El AUMENTO de las muertes violentas, atribuidas principalmente a actos delincuenciales tienen al país y en especial a la ciudad de Guayaquil sumidos en la zozobra desembocando en el terror, sin que la policía y autoridades encargadas de la seguridad logren atinar con la formula para contrarrestarlo y disminuirlo.
Diariamente la delincuencia cobra victimas en nuestra ciudad como la del niño Bruno Barcos quien fue asesinado cuando delincuentes asaltaban a mansalva un negocio, sumándose así a la larga lista de personas asesinadas por criminales organizados y fuertemente armados.
El Gobierno del Presidente Correa busca a través de su Ministro de Gobierno y de los Altos Mandos Policiales el estructurar un plan de seguridad que combata el azote delincuencial que hoy vive el país, y que ha ido creciendo descomunalmente precisamente por la falta de previsión, cuando lo primero que se debería hacer son Reformas Legales que permitan aplicar con mayor rigurosidad las penas para aquellos delitos atroces como violaciones, asesinatos, etc.
Se debe sin lugar a dudas revisar aquella política que eliminó el requisito de visado para ciudadanos extranjeros, muchos de los cuales han venido al país a realizar un negocio con el sicariato así como adoctrinar a jóvenes pandilleros para convertirlos en expertos asesinos. La liberación de las cárceles del país de individuos altamente peligrosos bajo el pretexto de no tener sentencias por más de un año, significó un error que buscaba simplemente desacreditar a la Función Judicial y a sus integrantes, sin medir las consecuencias que hoy se sufren.
La colaboración de los Gobiernos Seccionales tanto Municipales como Provinciales es sin lugar a dudas una necesidad urgente. El restablecimiento de convenios con el Municipio de Guayaquil y la Corporación de Seguridad Ciudadana se hacen inminentes a fin de utilizar adecuadamente las infraestructuras que se poseen, como son ojos de águila, elemento humano, comunicaciones, etc, caso contrario el AUMENTO DELICTIVO continuará.
Como ecuatoriana que soy quisiera exponeros mi sugerencia con respecto a la delicuencia, para evitar que aumente la delicuencia juvenil, creo que se debe penalizar a cualquier adulto que sea capturado junto con un adolecente, osea castigar al insidioso, todo adulto que insite a un joven a delinquir ya sea robando, violando, asesinando o traficando con drogas debe ser acusado del delito de insitar a un adolecente a realizar un delito punible y pesquisable de oficio de esta formar los adultos penseran dos veces antes de incluir de sus fechorias a un adolencente.