1 mayo, 2024

“Dios miró y aceptó el Holocausto”

Hoy contaré la historia de Laura, quien es una cara detrás del fenómeno al que denominamos “pobreza”. Laura es una mujer de 30 años del norte de un país que se destaca por ser líder mundial de productos como el banano, el camarón, las flores y el atún. Donde hay más de 27 volcanes activos, playas hermosas y un archipiélago tan único que el mismísimo Charles Darwin decidió tomarlo como objeto de investigación. Las tierras de esta mujer son totalmente fértiles, donde cae una semilla, por ley crecerán cientos de árboles. El país de Laura se reconoce a sí mismo como multiétnico y pluricultural, abarca a más de 14 etnias y tiene dos lenguas oficiales: el español y el kichwa.

Pero esta historia es de Laura, una persona que, a pesar de ser joven, ha vivido muchos años en poco tiempo. Físicamente parece de más edad. Ella es madre soltera, tiene 3 hijas. La menor, quien se llama Isabella, nació con una discapacidad. Las 4 mujeres tuvieron la mala suerte de nacer en un entorno precario, donde hay que salir a buscar ayuda para poder comer, pagar los servicios básicos, y seguir en este juego al que llamamos vida. Sin embargo, hay un factor que destaca dentro de todo esto: Isabella tiene una discapacidad. La mamá de esta nenita tocó mil veces por mil las puertas de varios ministerios de su amado y fértil país. Es de esperarse que en su situación las autoridades respondan, que el gobierno brinde algún tipo de ayuda, que alguien le de una mano. No obstante, y a pesar de que Laura tocó mil veces por mil las puertas que le dijeron que toque, no obtuvo mayor respuesta.

En el país de esta valiente mujer viven 17 millones de personas. Para junio de 2022, el 25% de la población urbana era pobre. Y aquí es donde empiezan las preguntas filosóficas. ¿Qué es ser pobre? Según, Daniel Izuzquiza, el coordinador de la organización Pueblos Unidos, ser pobre es “no tener los suficientes recursos para salir adelante en la vida con la dignidad que nos merecemos todos y no poder ejercer los derechos que le corresponden a todas las personas». Básicamente es una situación donde una persona no tiene los recursos para alimentarse, acceder a la educación, contar con servicios de luz, agua, y asistencia sanitaria. Y esos son solo algunos de los ejemplos de varios que pueden nombrarse (como contar con una vivienda digna o acceso a internet).

¿Laura entra en esa categoría? Y aquí es donde retomamos su historia. Isabella, su hija, cuenta con una discapacidad, aquella condición hace que el dinero que Laura gane, se vaya en un 100% a las necesidades de su hijita. ¿Cuáles son esas necesidades? Asistir semanalmente a médicos, comprar un montón de medicamentos extras, llevarla a terapias, alimentación específica que a su vez es recomendada por los especialistas, y eso solo por nombrar algunos ejemplos. No nos olvidemos de que Laura es madre soltera y que tiene otras dos hijas a las que debe de cuidar. Ah, y cierto, ella también es una persona con miles de necesidades que probablemente no estén cubiertas ya que no tiene el tiempo ni los recursos para enfocar su concentración en ella misma.

Esta mujer valiente buscó mucha ayuda durante años. Tuve la suerte de ser la persona que le abrió una de las puertas que tocó. Laura inició una petición en una plataforma digital de pedidos ciudadanos, donde yo me encargaba de tomar contacto con quienes hacían este tipo de campañas. Gracias a su iniciativa ciudadana, que pedía que su hijita sea beneficiaria de un bono por discapacidad, ella pudo salir adelante. Isabella hasta la fecha recibe el bono, lo cual es una gran ayuda. Todavía tienen dificultades con acceder a ciertos servicios básicos, pero por lo menos han podido cubrir los gastos que la nenita necesita para poder contar con una vida digna.

Yo sigo en contacto con Laura y con Isabella, a quienes he cambiado de nombre en este relato para respetar su identidad. Con mi mamá ayudamos en lo que ella y sus hijas necesitan, nos mantenemos siempre conectadas con su familia.

Laura es del norte de su país, un país pequeño, con un potencial enorme. Sin embargo, me pregunto, si es una nación tan fértil y con tantos recursos, ¿por qué tenemos tantas historias como la de Laura?

“Dios miró y aceptó el holocausto”, cuentan las letras del himno de la tierra de Laura. Quisiera creer que la población no aceptará ningún holocausto, que juntos encontrarán una respuesta a la pobreza y a los demás problemas que la nación de Laura tiene.

Pero como dije anteriormente, esta no es la historia del país, es la historia de Laura.

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2 comentarios

  1. Linda reseña, parodia de la realidad de nuestro bello pero maltratado país, saqueado por políticos corruptos, que llegan al poder con promesas que nunca cumplen.
    El porcentaje de pobreza del país seguirá subiendo si no se hace nada para dar educación, salud y trabajo. y si no se lo hace también subirá el índice de delincuencia.
    Tenemos todo para salir adelante, pero siempre las buenas ideas y proyectos son frenados por componendas políticas, que solo ven sus intereses y no los de la mayoría.

  2. Efectivamente, el porcentaje de pobreza seguirá creciendo si no se hace nada por la educación, porque sin ella tampoco se puede garantizar salud ni trabajo. No conozco las circunstancias y no me referiré a este caso específico, pero puedes ser madre soltera de uno, pero no de tres….. Debemos cuidarnos para poder criar unos hijos razonablemente bien. Los políticos de nuestro país no permiten que haya un cambio en este sentido, lastimosamente.

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