8 diciembre, 2024

Cómo tratar a una mujer

De todo lo creado, la obra maestra de Dios es la mujer.

Si queremos conservar una obra maestra, debemos respetar ciertas normas que permitan que las atesoremos en la mejor forma.

Hay algo que debemos admitir y aceptar como una regla prácticamente sin excepción: la mujer es altamente competitiva con las otras mujeres y de un celo tremendo por esa causa. La mujer no se arregla para el hombre sino para ella misma y para las otras mujeres. Le gusta verse bien.

Otro axioma de la mujer es que es altamente sensitiva. Ante una actitud que uno podría considerar normal, ella puede reaccionar con un resentimiento extremo… Y mientras más engreída, peor.

No quiero hablar en este artículo de sus múltiples virtudes, pues no alcanzaría una biblioteca para almacenarlas. Sus logros como hija, esposa, madre, abuela, tía, amiga, en el puesto en que le corresponda actuar, son maravillosos. Ella siempre va a brillar y a demostrar su valía por más pobre, inculta, cascarrabias, o humilde que sea. Y mucho más si es preparada, agradable, inteligente y con otras virtudes.

Hay algunas cosas de la mujer que el hombre tiene la obligación de conocer, si va a convivir con una de ellas (no necesariamente esposa, puede ser madre, hermana, hija, amiga, compañera, etc.).

1.- Así como el hombre necesita respirar, la mujer NECESITA ser piropeada. No puede uno tener derecho a no repetirle todo el tiempo lo linda que es, lo atractiva, lo dulce, lo cariñosa, maravillosa, etc.

2.- La mujer VIVE de pequeños detalles: una rosa, un bombón, una caricia, una palabra dulce, algo para ella, hace que la mujer viva y sea feliz.

3.- Toda mujer es hermosa, sin importar los años que tenga, ni que se pinte o no las canas, que se estire la piel, que use bótox, o lo que sea. Toda mujer sabe y se siente hermosa, por un simple motivo. Porque es mujer. Es más, hace tiempo escribí un pequeño verso que describe la belleza de la mujer: “Tu belleza es como el vino de más alta calidad; un deleite por lo fino… ¡y mejora con la edad!”

4.- Toda mujer es romántica. Por más que quiera hacerse la insensible, ella siempre está esperando en el fondo, ser comprendida, deseada, amada (en el buen sentido de la palabra). Necesita saber que es atractiva, agradable y deseable.

5.- Cuando una mujer te cuenta algún problema no cometas el error de pensar que busca un consejo. Ella quiere ser oída, ser comprendida… y nada más. No busca soluciones, Busca ser escuchada.

6.- Una mujer, por alguien o algo que ama (un hijo, por ejemplo), es capaz de dar su vida.

7.- Nunca busques irritar o herir a una mujer. Así como es capaz del mayor de los sacrificios, es capaz también de las venganzas más terribles (recuerda a Alejandro Dumas: “¡Cherchez la femme!, pardieu, ¡cherchez la femme!” ¡Buscad la mujer!, por Dios, ¡buscad la mujer!)

No existe nada más tierno y precioso que el alma de una mujer. Es llena de ternura y de amor. El hombre que sabe tener paciencia y decantar su amor, como un vino precioso del viñedo celestial, podrá siempre saborear las mieles de ese amor y embriagarse en las delicias de sus sentimientos, así ella tenga ciento veinte años o ya no tenga la dicha de tenerla a su lado.

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