26 abril, 2024

Desdolarizar es impracticablemente posible

Un considerable volumen de hipotecas en el mercado contienen una cláusula que sería virtualmente imposible ejecutar, más por su inaplicabilidad que por su propia inconstitucionalidad, en caso de una desdolarización. Dicha estipulación obliga a continuar pagando las hipotecas en dólares estadounidenses aunque el régimen monetario nacional haya sufrido cambios. Es decir, mientras el ciudadano recibe sus emolumentos económicos en una nueva moneda local sus pagos hipotecarios deben mantenerse en greenbacks.

Una de las razones para dolarizar fue cortar una galopante inflación. Los vertiginosos procesos inflacionarios automáticamente se suprimieron principalmente por la vigencia del patrón dólar y la imposibilidad de imprimir moneda inorgánicamente. Una desdolarización dispararía nuevamente aquel anulado proceso hiperinflacionario básicamente por la falta de confianza del mercado tanto en una nueva moneda como en el gobierno y los agentes que la impondrían.

Las hipotecas quedarían entonces al “descubierto” toda vez que los deudores no podrían honrar sus deudas ante la banca pública y privada. Independientemente del tipo de cambio por aplicarse, la desdolarización conllevaría la mismísima quiebra del sistema bancario y por consiguiente la paralización de toda actividad comercial en el país. El SSXXI enquistado en el poder y con el control de otros estamentos institucionales buscaría el caos financiero para terminar de imponerse políticamente y eliminar cualquier resquicio de democracia. ¡La sociedad está sobre aviso!

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El uso de este derecho por parte de todos los ciudadanos de un país, es un anhelo que debe ser convertido en realidad. Lo malo, es la utopía de pretender hacerlo sin contar con la infraestructura necesaria para lograrlo. Otro punto en contra, es el no definir las reglas con las que se hará realidad ese avance a una sociedad mejor, más equitativa y solidaria.

Es absurdo, por ejemplo, pretender que el Estado de becas a gente vaga, que no se preocupa por aprender y que pretende que se lo pase de año, o continuar indefinidamente en la Universidad para cumplir consignas políticas o peor, delincuenciales. La escuela y el colegio deben ser obligatorios, la Universidad debe tener la obligatoriedad de estudiar. El estudiante que no pasa de año, debe pagarse sus estudios, pues si no hace el esfuerzo por aprender, será un mal profesional y hará daño en vez de bien, a la sociedad.

4 comentarios

  1. Que pena cuando escriben los todologos que saben de todo, pero no entienden de nada.
    Aún creen que pueden asustar a la población con el cuco.

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