28 marzo, 2024

Lo que los políticos nunca dirán… ni harán. El sueldo mínimo vital

Para el trabajador es como una obsesión la subida de sueldos y salarios. Sin más otorgará su voto al primer político que en época de elecciones le promete mejorar su sueldo.

Pero… ¿mejora en realidad su nivel de vida?

EI incremento lo hace recibir más dólares, pero adquirirá menos por esos dólares. Sin ir muy lejos, pregunten a las amas de casa.

Está visto que cuando «por decreto» se eleva el salario, los productos también suben, pues su costo es parte del precio de venta al público. Y ningún dueño de comercio o industria asumirá la pérdida que conlleva la elevación del salario. Lógicamente, este incremento lo pasará al consumidor.

Cuando se eleva el salario por decreto, la autoridad de tumo se encargará enseguida de difundir los mitos siguientes: que no causa inflación, que el asalariado se beneficia, que se congelan los precios mediante control estatal, que el Gobierno tiene financiado el incremento, que se garantiza la estabilidad laboral, etc.

La realidad es aumento de los precios, mayor perjuicio para el asalariado, más desempleo, desinterés por invertir en el Ecuador y… desorden laboral. Es que la política inestable produce inseguridad al inversionista y desalienta el interés de un trabajo sano y productivo.

Subiendo el salario por decreto, los precios suben en mayor proporción. Y esto se ha cumplido siempre.

Los politiqueros saben que es así, de ahí que es malévola la demagogia que, por captación de votos, se despliega. No les importa el daño que causan ni les interesa el bienestar del pueblo ni la sana economía del país. Su fin son los votos en beneficio personal.

Entonces ¿qué hacer? ¿cómo mejorar el nivel de vida?

Se debe educar a la juventud a comprender que la prosperidad se la obtiene por el camino del trabajo, del orden, de la producción y del ahorro y olvidarnos de los paternalismos, subsidios y elevación del salario por decreto. Los medios de comunicación deben orientar a la opinión pública a entender que mientras más trabajamos más obtenemos; mientras más producimos, seremos más prósperos. Basta observar a los alemanes y japoneses.

La verdadera solución para el creciente costo de la vida no legará jamás de los políticos; si la deseamos, debemos prescindir de ellos.

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