26 julio, 2024

Realidad del Ecuador vs Fé de los Ecuatorianos

El día de ayer, la fiesta del Corpus Cristi se dio de manera sorprendente; más que por la cantidad de personas reunidas en nombre de Cristo, que fueron hartísimas, por la devoción y manera organizada como se dio.

Napoleón, Constantino, Alejandro Magno y Julio César crearon imperios conquistando y generando revoluciones en las comunidades conquistadas. Ninguno de esos imperios duró mucho. Fidel, Che Guevara, Chávez y el presidente Correa han creado revoluciones que no han ayudado a la gente que ofrecieron ayudar. En que se basaron estas revoluciones: en la fuerza y el miedo.

Sin embargo, hace más de 2000 años, un humilde carpintero creó un imperio pero basado en el amor. Y con placer puedo decir que todavía habemos soldados activos y activados hasta incluso el martirio por sus creencias en Él. Y ayer se vivió un gran ejemplo de esto. Lo importante e impresionante es la fe de estos miembros.

El gobierno de la supuesta Revolución Ciudadana ha estado actuando expresamente en contra de la voluntad de los católicos. Incluso Benedicto XVI pidió que no se dé esa constitución atea y el resto de leyes ateas que este gobierno ha estado promulgando. Los cristianos debemos continuar en nuestra lucha por la justicia, para devolverle al Ecuador la gloria del Reino de los Cielos y sacarla del ateísmo grotesco en que lo están metiendo, en nuestras narices.

De acuerdo con la Iglesia, el Socialismo de cualquier tipo tiene lo siguiente en común:

  • desconfianza extrema en el individuo;
  • exagerado énfasis de lo social por encima de lo personal;
  • preeminencia de la economía sobre cualquier otra ciencia o consideración;
  • represión más o menos intensa de la propiedad privada de los medios de producción en favor de la propiedad estatal;
  • planificación rígida centralizada que no respeta la autonomía de la familia ni de otros grupos sociales intermedios;
  • poderes casi ilimitados para el Estado en todos los órdenes: educativo, religioso, familiar, cultural, informativo, comercial…
  • empeño por alcanzar un utópico modelo de igualdad material entre todas las personas.

¿Suena familiar? Esto es lo que está haciendo la revolución ciudadana del socialismo del siglo XXI. El cristiano – incluyendo el Presidente de la República- debe escoger si seguir las leyes de este gobierno o si seguir las leyes de Cristo.

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A la reja

Si bien los accidentes de tránsito en el país han llamado a la concientización
para que el conductor quite el pie del acelerador, el hecho de que se
criminalice las contravenciones, a muchos, nos tiene frenados. Sepa usted,
ciudadano honesto y trabajador, que por incurrir en una contravención muy
grave usted podría ir “a la reja” como uno de los delincuentes más buscados
(violadores, asesinos, traficantes de drogas, etc.).

Algunas de las más frecuentes contravenciones muy graves por las cuales se
irá 3 días a la cárcel, sin contar con la multa y los puntos menos en su licencia,
son las siguientes: a) conducir sin haber obtenido la licencia; b) conducir con
licencia anulada, revocada o suspendida; d) faltar el respeto a la autoridad
o agente de tránsito; e) exceder los límites de velocidad fuera del rango
moderado (Si es detectado a más de 61 km/h en el área urbana será multado
con $ 292,10, y tres días de cárcel); g) realizar competencias motorizadas en la
vía pública, sin el permiso correspondiente. Esto sin contar la prisión de 15 o
30 días por conducir bajo los efectos del alcohol o drogas.
La reincidencia en el cometimiento de las infracciones citadas serán
sancionadas con el doble de lo establecido.

Las rapacidades del Poder

“Los mejores pretextos sirven a la realización de las acciones más viles”

Gastón Leval

Parodiando a Saint Just, en plena revolución de 1789 en Francia, que advierte: “el crimen es la monarquía!”, con lo que da paso a la sentencia, sin remisión, de su muerte, podría, como alcance actual, decirse que “el crimen es el poder!”. ¿O es que el poder, como tal, en esencia, no es violencia en su propia naturaleza? ¿No es, además, una invitación permanente a la discrecionalidad y en este hacer, promover la voluntad de la injusticia? Con el poder, y más susceptible en tanto expresión económica o política, los otros serán siempre los culpables… Y cuando hay culpa hay castigo. Y todo castigo emanado del poder busca la liquidación del castigado no su enmienda o rehabilitación. ¿Contradicción? No! Porque no existe la falta en el culpado. Lo que hay es el no reconocimiento de la inocencia desde el poder. Todo es agravado cuando el poder expresa su presencia desde el Estado y este, según sus perspectivas, convoca más o menos violencia según sea declarado protector, de servicios, autoritario, fiscalista, paternalista, etc. Para Max Weber, incluso, “el Estado moderno no es más que una asociación de dominación con carácter institucional que ha logrado monopolizar la violencia física, para uso exclusivo”. ¿Qué pasa, entonces, cuando esta potencialidad de la violencia es guiada, administrada, liderada por una patología ideológica? Promueve de una parte el cinismo, la corrupción y el crimen y de otra, busca y obtiene a la fuerza su legitimidad!.

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