27 abril, 2024

Los rebeldes en el Ecuador

La verdad es una mentira sobre la que todos nos ponemos de acuerdo.

En nuestro país la verdad es la mentira más difundida.

Se nos pretende hacer un lavado cerebral con la imposición de ideologías importadas desde Cuba y Venezuela, que evidencian la total ausencia de pensamientos propios de la revolución ciudadana. A nombre de la patria, han cometido los más execrables abusos de poder. Estas violaciones constitucionales se las justifica como decisiones históricas que se han tomado para el bien de nuestro pueblo. Para efectuar estos actos de barbarie, solo necesitaron un motivo justificable, una estrategia de mercadeo, encontrar un culpable y todo el tiempo repetir la misma mentira en cada uno de los medios de comunicación que han incautado.

Hoy el ecuatoriano actúa como un caníbal que depreda a sus hermanos. Esta práctica antropófaga es la resultante de una manipulación perversa de los resentimientos sociales. Existe una población condicionada para responder sumisamente a lo que sea, con tal de recibir prebendas sin tener que trabajar. El gobierno es el monstruo carroñero del cadáver patrio. Ha destruido la institucionalidad de la república y no existe la independencia de poderes. El país vive una anarquía jurídica propiciada por un sistema totalitario y la ambición irresponsable de quienes creen ser los únicos que saben lo que necesitamos los demás.

Los mayores objetivos de los tiranos siempre han sido la ambición, el autoritarismo y la perpetuación en el poder. Todo lo que hacen está diseñado para mantenerlo. Imponen sistemas dictatoriales disfrazados con ropaje democrático para manipular a los incautos. Mediante la instalación del miedo logran el silencio ciudadano y con la persecución consiguen el comportamiento sumiso de la gente. Frente a esta tiranía existen tres formas de comportamiento de los actores sociales. El que se beneficia, el que es indiferente y el luchador. Son posturas resultantes de imposiciones hechas a base del terror, persecución y violación de los derechos ciudadanos.

En la actualidad el ecuatoriano es anárquico, conformista o rebelde. Esto lo será dependiendo si es opresor, oprimido o libre pensador.

El anárquico es un reaccionario.

Actúa desde su rabia, con su violencia y para su ego. Su accionar no surge de su conciencia. Abusa del poder que tiene para vengarse de aquello que lo hiso sufrir por no haberlo tenido. Aunque el anarquista ataca a la sociedad establecida, el solo hecho de estar contra ella no significa que está en lo correcto. El anárquico solo está contra lo viejo, pero no tiene ninguna visión democrática del futuro. Tampoco el concepto de porqué se opone a lo que odia. Es un fracasado y el fracaso es su refugio. Depende de lo que haya hecho la sociedad para reaccionar. Estará siempre en manos de ésta y del sistema que tanto ataca. Autoritario en el manejo del poder, cometerá actos estúpidos por decisiones impulsivas que no puede controlar y que conllevan la muerte de algunos compatriotas. El anárquico se irrita, ataca, burla e insulta a la gente para proyectar su odio, pero con eso, no hace nada para obtener la paz en su país.

El conformista es un cómodo del sistema.

Se adapta con facilidad a los abusos del poder. No hace ninguna protesta aunque sepa que en el gobierno hay corrupción, prepotencia y cosas turbias que se deducen por sentido común. Es un cobarde cuyo mayor miedo es el miedo a que le hagan daño por luchar contra lo que le quieren imponer. La sumisión es el precio que paga por ser esclavo y hace lo que le digan para no contrariar a quién lo domina. En su sometimiento está su cobarde complicidad con el tirano que ostenta el poder. No hacer nada para luchar por lo que se cree o contra quién lo oprima, es característico de los mediocres, los cobardes o los que tienen rabo de paja y tienen que callar.

El rebelde es un ser superior.

No actúa reaccionando contra el sistema sino accionando para cambiarlo. No está contra la sociedad sino a favor de que ella sea diferente. Su actitud es positiva, no negativa. No está enojado contra el sistema, si no que desea transformarlo. Está lleno de pasiones e ideales. Es un libre pensador que no acepta imposiciones ni órdenes de nadie. Es un mutante del sistema que anda en busca de una nueva realidad. Cuando enfrenta a la muerte más vivo se siente. Es un ser indómito y enamorado de su patria. Construye caminos para que otros los caminen, no acepta a los tiranos y transforma todo lo que está mal establecido. Para callarlo tendrán que matarlo. Jamás claudica en el combate al anarquista y está dispuesto a morir por la libertad de su pensar.

¿El que nos gobierna es anarquista, conforme o rebelde?

Yo soy un ecuatoriano rebelde. Muero por lo que creo y lucharé contra la tiranía que me quieren imponer. Mucha gente se pregunta porque peleo tanto contra un dictador tan poderoso. La respuesta es que no puedo ser sumiso, cobarde ni conformista.

El respeto a mí mismo y mis principios, me impiden claudicar mis convicciones para convertirme en un sometido. Mi lucha no es por luchar, sino por evitar una tiranía que nos quite la libertad de expresar lo que pensamos. No acepto que me digan que sentir, peor como vivir. Esta no es una pelea contra un individuo, sino una lucha contra la tiranía que nos pretende imponer.

Queremos un Ecuador diferente. Nos merecemos una paz social construida con el respeto al derecho ajeno. Necesitamos un nuevo equilibrio social.

Si debo morir para vivir de esta manera; prefiero estar sin vida en una tumba, que agonizar sometido de rodillas en lo que aún queda de mí patria.

¿Y tú… a que grupo perteneces? .

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  1. No quisiera que el bergante en cuestión tenga la misma suerte que Trujillo o Somoza o que se refugie el fin de sus días en una ratonera como Fidel o Pinochet, quisiera verlo igual que Noriega, primero sentado en el banquillo y que su suerte la decidan sus actos.
    Me pregunto: ¿Cuándo salgamos de esta transición, habrá perdón y olvido?

  2. Yo definitivo al mismo grupo suyo. Al unico que le doblo mis rodillas con sumision, respeto y humildad es a Dios, despues a NADIE.

  3. Ayer en la mañana mi esposa, al caminar a la tienda, fue interceptada por un carron de donde un individuo la señaló y la amenazó, pero eso no hará que deje de continuar emitiendo mi opinión sobre el descalabro que es el actual gobierno, ni de suspende la organizanción de un grupo que lo enfrenterá en el 2013. No se si sea un rebelde, pero al menos no me conformo con la crítica…

  4. definitivamente YO PERTENEZCO AL GRUPO DE LOS REBELDES NO SOY SUMISO Y PEOR QUE ME QUIERAN IMPONER UN MODELO IZQUIERDISTA, Y LA VERDAD LOS ECUATORIANOS DEBERIAMOS SER LA GRAN MAYORIA REBELDES PERO COMO ESTE DICTADOR MISERABLE COMPRA CONCIENCIAS ESTOS MALOS ECUATORIANOS SE VENDEN POR DOS REALES

  5. definitivamente YO PERTENEZCO AL GRUPO DE LOS REBELDES NO SOY SUMISO Y PEOR QUE ME QUIERAN IMPONER UN MODELO IZQUIERDISTA, Y LA VERDAD LOS ECUATORIANOS DEBERIAMOS SER LA GRAN MAYORIA REBELDES PERO COMO ESTE DICTADOR MISERABLE COMPRA CONCIENCIAS ESTOS MALOS ECUATORIANOS SE VENDEN POR DOS REALES

  6. Dr. Palacios. A pesar de que lo que usted escribe suena maravilloso, digno de emular, la realidad es diferente. Nuestras ciudades se han extendido de manera geometrica, con gentes que vienen de los mas diferentes lugares patrios y del exterior. Ya pocas gentes se conocen como lo hacian nuestros padres y abuelos. La mayoria de los guayaquilenos, se han movido a pelucolandia (frase favorita de Correa) y han perdido esas raices guayaquilenas.
    Las gentes jovenes, ya no comparten nuestros suenos, son mas orientados a las parrandas, los conciertos, el alcohol, las drogas, el bacilon al mejor estilo internacional.
    El cinismo se ha apoderado de nuestra sociedad a semejanza de las demas sociedades del mundo moderno. Ya nadie cree en las revoluciones o en luchar contra las falsas revoluciones.
    Todo pasa tan aprisa, a la velocidad del internet, que pensar en ser valiente contra un gigante percibido muy lejos, es cuestion solo para cuentos.
    Solo queda esperar, que estos nuevos poseedores del poder, se caigan por su propio peso. Todo tiene su ciclo natural.

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