26 abril, 2024

La pornografía en los medios de comunicación Social (II)

Los programas de televisión, cine y especialmente las redes sociales,  presentan cada vez más,  espectáculos con abundantes pasajes donde el erotismo remarca el argumento en una forma obscena, descarada e intimista hasta el escándalo. Ante esta situación. en nuestro artículo anterior, que llevaba este mismo título, destacamos la necesidad de un trabajo mancomunado para concienciar a la comunidad, del daño que hace la pornografía y actuar en forma enérgica. Además, hicimos referencia al Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales; y ahora siguiendo su guía, vamos a esbozar una respuesta al problema de la Pornografía en los Medios de Comunicación Social.

Los propietarios y los responsables de diarios, revistas, radioemisoras, especialmente cine y televisión. son los llamados a controlar que las producciones que se presenten en sus negocios no sean nocivas a la moral pública y vayan encaminadas al bien común. EI beneficio económico es importante, pero no debe ser logrado explotando la debilidad humana. Los comunicadores preocupados de este problema, deben «…unirse para la elaboración de códigos éticos en materia de comunicación social y publicidad, Inspirados en el bien común y orientados al desarrollo integral del hombre. Estos códigos se hacen especialmente necesarios en el contexto de la televisión y las redes sociales, que permite que las imágenes entren en los bogares, allí donde los niños y jóvenes se encuentran a su aire y sin vigilancia».

Los padres de familia, principales educadores de sus hijos, los han de formar» …en una actitud  sana hacia la sexualidad humana, basada en el respeto a la dignidad de la persona como hija de Dios, en la virtud y en la práctica de la autodisciplina». De esta forma los progenitores, ayudados de los maestros lograrán que los alumnos, especialmente los jóvenes, no permitan ser manipulados por los Medios de Comunicación Social que no seleccionan con moralidad sus producciones: además deberían  ser capaces de discernir sus programas y elegir sus diversiones actuando como usuarios responsables de la comunicación.

Como culmen de organización y  acción social, el Estado esta más que nunca  obligado a dar una respuesta al problema de la creciente pornografía  en los medios de comunicación masiva «…Se han de promulgar las leyes sanas, se han de clarificar las ambiguas y se han de reforzar las leyes que ya existen. Dadas las implicaciones internacionales que presenta la  producción y distribución de material pornográfico, hay que actuar a nivel regional, continental e Internacional de cara a controlar con éxito este insidioso tráfico”.

Ante la presentación del desorden y el vicio como algo bueno y deseable, la Iglesia no puede quedarse callada, pues es de su responsabilidad la enseñanza de la verdad, moral objetiva,  incluida la referente a la moral sexual. Los padres de familia esperamos ansiosos una acción de la Iglesia en el campo ético y especialmente práctico, frente a la Pornografía en los Medios de Comunicación Social.

Ella, con su influencia y su prestigio, es la llamada a orientar en el sentido adecuado, e incluso, a censurar en voz alta lo que pone en peligro la vida espiritual de sus hijos. Además la Iglesia debe “…Iniciar un diálogo continuo con los comunicadores conscientes de sus responsabilidades. Debe animarles  y sostenerles en su misión allí donde sea posible y deseable. Los comunicadores católicos y sus organizaciones, con sus perspectivas y experiencias propias, están llamados a jugar un papel decisivo en tales conversaciones».

Hace tres décadas, el Papa San Juan Pablo II, se dirigió a los miembros del Comité de la Alianza Religiosa contra la Pornografía. institución que la componen judíos, católicos, ortodoxos, protestantes y mormones y que luchan contra la propagación de la pornografía. En esta ocasión el Sumo Pontífice pidió a los padres de familia luchar contra esta plaga y promocionar las virtudes de modestia y castidad.

¿Seguiremos impávidos mientras se mina la base moral de nuestra familia   y se pone en peligro la sociedad en que vivirán nuestros hijos?.

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Definitivamente, no puede haber equilibrio jurídico entre el individuo, como parte integral del
Estado, y las normas conducentes a regular y aplicar leyes que garanticen una vida plena, si
se evidencia el más mínimo resquicio que vulnere sus derechos. Es por eso que toda norma
consagrada en la constitución, tal cual es nuestro caso ecuatoriano, debe ser contemplativa y
garantista de todos y cada uno de esos derechos. Aun con mucha más razón, tratándose de los
derechos de las personas consideradas de doble vulnerabilidad y riego; tal cual es el caso de los
niños por nacer.

Por tanto, siempre debemos entender y poner en verdadera practica un simple, pero
contundente concepto del Derecho que dice: “Como principio justo, legitimo, inalienable y
directo, el Derecho es la facultad legítimamente contenida en nuestro diario convivir. El Derecho
no admite ninguna circunstancia que lesione, transgreda, desconozca y/o que se anteponga a
su naturaleza. El derecho no estipula contenidos de carácter supuestos, ni tampoco se le pueden
referir falsas interpretaciones. Por eso es invulnerable, justo, legítimo y directo”.

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