por cierto de las 13 o 14 cartas que se decían eran de Pablo, dirigidas a las comunidades, con el tiempo los exegetas, aunque con serias dudas,  solo reconocían 7 como auténticas. Hoy también hay serias dudas sobre estas.  El asunto es, casi de Ripley, pues de las cartas paulinas  las comunidades destinatarias no poseen ni una copia…Lo admirable es, tal cual señala Poujol,  que las cartas, escritas tal vez por los monjes de  Serapis, después de casi 2.000 años, siguen en Alejandría. 

Aunque, en verdad, con tanto enredijo, nadie  sabe quien las escribió. Tampoco porqué no se enviaron. Sin embargo los teóricos del Vaticano las analizan y comentan, como si sus textos  fueron recibidos por las comunidades, y con ellos construido lo más firme de su fe. ¿Días actuales como los de ayer, en que los cojos recuperaban su andar, los ciegos lograban ver y hasta los leprosos curaban  su enfermedad…? 



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3 comentarios

  1. Si no existió Pablo, el que escribió las cartas y epístolas atribuidas a Pablo, era un docto de la doctrina cristiana y conocedor de la palabra, esa cartas son inspiración para los creyentes.

  2. Pablo, no existió como apóstol. Según referencias históricas, de los registros de los judíos con respecto a los estudiantes de la Torá, no hay ningún ashaul o Pablo en sus registros más di hay un Saulo en los registros romanos príncipe primo de Herodes 2 Mita romano mitad árabe fe las tribus de Ismael, y practicante de ritos oscuros y amante de todo lo oculto y misterioso, perseguidor de lis mesianistas, estuvo presente y participó en la muerte de Esteban ya que Saulo tenía al rededor de 57 años cuando autorizo la muerte de Esteban, y estuvo en la condena y posterior muerte de Yahshua del lado de Herodes su primo, lo que conocemos como las cartas de Pablo fueron originalmente cartas de lis verdaderos discípulos de Yahshua, perseguidos y muertos todos por Pablo menús Juan a quien no pudo asesinar, obtenidas tras las persecuciones y redadas los discípulos donde se apropió de sus escritos originalmente en hebreo y arameo y ÉL los copio al griego y lus cambio al culto romano practicado por ÉL y se lis apropió y creo su secta simonianos , casualmente en Grecia y asia menor y Roma exactamente como le adjudican al Pablo creado por Constantino y sus sacerdotes romanos quien en realidad era en sus prácticas oscuras simón el mago, al que si conocieron los discípulos y combatieron fuertemente por sus enseñanzas torcidas , por ello en las supuestas cartas escritas de Pablo hay tanta verdad pero algunas contradicciones como la gracia o la justificación de los pecados o la trinidad o el orar en el nombre del padre del hijo y el espíritu cuando nada de eso enseñó el Maestro Yahshua, entré otras muchas más como no obedecer la ley de Dios los diez mandamientos y decir que todos somos salvos después del sacrificio de Yahshua, cuando sabemos que debemos obedecer los mandamientos guardar el Shabat, y vivir apartados del pecado y vencer nuestra naturaleza pecadora para así hacer la voluntad del creador y obedecer al Maestro

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