27 abril, 2024

Atentado contra el archivo histórico del Guayas

Me permito transcribir un artículo mío, publicado el 30 de mayo de 2008 ante el atentado contra el Archivo Histórico del Guayas, de querer terminar el comodato del Banco Central y que hoy sale nuevamente a la palestra por “encontrarle un albergue”

“…Vale reconocerle al Archivo histórico del Guayas su invalorable trabajo en los últimos tiempos, de querer vivir la historia de la Ciudad dentro de la dinamia auténtica del siglo que estamos viviendo, con la nueva cosmovisión de estudio, investigación y denuncia (aunque  con ello tenga que romperse esquemas que probaron fueron datos equivocados, mitos o leyendas)”…“…Así el Archivo histórico del Guayas pasó a ser, de un lugar donde solo se custodian documentos, en una fragua donde se forja un nuevo presente histórico para Guayaquil, como parte de esta patria ecuatoriana”… (Pág. 413 Estado Nación y Región- IV Congreso Ecuatoriano de Historia)

En hora buena que la orden de dar por terminado el comodato entre el Banco Central y el Archivo Histórico de Guayaquil, lo cual significó eliminarlo y que sublevó una vez más a los guayaquileños, “Ha sido un malentido”, 

Y es que nadie puede negar toda la acción de esta Institución a favor de la cultura histórica, no solo del Guayas, sino de todo el Litoral ecuatoriano que, con  tanto ímpetu, viene desarrollando en estas últimas décadas, dirigida por ese extraordinario hombre José Antonio Gómez Iturralde “uno de los próceres modernos”, que ha hecho de las reliquias históricas el más grande elemento instructivo para la sociedad guayaquileña, desde los niños de escuela, jóvenes de colegios y universidades, hasta los profesores y sociedad toda.

Ya lo vimos en estos días, entre el 24 al 28 de mayo, indignado, frontal y guayaco, ante la notificación llegada del Banco Central, que lo consideramos un acto insólito más contra Guayaquil; del que felizmente se retractaron aduciendo “un mal entendido”.

Y es ahí donde reside el gran mérito de esta Fundación, al haber logrado la interrelación del patrimonio histórico con los medios educativos para que tome vida en todos sus actores, ya que patrimonio no es solo archivos y monumentos, sino dinámica promocional, capaz de movilizar a todos los niveles sociales de una nación.

Seminarios, talleres, congresos, cursos, publicaciones, exposiciones, presentaciones artísticas, etc. son la fuerza concientizadora de un patrimonio cultural-étnico – social del hombre de la Costa, fusionado en ese mestizaje que lo hace parte de un mundo cambiante, en el que pueda subsistir sin complejo alguno.

Singular el trabajo de promoverlo sin distingos, lo mismo ante un público popular o uno selecto, ya que la cultura no debe ser jamás excluyente de clases.

El alma montubia del hombre costeño tiene también en el Archivo histórico, su asidero cultural, en todas las manifestaciones: de arte, erudición, costumbres, etc., desarrolladas en las sin fin de actividades que se llevan a cabo en los diferentes escenarios, siempre con llenos completos…

Por la paz del mundo



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Ante tan desgarradoras imágenes y casos que vemos a diario a través de diferentes medios de comunicación colectiva como producto de la incontenible avalancha de la delincuencia en nuestra ciudad, manchada y salpicada de sangre inocente, bien vale la urgente necesidad y el deber de replantear con urgencia las correctas y prudentes acciones que se necesitan tomar, a fin de detener de una vez por todas este peligroso mal que nos está asfixiando a los guayaquileños.

La inmensa ventaja que actualmente nos llevan los avezados delincuentes, criollos y extranjeros, quienes irónicamente gozan del enorme privilegio de portar sendas armas de fuego con las que asaltan, violan y matan, y que a sus anchas planifican y ejecutan sus fechorías, no podrán ser reprimidos jamás, mientras los ciudadanos decentes de esta ciudad conjuntamente con las autoridades competentes no decidamos seria y responsablemente tomar el toro por los cuernos, y ¡reprimamos ya! de una vez por todas este grave azote a nuestra comunidad.

AVC y Museo de la Memoria II

Como en la primera parte, me seguiré refiriendo en forma fidedigna al libro “Ecuador 1960-1990: insurgencia, democracia y dictadura” de Darío Villamizar Herrera, Editorial El Conejo, 1994. En él se publican los testimonios, con lujo de detalles, de los autores de asesinatos, asaltos, secuestros, etc. de los miembros de las organizaciones subversivas que actuaron, especialmente, en la década de los 80. Les recuerdo que Villamizar, de nacionalidad colombiana, se desempeñaba como vocero político de la organización subversiva M-19 en nuestro país.

“Para el 12 de agosto (1993) se da la acción de AVC más sonada hasta entonces: la sustracción de las espadas de Eloy Alfaro y José Montero del Museo Municipal de Guayaquil. (…)”. (p.136).

2 comentarios

  1. Sin medio para atenderlo era dificil conservarlo debidamente. EN este país no hay justicia distributiva porque lo impide el centralismo

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