22 enero, 2025

Una Familia Especial

Me visitó en mi oficina Sébastien Melieres, de revista Vistazo, conversando sobre los libros que he escrito, se refirió en especial a uno: “Gutis, la hamaca y la perra”. La vida de mi hija Karyna, contada como una historia infantil y animada por las caricaturas que dibujó mi hija Lidia. Esta historia en realidad aún no ha sido publicada como un libro de venta al público. Fue publicada como libro pero para darla como recuerdo de Primera Comunión, en ese día tan especial para Karyna, el 27 de noviembre de este año.

La escribí hace dos años, cuando en el colegio a donde estudia mi hija, pidieron que los padres escribamos un cuento para regalar a nuestros hijos en Navidad. El cuento como tal quedó precioso. No porque yo lo haya escrito, sino porque en él hablo del precioso tesoro que ha sido Karyna en nuestras vidas. Pero como tantas cosas, paso a formar parte de los recuerdos que se muestran a familiares y amigos en las reuniones caseras.

En la Feria del Libro del mes de julio en Guayaquil, se lo mostré a mi compañera de Stand, Sandra López, autora del libro “Nardo y los zapatitos de Oro” (biografía de Jefferson Pérez) Ella se quedó maravillada con la historia y las animaciones. Insistió en que era un libro que debía ser publicado. Por eso cuando decidimos publicarlo, al menos como recuerdo de Primera Comunión, le pedí que escribiera la contraportada, que dice así:

“La aventura empieza con las travesuras de la inquieta y lista Gutis. Quién en su diario vivir nos demuestra que lo esencial en la vida, radica en rodearse de aquellas cosas que nos brindan alegría y satisfacción. En definitiva: lo que nos hace sentir felices.

Junto a sus dos mejores amigas, ella forma un mundo de fantasías, al que solo pueden ingresar quienes tengan la “llave mágica”. La ternura y la sabiduría de la niñez se mezclan en Gutis, dándonos un ejemplo, de que el amor se encuentra en el bienestar que cada uno siente en su interior.

Un libro especial para disfrutarlo en familia, con narración fácil encantadores dibujos de colores, colores que la misma Gutis se encarga de regalarnos día a día”

Gutis, es el sobre nombre de Karyna. Su hermana Paula le puso así, porque cuando eran muy chiquitas, Paula no podía decirle “Gordis” y le decía “Gutis”. Paula es la tercera de mis hijos, luego de Lidia y Victorino Antonio. Karyna es la cuarta.

El asunto, volviendo al tema con el que inicie el artículo, es que Sébastien, leyó el cuento y me comentó sobre él. Yo respondí que me gustaría publicarlo para motivar a la gente a sensibilizarse cuando hay niños especiales en las familias, los colegios, etc. Sébastien me dijo, pero justamente eso es lo que no parece. En el cuento no parece que se habla de una niña especial, lo que se nota es una “familia especial”.

Sus palabras realmente me conmovieron. Porque es uno de los piropos más bonitos que he recibido en mi vida. Ese junto uno que me dijo alguna vez la miss Patty, profesora de catecismo de mi hija Karyna: “lo que yo noto en ustedes es que son una familia que ama mucho a Dios”, realmente me han emocionado.

La emoción, no es porque seamos especiales ni porque amemos mucho a Dios. En realidad pienso que ni siquiera somos normales, más nos parecemos a “los locos Adams”, cada uno con su locura a cuestas. De amar a Dios, no sé si lo amemos mucho o poco, lo que sí sé es que lo amamos. Cada uno a su manera y a su intensidad.

La emoción que sentí es porque a veces me parece que vivir es una lucha y mantener una familia unida pese a las diferencias es una tarea de desgaste. No pensé jamás que pudiéramos dar tan buena imagen.

En tal caso, escribir sobre esto, es solo una forma de dar las gracias, por tan generosas y bellas palabras a esas personas y al mismo Dios, porque a pesar de todas nuestras fallas, equivocaciones y divergencias, nos ha permitido sobrevivir juntos un año más, disfrutando del mayor tesoro que se puede tener en esta vida: una familia.

Deseo de todo corazón que cada lector de Desde Mi Trinchera, valore esa condición especial del ser humano, la de tener una familia. Si en medio del caos que vive el mundo, del caos social y del mismo caos que vive cada ser humano, se sacan las cuentas y todos siguen en casa, es un año para celebrar. Que Dios bendiga a todas las familias del Ecuador. Con todo mi cariño: ¡Feliz Año 2011!

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Si tan solo volviera quince minutos…

Desde que era chico mi papá me decía que estas fiestas no le gustaban porque lo ponían melancólico. Yo no lo entendía porque siendo niño, era beneficiario de los regalos que le pedía. Sin embargo y desde hace muchos años le doy la razón, ya que con el tiempo he llegado a ser como él.

Muchos dirán que estas fiestas son bonitas porque son familiares o porque se recuerda el nacimiento del niño Jesús. Yo creo que las misma son buenas para los que tienen dinero y malas para los que carecen de él. Para los pudientes, estas navidades son sinónimo de juguetes caros, regalos costosos, celebraciones con comidas exóticas y licores finos. Sin embargo, en los barrios marginales se la vive con agua caliente endulzada por azúcar o canela y un pan.

Estos contrastes marcan la injusticia social de una sociedad que nos divide, a fuerza de obligarnos a festejar un acontecimiento cuyo mayor beneficiario es el comercio. Todos los almacenes venden más y el aparato productivo hace que la economía se reactive. La gente saca dinero de donde sea y las tarjetas de crédito son infladas a más no poder. Es imposible decirle a un niño de clase media para arriba, que esta navidad se la va a celebrar solo acudiendo a misa para recordar el nacimiento del niño Jesús. No existe forma de explicarle a un menor de edad que no hay dinero para los regalos, ya que la propaganda y la publicidad es tan fuerte, que su mensaje real y subliminal es claro y contundente: si te quieren, te darán regalos y mientras más te quieran, deberán ser más caros.

No hay comentarios

  1. Muy linda historia. Cada familia tiene sus cosas especiales, y pues todos somos locos a nuestra manera. Lo importante es que siempre exista amor.

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