25 abril, 2024

Guayaquil y la Pandemia…

Los últimos datos de la pandemia son terribles. En Gquil tenemos un millón de infectados. No vamos a salir de la pandemia fácilmente y tampoco está cerca que levanten la cuarentena. Se teme una reinfección. Que los contagiados se vuelvan a infectar y eso hace que las condiciones de la pandemia en Gquil se mantengan radicales y extremas.

Me dicen médicos muy prestigiosos que la pandemia pone en riesgo a todos pero son los mayores de 50 años con antecedentes de diabetes e hipertensión los de mayor riesgo. Este virus es letal. Hay que cuidarse mucho. No confiarse en que ya pasó lo peor. En este caso lo peor podría estar en camino. Somos la ciudad más infectada del mundo, por nuestro nivel poblacional. No dejemos los cuidados y la prudencia. Muy poco se sabe de este virus. Afecta a todos los organos. Ya estamos viendo que la vacuna no está lista aún y no lo va a estar pronto. El aislamiento social nos proteje del virus pero no destruye el virus.

Mantengamonos unidos. Es desesperante y hay mucha angustia. La escases de comida empieza a ser más dramática y ya no hay dinero. No hay dinero y las empresas comienzan a aplicar despidos. Unos oran, o mejor todos oramos. La oración es un camino a lo alto y por ahora, requerimos ayuda divina y prudencia en tomar medidas que salven nuestra vida. El peligro no ha pasado.

Artículos relacionados

¿Dónde estás?

En estos momentos en que hay mucha gente desesperada en nuestro país, , puedo escuchar a muchas personas frustradas gritando con impotencia: Dios ¿dónde estás? ¿Por qué dejas que el Ecuador sufra así? ¿Por qué permites que mucha gente viva en condiciones infrahumanas? ¿Por qué no actúas y nos ayudas?

Hay un proyecto de ley en la Asamblea Nacional, igual que el que había antes de la Segunda Guerra Mundial, con respecto a eliminar las manifestaciones públicas y quitar símbolos religiosos, la manera de vestirse de los sacerdotes, etc. Es terrible lo que está pasando. Dios, te quieren sacar de nuestras vidas. ¿Cuántas veces llegamos a cuestionarnos: ¿Es nuestra oración una pérdida de tiempo? ¿Verdaderamente Dios me escucha? ¿Existe? Si me ama, ¿por qué nos pasa esto?

El Gobierno está muy confundido en cuanto a quiénes son los buenos y quiénes son los malos. Ante la delincuencia, impávido. Ante los empresarios, educación, etc., haciéndonos toda clase de experimentos so pena de destruir el sistema naturalmente establecido. ¿Por qué no me oyes? ¿Por qué callas? ¿Por qué no actúas? ¿Dónde estás?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×