23 abril, 2024

Una lectora de Selecciones del Reader Digest

Hoy con mi edad, camino a la centuria; al leer la revista Selecciones de febrero 2022; revista que no dejo de leerla desde que era una niña de 12 años -en que la tuve por primera vez- He sentido de todo: alegría, tristeza, añoranzas, rebeldía y optimismo, por la sabiduría de la vida y el mundo, que en ella se publica cada mes, hasta hoy su Centenario ¡Deseando que continúe su publicación por siempre!

En una de ellas, leída a principios de mi adolescencia; hubo un artículo que digo -estimuló uno de mis sueños de amor -que lo hice realidad décadas después, con mi hombre amado del que hice mención en uno de mis libros, publicado en el año 2005 –La Aventura

Aquí referente a ello -pág. 97-

Los sueños

“Cuando encontraron el sitio, jamás creyeron que lugares como éste existieran en su país.

Lidia lo había soñado alguna vez, cuando adolescente leyó un relato en una Selecciones, del Reader Digest, sucedía en un lugar con río y mar y ella lo dimensionó como algo muy lejano y de fantasía, donde le hubiera gustado vivir con un hombre amado.

Pero cuando comenzaron a buscar una tierra para comprarla, no pensaban sino en un sitio del que pudieran ser dueños para vivir su propia vida plenamente.

– ¡Ah!  Pero si fuera como ese que ella leyó, sería como cumplir un sueño e, increíblemente, lo encontraron en Ecuador, en su propia tierra.

Era un pedazo de montaña casi virgen, al pie de un río que corría sobre un lecho de piedras formado por las aguas del invierno, que bajaba de la selva adentro en busca del mar, el cual estaba, del sitio en que levantaron la casa, a sólo quinientos metros…

…Ella, igualmente, sintió que ese lugar era también justo el de su sueño romántico “con río y mar.” *

Por eso, desde el momento en que lo vieron, hubo entre la tierra y ellos como una posesión mutua de amantes esperándose uno a otro.  La entrega fue de pasión sin límites en cada día desde que la compraron, y por los casi diez años que vivieron ahí, hasta todos los demás de su vida, vividos también a través de sus hijos…

*OLON-Manglaralto, prov. de Santa Elena-Ecuador

Por la paz del mundo



Artículos relacionados

Ella vs la otra

Epidemia

Muchas veces he tenido preguntas sobre cuál persona le conviene más a alguien, su pareja o la persona que dice que ahora le llena su vida. La respuesta es sencilla, acertada y rápida en el 99,9% de los casos. Poseo un simpático libro, escrito por Micheline Sandrel que se titula: “Diccionario del amante perfecto y del marido pasable”, en el que la autora asegura una verdad indiscutible: El o la amante puede ser una persona perfecta, pues sólo está con uno cuando esa persona y yo deseamos estar juntos, por eso, los momentos con él o con ella, son siempre alegres y maravillosos. El marido o la esposa, tiene que aguantarnos nuestros momentos de mal humor, y nosotros también tenemos que tolerar esos malos momentos.

Tu mujer o tu marido, conoce tus defectos, tus debilidades, tus errores, tus gritos, tus malos ratos y aún así está contigo… Tu amante conoce tu dinero, tus lujos, tus momentos de felicidad, tu sonrisa, tus caricias… por eso está contigo.

Carta León Bjarner F.C. al Universo

Guayaquil, Septiembre 28 de 2010

Señor Don
CARLOS PEREZ BARRIGA
Director de Diario El Universo
Ciudad.-

Señor Director:

En ejercicio de mis derechos constitucionales, respecto de la carta enviada por el Dr. Alfredo Pinoargote, y publicada el día de hoy en El Universo, le expreso lo siguiente:

No es ningún mérito del Dr. Pinoargote reconocer que las denuncias de mi abuelo eran debidamente fundamentadas. Esa era una de sus cualidades: no echar lodo con ventilador, sino acusar con pruebas y fundamentos contundentes, generalmente irrebatibles.

1 comentario

  1. Este relato me recuerda una canción colombiana que dice: «Morenita del alma vente conmigo yo te convido, a la choza que tengo cerca del río junto a la playa»
    Tembién vino a mi memoria los imborrables recuerdos de mi casita en San Clemente junto a la playa, que la disfrutamos intensamente con la sola contemplación del piélago que adormece las penas cuando el sol se pierde tras las palmeras en las tardes de fuego que incendian el alma.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×