27 julio, 2024

Tiempos de cambio

«Así nos enseñaron a nosotros con buenos resultados». «Mi método ha funcionado satisfactoriamente por 15 años, por lo tanto lo mantengo»; expresiones de este estilo las escuchamos entre profesores que se resisten a cambiar.

A quienes mantienen tercamente esta postura, deberían acelerarles la jubilación, porque su absurda actitud hace daño a los estudiantes. Nadie duda que existen sistemas que han dado buenos resultados por mucho tiempo; pero es una terquedad pensar que estos métodos no puedan perfeccionarse año a año. Si todo en la naturaleza tiende a avanzar y perfeccionarse, como lo intuye aún la gente más elemental, si la misma ciencia nos deslumbra cada día con sus descubrimientos y novedades… ¿Cómo un profesor podría encerrarse en narcisista muralla y creer que la ciencia de la educación no necesita perfeccionar su metodología, su creatividad, su modo de expresarse? Vivimos tiempos de cambios, y tenemos que aprender a adaptarnos a la más avanzada tecnología, por el bien de los alumnos que nos han sido confiados.

Las autoridades de las instituciones educativas serias, deben renovar a los profesores que cada año repiten lo mismo en clase y procuran pasar desapercibidos cumpliendo con horarios, asistencia, notas, sin preocuparse de evaluar si sus estudiantes aprendieron y, si a través de sus clases, desarrollaron habilidades de estudio, de trabajo y adquirieron virtudes. Esta clase de profesores nunca tiene problemas, su trabajo pasa inadvertido, todos sus estudiantes aprueban sepan o no la materia. Cobran su sueldo.

Las modernas habilidades docentes exigen el uso de la computadora, del Internet, en general de la cibernética. El cambio debe ser realizado no sólo por el hecho de cambiar, sino asegurándose que estamos pasando a algo mejor. Muchas veces resulta incómodo el probar nuevas técnicas de enseñanza, pero es necesario hacerlo por el bien de los alumnos. Son tiempos de cambios.

La experiencia docente precisa ser utilizada para mejorar todos los días, y de ninguna manera para repetir todos los años lo mismo, olvidando que cada clase debe ser original. Para ello es indispensable el prepararla previamente, buscando la forma que ésta sea de lo más útil y provechosa para los educandos. Hay que tener el valor, la valentía, de aceptar la evaluación del trabajo docente por parte de la comunidad educativa, que la conforman, a más de las autoridades, los padres de familia y los mismos estudiantes.

Téngase siempre presente que la misión del maestro es informar y formar, y esto es trascendente, especialmente quienes trabajan con niños y jóvenes. Educar, dar clases, es una labor importante y por lo tanto hay que estar listos a toda perfección, pues vivimos tiempos de cambio.

Artículos relacionados

El robo de carretillas

Me viene a la memoria el cuento de la construcción en la que el robo era a diario. El capataz, por más esfuerzo que hacía, no lograba descubrir como un empleado podía robar tan impunemente. Puso un empleado especial solo para revisar las carretillas que salían con material y todo el tiempo las cifras eran exactas. No había forma de probar como este tipo robaba a la constructora.

Cuando estaban por terminar la obra, ya derrotado, tomó al trabajador y firmando un acta en que lo libraba de toda culpa, le preguntó cómo robaba. Ya estando firmada su impunidad, el ladrón confesó: fácil, yo me robaba las carretillas.

El reconocimiento de Palestina en Naciones Unidas

Sólo la necedad, la ausencia de sentido histórico y el exacerbado dominio del poder no ha
permitido, hasta ahora, que el pueblo palestino formalice su hábitat socio jurídico como
Estado. Después de la aceptación en la UNESCO como miembro de pleno derecho ,
tal cual ocurrió hace un año atrás, el reconocimiento de Naciones Unidas, en este mes
de noviembre de 2012, de Palestina como Estado observador es, definitivamente, el
paso decisivo para entrar en un futuro de progreso y paz. A mi entender para ambas
sociedades, israelíes y palestinos. No puede seguirse insistiendo en mantener la injusticia
cometida contra Palestina, después de la segunda guerra mundial. Hay que recordar que,
so pretexto de dar hogar a los sobrevivientes del holocausto judío, quedó desmembrada la
tierra palestina, y su pueblo expatriado de su hogar. Ahora, tratando de sobrellevar la
desgracia de ayer, es tiempo de convertir la tempestad en calma.

Es penoso, por decir lo menos, que la señora Hilary Clinton juegue, a estas alturas de la
vivencia mundial, con cartas marcadas por un espíritu imperial en decadencia. Para la
secretaria de estado “sólo a través de las negociaciones directas entre las partes es como los
israelíes y palestinos podrán alcanzar la paz que merecen”. Aparentemente cierto. Pero, en
realidad, muy mentiroso el planteamiento. ¿Es que cuando Israel, allá por mayo de 1948,
es declarado Estado y aceptado por Naciones Unidas, fue el resultado de una consulta y
acuerdo con el pueblo palestino, o simplemente un amarre geopolítico de estrategia
de guerra entre Francia, la URSS, Estados Unidos e Inglaterra? ¿Acaso el mundo no es
testigo, de la desequilibrada forma política de tratar el problema palestino- israelí, desde
el poder del veto de Estados Unidos en las alturas de los organismos internacionales, y el
dejar hacer, dejar pasar de la mayoría de las grandes potencias cuando se trata del uso de
la fuerza israelí?

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×