No al trabajo

La gente no labora, no porque no quiera, es que no hay trabajo¹. No lo hubo el año pasado y en estos próximos 12 meses será aún más escaso cuando el trabajador deba solventar una mayor productividad a su empleador a razón de $612.68² mensuales. La abundante mano de obra no calificada continuará negativamente afectada. Si fuese un tema de justicia social bastaría con un decreto presidencial y el SBU³ podría elevarse al nivel de la dignidad que la económicamente insustentable zurdería determine.

La reducción del costo de vida, aplicable a todos (desempleados e informales incluidos), siempre será técnicamente superior al aumento del básico solo para formales. Para lograrlo, sin embargo, se debería cortar el excesivo gasto estatal (burocracia) junto con una disminución (IVA, renta) y eliminación (ISD) de impuestos, y la imposición de un arancel universal y mínimo (5%). Estas políticas contribuirían a que el ciudadano tenga más dinero en su bolsillo, acelerando su demanda por bienes y servicios, y aumentando su consumo. Cuando esa demanda se encuentra con una oferta competitiva, los precios caen y el consumidor mejora su nivel de vida sin tener mayores ingresos.

El país tendría así crecimiento económico y el mercado contrataría más personal por su propia dinámica. Sin duda el Estado recibiría menos recaudación por vía impositiva, pero sus ingresos netos aumentarían a través del incremento mercantil. El mercado es ley suprema, supera a los decretos y marca el ritmo de la realidad salarial y sus efectos en la economía.

^{1 Conclusión bajo un concepto racional en el que todo existe bajo un mismo peso y valor relativo entre sí.
2 Aporte patronal + décimos (13&14) + vacaciones + fondo de reserva + provisión anual por años de servicio.
3 Salario Básico Unificado.}