27 julio, 2024

Qué alegría por el Proyecto de Código Penal

¿Qué mejor manera de desear un Nuevo Año venturoso que con el Proyecto de Nuevo Código Penal?

Volverían los tiempos en que para conocer que era un bribón se acicalaban los vecinos e iban a observarlos en la cárcel; tiempos en que podías caminar por las calles de raro nombre y sin iluminar, salvo el foco incandescente de 40w que por obligación encendía el dueño de casa.

Muchos ya querían aprender los tres idiomas que se usan en Suiza, sueco, alemán… dónde las leyes son tajantes y se cumplen.

¿Por qué no Dubái? En el cual la Policía tiene Lamborghinis especiales para alcanzar a los que tratan de romper la Ley de Tránsito con exceso de velocidad. Ecuador será tan seguro que se convertirá en el ¡Reinado de Mónaco de Latino América!

Hay penas para los abogados; No se puede delatar al agente secreto; el que sigue, es una Perla: Omisión de denuncia. La persona que en calidad de servidora o servidor público y en función de su cargo, conozca de algún hecho que pueda configurar una infracción y no lo ponga inmediatamente en conocimiento de la autoridad competente, (¿y si a él le corresponde actuar?) será sancionada con pena privativa de libertad de quince a treinta días; Del Peculado; Enriquecimiento ilícito; Las sanciones contras policías y militares; (que se niegue a obedecer o no cumpla las órdenes o resoluciones ¿“legítimas” de “autoridad competente?)…

Una gran multitud esperaba la gran revolución y castigo para los pedófilos; los maestros de escuela, colegio… violadores; los que inducen al consumo de estupefacientes; los que con sus actos en el hogar estén sembrando futuras conductas delictivas, irresponsables o inmorales.

Todo es cárcel, no se cataloga el delito por su impacto social, sino por su trasfondo político. La meta no es “evitar” es “amenazar”, es mandar a la escuela a los infractores para que reciban un doctorado en incrementada perversidad.

Para que una prisión normal funcione, se requiere de un mínimo de tres personas por convicto, es decir que para “cuidar” a cuatrocientos ochenta detenidos deben de haber ciento sesenta ciudadanos de múltiples disciplinas atendiéndolos. En gasto por alimentación, luz y limpieza, fijemos una cantidad esquelética de siete dólares por día, o sea 4 480 diarios, para castigar al que llamó hijo de madre desconocida a un abusivo, prepotente, embebido de licor, auto nombrado “soy la autoridad” de lo que sea.

¿Qué recibe la Policía? ¿Un patrullero bien mantenido y equipado? ¿Tendrán al menos una “Tablet? ¿“Tasers”? ¿Medidores de alcoholemia? ¿Retenedores pacíficos (esposas descartables)? ¿Buenos cuarteles? ¿Una buena arma y radio individual? ¿Verdaderos chalecos antibalas? ¿Ropa especial? ¿Grandes laboratorios de ADN y otros protocolos de investigación?

Existen infractores de cuello blanco, esperábamos que pueda ejercer la discreción el juez: detención domiciliaria total o con horario definido que se revisa y se lleva constancia de cumplimiento por control satelital, servicio comunitario, aplicación de trabajos equivalentes o permitirles seguir en su labor pudiendo estar fuera de su domicilio en ruta prefijada de 08h00 a 19h00.

“Un acto de justicia permite cerrar el capítulo; un acto de venganza escribe un capítulo nuevo”. Marilyn vos Savant

Artículos relacionados

¿Acaso yo soy el guardián de mi hermano?

Estas fueron las palabras de Caín cuando Dios le preguntó por su hermano Abel a quien Caín había matado. Esa pregunta nos la hacemos hoy. ¿Acaso tengo yo que perder mi tiempo y esforzarme más para ayudar y cuidar de mis hermanos? La respuesta de este interrogante está en el mismo libro. Jesús dijo “hay que amar al prójimo como a ti mismo”. Y enseguida saltó la pregunta de la gente hasta donde te refieres con mi prójimo? Mis hermanos? Mis primos? Mis amigos? Y El respondió en una parábola muy real que a todos, incluso a nuestros enemigos. Incluso Antistenes dijo: Consulta el ojo de tú enemigo, porque es el primero que ve tus defectos.

Este es un mensaje muy curioso. Muchos viven bajo la filosofía de que podemos rechazar a la sociedad; podemos rechazar las normas que nos rigen; podemos rechazar incluso a aquellos que nos rodean… Pero lo que no podemos rechazar nunca es nuestra sangre y su legado. Pero no es solo a los de nuestra sangre a quienes debemos cuidar y ayudar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×