La casa de la vida y el club de amigos de la vida

En Guayaquil hay un Centro dedicado a los enfermos terminales, a la vida que acaba en pobreza y dificultades: la Casa del Hombre Doliente. También hay Centros de Salud orientados a la vida que comienza, instituciones consagradas a asistir a la mujer, tanto en su aspecto embarazo, lo ginecológico, como, su parto, en lo obstétrico; por ejemplo la Maternidad.

Pero no había nuestra Ciudad una institución orientada a los orígenes de la vida humana, específicamente, cuando la vida de un nuevo ser humano se inicia en un ambiente adverso y conflictivo, de modo concreto a la madre soltera, a la madre adolescente, la mujer violada…

En esto casos, al mundo de hoy se le ha ocurrido la ‘genial’ idea de matar al niño y esterilizar a la madre. A nosotros, guiados por la María de la Buena Esperanza, la Virgen embarazada, orientados por la idea de que ningún ser humano puede ser discriminado por su origen, y por la convicción profunda de que la mujer es muchísimo más que su genitalidad, se nos ha ‘ocurrido’ la Casa de la Vida.

La Casa de la Vida

La Casa de la Vida está consagrada a los orígenes de un nuevo ser humano cuando esa vida comienza en un ambiente de rechazo, de soledad, de pobreza… Y está consagrada a la mujer que ha traído ese ser humano a la vida.

En los pocos días (34) que ha funcionado la Casa de la Vida, hemos visto con más claridad, si cabe, cómo el problema de los inicios de la vida humana no se reduce a la dimensión ginecológica. Sin restarle en absoluto importancia a la dimensión médica, material, del embarazo – de hecho la Casa de la Vida cuenta con cuatro consultorios ginecológicos – hay otros aspectos que claman a gritos un espacio propio.

El embarazo es un hecho médico, pero, como toda situación humana, conlleva dimensiones que necesitan urgentemente una dedicación; por ejemplo el aspecto psicológico, el aspecto espiritual, la dimensión familiar, o, dado que siempre junto a una mujer embarazada hay un hombre, el tema de la relación de la mujer embarazada con el padre de la criatura…

De un modo especial, cuando el embarazo ha tenido un origen anómalo, como es el caso de la chica adolescente, de la madre soltera, de la mujer violada, de la mujer que está encinta tras una cadena de abortos… circunscribir y reducir el embarazo a su dimensión corporal sería expresión de una lamentable miopía y de una penosa estrechez de miras…

Es terrible pensar que para el mundo de hoy, toda la temática del embarazo de la mujer pobre se reduce a lo corporal, más aún, a lo genital, según la machista consigna: ‘Mujer ligada, mujer solucionada; llévesela, sígala usando’, o,’ T de cobre puesta, pierda toda aprensión, la está mujer dispuesta: úsela’. Ni la embarazada de 14 años, ni la mujer violada, ni la embarazada pobre, pueden reducir todo su problema a lo estrictamente genital… A ningún padre de familia cuya hija se ha embarazado a los 15 años se le ocurre pensar como solución la ligadura o la T de cobre. Estaría loco… La Casa de la Vida ve a la mujer en toda su integridad: corporal, psíquica, espiritual, familia, afectiva.

La Casa de la Vida y el Club de Amigos de la Vida de Guayaquil

Una Ciudad puede legar muchos bienes, servicios y adelantos a las generaciones futuras; pero lo primero que debe garantizar para sí una Ciudad es la existencia de esas generaciones futuras. Sin ello, el presente de una Ciudad carece de perspectivas, de horizontes y de proyección.

Guayaquil ha progresado en los últimos años como Ciudad más que toda su historia. Pero, ¿de qué serviría tanto progreso si Guayaquil se va envejeciendo, si va perdiendo imperceptiblemente la presencia niños, adolescentes y jóvenes? El envejecimiento de la población es un fantasma que se va extendiendo en el Planeta, y Guayaquil puede estar en la lista.

Indiscutiblemente, la vida de los guayaquileños del mañana da sentido a la vida del Guayaquil de hoy; la vida de los nuevos guayaquileños en modo alguno es un tema al cual Guayaquil pueda volver la espalda.

Y más si tomamos conciencia de que miles de niños guayaquileños mueren a través del crimen sin nombre del aborto ¿Hemos pensado que con cada aborto, además de manchar de sangre inocente al Guayaquil de hoy, se está usurpando los nuevos brazos y cerebros del Guayaquil de mañana?

El fantasma del aborto hace su presencia como la solución allí donde el embarazo se torna conflictivo: es el caso de la madre adolescente, el de la madre soltera, el de la madre de embarazo inesperado, el de la madre cuyo embarazo transcurre en la miseria y la pobreza, el de la madre que ante su embarazo se siente sola…

Para resolver estos casos Guayaquil posee ya una estrategia en funcionamiento: la Casa de la Vida; un espacio destinado a salvaguardar del aborto a los nuevos guayaquileños, acogiendo y orientado a las madres de embarazo conflictivo.

Domenica Saporiti, Miss Ecuador 2008, se ha propuesto conformar el Club de Amigos de la Vida con todas las personas o instituciones que, además de amar a Guayaquil, posean un profundo respeto a la vida en sus inicios. Este Club se inició el martes 10 de junio y se irá ampliando poco a poco, en la medida que Guayaquil quiera.